Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

lunes, 2 de septiembre de 2013

Narraciones

¿Cualquier Religión es Buena?

por : R M P

Algunas personas suelen decir: “Cualquier religión es buena”. ¿Será cierto que cualquier religión es buena? Desde el punto de vista malicia, podría ser una verdad, pero desde el punto de vista espiritual no puede ser lo mismo. En mi opinión la religión más diáfana, más santa y luminosa es la religión Cristiana, Católica, Apostólica y Romana. De verdad no es posible aceptar que todas las religiones son buenas, porque no todas los son. Tenemos el ejemplo más palpable de esta verdad. Me refiero a la Religión Masónica Judaísmo Sionista, quienes fueron calificadas por Cristo como “Raza de víboras” o sea, aquellos sacerdotes, escribas y fariseos que desconocieron a Jesús como el Mesías enviado a la Tierra por nuestro Padre Dios, en cumplimiento de una promesa al pueblo de Israel, y no solamente lo negaron sino que hasta lo azotaron, lo escupieron y obligaron esos sacerdotes de la ley al mandatario romano que firmara la sentencia de muerte, clavado en una cruz.

Pues bien, este odio demoníaco de aquellos judíos que de sacerdotes de la ley no tenían nada, ese odio ha prevalecido hasta nuestros días, conspirando dentro de sus sinagogas sus políticas destructivas en contra del Cristianismo Católico con el fin de borrarlo de la faz de este mundo. Siendo éste el peligro más grande que nuestra Iglesia Católica, que confronta el Cristianismo de nuestros días, pues ha logrado el poderío Judío-Sionista infiltrarse dentro del gobierno Eclesiástico Romano, en su propósito de destruir a la Iglesia de Cristo desde dentro, minando los cimientos de nuestra doctrina Cristiana. Según los observadores cristianos, esto se dejó ver con toda claridad en los debates que tuvieron lugar en todo el Concilio del Vaticano II. Parece ser que el grupo masónico logró mutilar algunos versículos del Evangelio según San Mateo que la cristiandad mundial ni muchísimos obispos han aceptado, o sea, el grupo de prelados tradicionalistas no modernistas ni masones han rechazado semejante sacrilegio, por que a las Sagradas Escrituras ni le falta ni le sobra nada, es perfecta, pues es la palabra de Dios.

Los otros enemigos de la Iglesia Católica son los hermanos separados, es decir, los Protestantes, pero no entrañan gran peligro como los judíos sionistas. De los protestantes dijo nuestro Papa Juan Pablo II: “con los protestantes es mas lo que nos une que lo que nos separa”. De las otras grandes religiones como la Budista, la de Mahoma y la Brahmánica de la India, nada malo podemos decir de ellos. Son respetuosas de nuestras creencias y nosotros los católicos también lo hemos sido con ellos. A mayor abundamiento todos recordamos que con motivo del Ecumenismo promovido por Juan Pablo II tuvo lugar un acercamiento de alto nivel mundial en pro de la concordia religiosa. Este acontecimiento originó el nombramiento de una comisión de eminentes católicos los cuales se acercaron a ciertos grupos de masones para saber si podía ser factible iniciar relaciones en materia religiosa, pero no fue posible ningún entendimiento porque los criterios masónicos en nada han cambiado. Ellos siguen siendo contrarios a los dogmas de la religión Cristiana. Pensaban también acercarse a las sinagogas de la religión Judía pero como éstos son aún más violentos que los mismos masones, optaron por suspender esas misiones que se les había encomendado.

La cosa es seria, pues como dijo Nuestro Señor: “El que no está conmigo está contra mí”, con base en las divinas palabras de Cristo puedo decir: “El que no está con Cristo, está con el otro”, (es decir con el diablo). O bien, si le preguntamos a cualquier sacerdote católico: padre, ¿quién es el personaje que más odia a Cristo?, nos responderá de inmediato: “ese personaje es Satanás, el Maligno”. Entonces los que se niegan a servir a Cristo, seguramente que son los servidores del diablo. Si embargo, hay que hacer una distinción en el sentido de que hay muchos judíos cristianos que no comulgan con el Judaísmo Negacionista, los que siempre han negado que Jesús el Cristo, fué, es y será el Mesías prometido, quieran ellos o no.

Por estas cuantas razones y muchísimas mas expuestas en infinidad de libros, revistas, folletos, etc., sin contar la palabra mística y profundos estudios filosóficos y teológicos, se ha comprobado que Cristo Jesús es el hijo de Dios con el testimonio de San Juan el Bautista que vió aquel rayo de luz y oyó aquellas palabras venidas del cielo que dijeron: “Este es mi hijo amado, en quien he puesto todas mis complacencias” y bajó de lo alto aquel rayo de luz en el momento de ser bautizado el Señor por Juan el Bautista. Sin embargo, a pesar de tantos hechos maravillosos contenidos en las Sagradas Escrituras en el Nuevo Testamento. Es entonces que cualquier tonto puede decir “¡Cómo es posible, que esos Judíos incrédulos sigan negando la divinidad de Jesucristo!” ¡Desdichados son y serán por toda la eternidad todos esos judíos de aquellos tiempos y de los tiempos presentes que negaron y sacrificaron al enviado a la tierra por nuestro Padre Dios.

Entonces será lógico y racional aceptar que la religión Judía Masónica sea buena religión. ¡Claro que no puede ser buena ni edificante! Entonces necesitamos tener mucho cuidado por que la mala palabra es contagiosa. Ahora bien como en este diario vivir necesitamos entablar con los demás relaciones constantes por prestación de servicios, solicitudes de trabajo o tratos comerciales, etc., etc., es decir, con gente de distinta ideología política o religiosa y a fin de prever posibles controversias que generan pleitos y malquerencias, necesitamos nosotros mismos confeccionar una especie de “Modus Operandi” escrito para rememorar que contenga algunas reglas para en caso necesario emplear la táctica necesaria para esquivar golpazos, devolviendo nosotros golpes bajos; pero golpeando con guante blanco. Esto es para los casos muy duros, para los casos simples a veces bastan unas cuantas carcajadas y darles la razón aunque no la tengan.

Hay casos de mucha altura en que personas no Católicas, incluyendo ateos, masones y de otras religiones que han optado por su conversión al Cristianismo Católico al quedar sanos sus enfermos por posesión diabólica u otras afecciones espirituales y mentales por la acción del Espíritu Santo, los rituales de la Iglesia y las facultades de lo alto de los padres exorcistas. Al respecto leamos lo siguiente:

De la Revista Telva No. 720, abril de 1999 –
Padre Gabrielle Amorth, Exorcista oficial de Roma.

Una de las preguntas del reportero al padre Amorth fué estas: ¿Y también hay demonios en otras religiones o cultos? Responde el Padre: -Un exorcista puede prestar sus servicios a mahometanos, budistas, protestantes, ateos... a cualquiera que se lo pida. Pero una vez practicados los ritos, yo les pido que mantengan la práctica de su religión. Al Cristiano le conviene acudir a los sacramentos, al Musulmán ser fiel a su fe y rezar sus oraciones, al ateo le suelo decir que se mantenga fiel al dictado de su conciencia.

Aquí el Padre Amorth nos da una lección de lo que es “la caridad” a cada quien da su consejo, pero nunca aprovecha la ocasión para hacer proselitismo, sin embargo él los libera del maligno sin importarle las ideologías dispares. Esencialmente, él hace el bien a quien lo necesita.

La Iglesia Católica en su afán de salvar almas, ha hecho lo más que ha podido, pero al parecer el avance es lento debido a los halagos del mundo auspiciados por el Maligno. Mas no podemos saber la suerte que les espera a los ateos después de su muerte, porque estos desdichados no creen en Dios ni en el diablo. Por lo que hace al Paraíso, los ateos han renunciado a él. Por lo que toca al infierno, a lo mejor por no creer en él, no son dignos siquiera de estar en el infierno. Estos renegados de Dios y del diablo, tal vez lo que merecen es vagar por el espacio o dimensión intermedia de que nos habla el Cardenal y Obispo exorcista africano Monseñor Emmanuel Milingo. Según eso, estos espíritus malignos son aun miles de veces peores que los demonios. Sobre esta realidad, el reportero de la citada Revista Telva pregunta al Padre Amorth: ¿Supongo que usted es consciente de que muy pocas personas creen que el diablo existe? –Sí, lo sé. –responde el Padre Amorth: -Quién no cree en el Cristianismo no tiene ninguna razón para creer en las verdades de la fe: en la inmortalidad del alma, los ángeles, el Paraíso o el Infierno. ¿Por qué iba a hacerlo? Toda mi labor se apoya en la Biblia y en las 23 veces que los evangelios recogen las apariciones de Satanás. Yo solo puedo decir que nunca me he encontrado un diablo ateo. Todos los diablos creen en Dios.

Lo que les quiere decir que los ateos son los seres mas horripilantes que los mismos diablos. Y pensar que en las universidades mas famosas del mundo, casi todas los profesores, científicos, químicos, doctores e ideólogos, son ateos; al extremo de que ríen a carcajadas o ven con burla e ironía la fe inmensa en el pueblo ignorante. Por eso ellos, los ateos y masones llaman a la religión “Opio del pueblo” o el oscurantismo religioso. Por ello, sintiéndose los ateos como semidioses, ¿Cómo ellos iban a hincarse ante un sacerdote cuando este es un profesionista igual que ellos? ¡Cuánta estupidez de toda esa gente ignorante! Y así, ese lodo podrido que el estudiantado ricachón en su mayoría recibe de los profesores y científicos ateos los infestan, para luego a su vez iniciar por el mal camino a cuantos pueden.

Por eso, a los ateos y masones hay que verlos como alimañas de gran peligro y combatir sus torcidas ideas con nuestros mejores argumentos incluyendo las bofetadas en ese “hocico del diablo”. ¡Ay lector amigo, perdóname, creo que ya perdí los estribos, sin embargo no puedo callar lo que a gritos siente mi corazón!


San Miguel de Allende

Llamada por sus habitantes la Fragua de la Independencia, es un lugar en donde el aire reverbera por el sol, con tardes tibias y noches plácidas, con un cielo transparente nimbado de estrellas. Su clima es tan agradable, que parte de sus visitantes regresa a vivir en ella. Las calles y banquetas de piedra son el marco adecuado de sus casas coloniales; muchas de ellas son utilizadas para restaurantes con excelente comida y diversión. La tarde de los domingos los Sanmiguelenses van al jardín a comer confituras, elotes, paletas y nieve, pues, si durante la semana el trabajo los obliga a hablar inglés, en estas tardes gozan de sus tradiciones mexicanas acompañando a su familia. Como toda ciudad turística, muestra sus bellezas a quienes la visitan, les otorga solaz y reposo si lo necesitan, les muestra sus calles y casas llenas de historia en donde vivieron los héroes que lo único que deseaban era una vida tranquila y cumplir con su diarias obligaciones, pero las circunstancias les pidieron más, los comprometieron con su patria y ellos cumplieron sobradamente.

Existen detalles escondidos, calles, callejones y plazuelas conocidos y disfrutados solamente por las personas que en esta ciudad habitan. En el pórtico de la iglesia parroquial, en el centro de la ciudad, hay una placa donde se lee que el hermano del padre de la patria ejercía allí su sacerdocio mientras Don Miguel Hidalgo luchaba por nuestros derechos de libertad. Muy cerca, hombro con hombro, peleaba con él un capitán sanmiguelense, don Ignacio Allende. Ahora su casa es un museo y cuenta la tradición que allí se celebraban reuniones para planear el levantamiento armado. El Nigromante, don Ignacio Ramírez; aquí nació en 1818. El ruiseñor mexicano, Ángela Peralta. El tenor continental, don Pedro Vargas. La división de las ciudades se realiza en colonias y barrios y a las ciudades están unidas las comunidades y rancherías.

En San Miguel de Allende existe una colonia separada de la ciudad por kilómetros, está ubicada en una loma y se llama el Nigromante. Para llegar a ella hay qué tomar camino al Balneario Taboada por terracerías con polvo blanco y pasando por varias lomas. Entre los cielos azules y las lomas hay un aire caliente cruzado por corrientes. En esos cielos se dan gusto volando decenas de águilas que voluntariamente se equivocan al mostrar el camino a los visitantes, pues ellas también se divierten con el paso de la gente.

En un momento inesperado, dos águilas se lanzaron en picada cayendo a la tierra como dos estrellas fugaces. Parecía un suicidio pues no disminuían la velocidad, pero hábilmente levantaron el vuelo; llevaban entre sus garras unos pequeños roedores. Las dos águilas se dirigieron hacia el rumbo donde se oculta el sol, las siguieron sus compañeras agitando sus alas con furor y se perdieron hundiéndose en la luz del Astro Rey. Fue el momento en el cual recordé un fragmento de una poesía que aprendí siendo adolescente. Y como es costumbre, desconozco el autor.

Oda a una Águila.

“Sube, pájaro audaz
Sube sediento
A beber en el viento
Del rojo sol
La esplendorosa lumbre.

Sube batiendo las sonantes alas
De las etéreas salas
A sorprender la luminosa cumbre.

José Zorrilla.

La ciudad de San Miguel de Allende, en forma muy merecida, recibió el lustroso apelativo de “Patrimonio Cultural de la Humanidad”. Ya son dos de por lo menos tres ciudades del estado de Guanajuato, que merecen este honor por su notable y ancestral belleza y por la ilustre trayectoria de sus ciudadanos.

R R S

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