Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

martes, 1 de abril de 2014

Reflexiones

Reflexiones de Semana Santa

A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota", decía la Madre Teresa de Calcuta. A tu mar interior, ¿qué tantas gotas has aportado últimamente?

La Semana Santa significa algo más que vacaciones, playa y fiestas. Son días de reflexión para cualquier ser humano -no sólo para los católicos- y brindan una oportunidad de recapacitar.

Tómate unos minutos al día para meditar sobre tus acciones y pon en práctica sencillos actos que te ayudarán a lograr un crecimiento espiritual. Si no sabes cómo empezar, aquí te damos siete puntos para reflexionar.

Guarda silencio

"El silencio es el elemento en el que se forman todas las cosas grandes".
Thomas Carlyle, pensador inglés.

Hay personas que duermen con la televisión encendida porque le tienen miedo al silencio. No es suficiente despertar con la radio, pasar el día con el ipod; platicar, pelear y gritar con compañeros y familia.

En este océano de bullicios, la gente aprende a nadar con braceos torpes.

"Apaga el televisor, la radio, el teléfono y acompáñate de silencio externo, y pregúntate cada final del día: ¿Qué hice de bueno hoy? ¿Qué podría haber hecho mejor? ¿Qué aprendí hoy? ¿Qué realmente quiero hacer?", aconsejó.

Da gracias

"Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud".
Jean de La Bruyere, escritor francés.

La mayoría de la gente vive quejándose. Se queja de la política, la economía, los problemas en el trabajo o la escuela, el clima, el tráfico,
las filas en el súper y hasta de los vecinos.

¿Cuánto tiempo le dedica a agradecer las cosas buenas de la vida? Aunque en la época actual existen graves problemas y dificultades globales, siempre habrá algo por lo cual agradecer. En tu tiempo de reflexión, tómate unos momentos para dar gracias.

"No existe ningún individuo tan pobre en espíritu ni en sustancia que no pueda honestamente encontrar algo por lo cual estar agradecido. Cultivando el sentimiento de gratitud hacia los elementos que le sirven (agua, aire, tierra, luz del sol) cambia la acción vibratoria de su mundo personal y abre las puertas de su alma a la fuente suprema que le ha dotado a él con vida, inteligencia y ser", son las sabias palabras de un viejo maestro de la India.

Pide perdón

"A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho".
Jacinto Benavente, dramaturgo español.

Es común escuchar que debemos perdonar a todos los que nos han hecho algún daño, pero tan importante es hacer esto, como arrepentirnos y pedir disculpas cuando somos nosotros los que ofendemos.

"Hay personas incapaces de disculparse dado que temen que el pedir perdón les sitúe en una posición de debilidad frente a la otra persona. Sin embargo, para que nuestros vínculos afectivos y sociales sean saludables y nos aporten equilibrio y estabilidad, es fundamental que aprendamos a integrar el perdón en nuestras vidas", se lee en la revista Zitre.

La publicación recomienda dos cosas para que el acto de pedir perdón sea sincero: humildad al reconocer el error y valentía para admitirlo y afrontar las consecuencias. Ahora que estás haciendo un recuento personal, ¿a quién necesitas pedirle disculpas?

Perdona

"Puedo perdonar, pero no olvidar', es sólo otro forma de decir `No puedo perdonar’”.
Henry Ward Beecher, religioso estadounidense.

"He conocido a muchas personas con problemas para perdonar. La mayoría me confesó que el principal problema es que nadie les enseñó cómo perdonar. Habiendo trabajado con miles de personas lastimadas y que hicieron un esfuerzo por perdonar, estoy convencido de que la habilidad para sobreponerse a estas heridas es crucial para la salud física y mental", dice el psicólogo Fred Luskin en su famoso libro "Perdonar es Sanar".

El investigador de la Universidad de Stanford asegura que el perdón no significa excusar el comportamiento de quienes nos han herido. Perdonar es tomar la decisión de desprendernos del pasado para sanar el presente.

Comparte con la familia

"Para una persona no violenta, todo el mundo es su familia".
Mahatma Gandhi, político y pensador indio.

Antes de escapar de casa durante todas las vacaciones, reflexiona sobre la importancia de convivir con tu familia. Cuando eres estudiante y vives con tus padres y hermanos, la convivencia diaria puede perder calidad y convertirse en una relación de peleas, gritos y venganzas; en un verdadero
terreno de guerra.

"Por cada dos actividades que planees con tus amigos, realiza una con tus papás, hermanos o abuelos", recomienda la terapeuta Graciela Pedraza. "Si vas a irte de vacaciones cuatro días, dedícale dos después a una actividad familiar. Siempre es bueno aprovechar esta época para reavivar la chispa con tus seres más queridos".

Ayuda

"Quien toma bienes de los pobres es un asesino de la caridad. Quien a ellos ayuda, es un virtuoso de la justicia".
San Agustín.

La reflexión más poderosa es la que logra que, finalmente, te desprendas del YO para pensar en los demás. Toda cavilación sobre el crecimiento personal lleva indudablemente a una acción a favor de la humanidad.

"En el psicoanálisis, prácticamente todo lo que hacemos está motivado por el `yo, yo, yo'. Si intentas ser bueno, es a costa de algo que no es demasiado bueno para tu estado mental. ¡Esta negación del lado bueno de la naturaleza humana me parece terrible! Y es que cualquiera con sentido común vería que los datos sociológicos demuestran que el altruismo verdadero existe", dijo el biólogo y monje budista Matthieu Ricardla, asesor del Dalai Lama, en una entrevista en 2009. "Existe un potencial para el bien que siempre está ahí".

Perdóname Señor

Perdóname Señor, porque quisiera
que de alguna manera fuera ayer
y poder componer el mal que hice
porque a quienes más quise, hice mal.
Perdóname Señor, mis pensamientos,
pues casi siempre estoy pensando mal.
No estoy tranquilo, mucho menos contento
y mucho siento, me llegue así el final.
Perdóname Señor, si ahora te digo
que quisiera por siempre estar contigo.
¿Pero cómo Señor? Te ofendí tanto
que temor tengo ahora, Padre Santo.
Perdóname Señor, si ahora te canto
y al mismo tiempo te ofendo con mi vida,
mas, tú sabes Señor, que lucho tanto
porque quisiera ser y no soy santo.
Levántame Señor, solo no puedo,
olvida por favor tantas caídas
que he tenido a lo largo de la vida,
levántame y hazme un hombre nuevo.
Yo se mi Gran Señor, tuya es la Gloria
y Tuyo es el Poder eternamente,
pero tienes también misericordia
para aquel pecador que se arrepiente.

Letra y Música:
Raúl Hernández Ramos

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