Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

lunes, 2 de septiembre de 2013

Narraciones

¿Cualquier Religión es Buena?

por : R M P

Algunas personas suelen decir: “Cualquier religión es buena”. ¿Será cierto que cualquier religión es buena? Desde el punto de vista malicia, podría ser una verdad, pero desde el punto de vista espiritual no puede ser lo mismo. En mi opinión la religión más diáfana, más santa y luminosa es la religión Cristiana, Católica, Apostólica y Romana. De verdad no es posible aceptar que todas las religiones son buenas, porque no todas los son. Tenemos el ejemplo más palpable de esta verdad. Me refiero a la Religión Masónica Judaísmo Sionista, quienes fueron calificadas por Cristo como “Raza de víboras” o sea, aquellos sacerdotes, escribas y fariseos que desconocieron a Jesús como el Mesías enviado a la Tierra por nuestro Padre Dios, en cumplimiento de una promesa al pueblo de Israel, y no solamente lo negaron sino que hasta lo azotaron, lo escupieron y obligaron esos sacerdotes de la ley al mandatario romano que firmara la sentencia de muerte, clavado en una cruz.

Pues bien, este odio demoníaco de aquellos judíos que de sacerdotes de la ley no tenían nada, ese odio ha prevalecido hasta nuestros días, conspirando dentro de sus sinagogas sus políticas destructivas en contra del Cristianismo Católico con el fin de borrarlo de la faz de este mundo. Siendo éste el peligro más grande que nuestra Iglesia Católica, que confronta el Cristianismo de nuestros días, pues ha logrado el poderío Judío-Sionista infiltrarse dentro del gobierno Eclesiástico Romano, en su propósito de destruir a la Iglesia de Cristo desde dentro, minando los cimientos de nuestra doctrina Cristiana. Según los observadores cristianos, esto se dejó ver con toda claridad en los debates que tuvieron lugar en todo el Concilio del Vaticano II. Parece ser que el grupo masónico logró mutilar algunos versículos del Evangelio según San Mateo que la cristiandad mundial ni muchísimos obispos han aceptado, o sea, el grupo de prelados tradicionalistas no modernistas ni masones han rechazado semejante sacrilegio, por que a las Sagradas Escrituras ni le falta ni le sobra nada, es perfecta, pues es la palabra de Dios.

Los otros enemigos de la Iglesia Católica son los hermanos separados, es decir, los Protestantes, pero no entrañan gran peligro como los judíos sionistas. De los protestantes dijo nuestro Papa Juan Pablo II: “con los protestantes es mas lo que nos une que lo que nos separa”. De las otras grandes religiones como la Budista, la de Mahoma y la Brahmánica de la India, nada malo podemos decir de ellos. Son respetuosas de nuestras creencias y nosotros los católicos también lo hemos sido con ellos. A mayor abundamiento todos recordamos que con motivo del Ecumenismo promovido por Juan Pablo II tuvo lugar un acercamiento de alto nivel mundial en pro de la concordia religiosa. Este acontecimiento originó el nombramiento de una comisión de eminentes católicos los cuales se acercaron a ciertos grupos de masones para saber si podía ser factible iniciar relaciones en materia religiosa, pero no fue posible ningún entendimiento porque los criterios masónicos en nada han cambiado. Ellos siguen siendo contrarios a los dogmas de la religión Cristiana. Pensaban también acercarse a las sinagogas de la religión Judía pero como éstos son aún más violentos que los mismos masones, optaron por suspender esas misiones que se les había encomendado.

La cosa es seria, pues como dijo Nuestro Señor: “El que no está conmigo está contra mí”, con base en las divinas palabras de Cristo puedo decir: “El que no está con Cristo, está con el otro”, (es decir con el diablo). O bien, si le preguntamos a cualquier sacerdote católico: padre, ¿quién es el personaje que más odia a Cristo?, nos responderá de inmediato: “ese personaje es Satanás, el Maligno”. Entonces los que se niegan a servir a Cristo, seguramente que son los servidores del diablo. Si embargo, hay que hacer una distinción en el sentido de que hay muchos judíos cristianos que no comulgan con el Judaísmo Negacionista, los que siempre han negado que Jesús el Cristo, fué, es y será el Mesías prometido, quieran ellos o no.

Por estas cuantas razones y muchísimas mas expuestas en infinidad de libros, revistas, folletos, etc., sin contar la palabra mística y profundos estudios filosóficos y teológicos, se ha comprobado que Cristo Jesús es el hijo de Dios con el testimonio de San Juan el Bautista que vió aquel rayo de luz y oyó aquellas palabras venidas del cielo que dijeron: “Este es mi hijo amado, en quien he puesto todas mis complacencias” y bajó de lo alto aquel rayo de luz en el momento de ser bautizado el Señor por Juan el Bautista. Sin embargo, a pesar de tantos hechos maravillosos contenidos en las Sagradas Escrituras en el Nuevo Testamento. Es entonces que cualquier tonto puede decir “¡Cómo es posible, que esos Judíos incrédulos sigan negando la divinidad de Jesucristo!” ¡Desdichados son y serán por toda la eternidad todos esos judíos de aquellos tiempos y de los tiempos presentes que negaron y sacrificaron al enviado a la tierra por nuestro Padre Dios.

Entonces será lógico y racional aceptar que la religión Judía Masónica sea buena religión. ¡Claro que no puede ser buena ni edificante! Entonces necesitamos tener mucho cuidado por que la mala palabra es contagiosa. Ahora bien como en este diario vivir necesitamos entablar con los demás relaciones constantes por prestación de servicios, solicitudes de trabajo o tratos comerciales, etc., etc., es decir, con gente de distinta ideología política o religiosa y a fin de prever posibles controversias que generan pleitos y malquerencias, necesitamos nosotros mismos confeccionar una especie de “Modus Operandi” escrito para rememorar que contenga algunas reglas para en caso necesario emplear la táctica necesaria para esquivar golpazos, devolviendo nosotros golpes bajos; pero golpeando con guante blanco. Esto es para los casos muy duros, para los casos simples a veces bastan unas cuantas carcajadas y darles la razón aunque no la tengan.

Hay casos de mucha altura en que personas no Católicas, incluyendo ateos, masones y de otras religiones que han optado por su conversión al Cristianismo Católico al quedar sanos sus enfermos por posesión diabólica u otras afecciones espirituales y mentales por la acción del Espíritu Santo, los rituales de la Iglesia y las facultades de lo alto de los padres exorcistas. Al respecto leamos lo siguiente:

De la Revista Telva No. 720, abril de 1999 –
Padre Gabrielle Amorth, Exorcista oficial de Roma.

Una de las preguntas del reportero al padre Amorth fué estas: ¿Y también hay demonios en otras religiones o cultos? Responde el Padre: -Un exorcista puede prestar sus servicios a mahometanos, budistas, protestantes, ateos... a cualquiera que se lo pida. Pero una vez practicados los ritos, yo les pido que mantengan la práctica de su religión. Al Cristiano le conviene acudir a los sacramentos, al Musulmán ser fiel a su fe y rezar sus oraciones, al ateo le suelo decir que se mantenga fiel al dictado de su conciencia.

Aquí el Padre Amorth nos da una lección de lo que es “la caridad” a cada quien da su consejo, pero nunca aprovecha la ocasión para hacer proselitismo, sin embargo él los libera del maligno sin importarle las ideologías dispares. Esencialmente, él hace el bien a quien lo necesita.

La Iglesia Católica en su afán de salvar almas, ha hecho lo más que ha podido, pero al parecer el avance es lento debido a los halagos del mundo auspiciados por el Maligno. Mas no podemos saber la suerte que les espera a los ateos después de su muerte, porque estos desdichados no creen en Dios ni en el diablo. Por lo que hace al Paraíso, los ateos han renunciado a él. Por lo que toca al infierno, a lo mejor por no creer en él, no son dignos siquiera de estar en el infierno. Estos renegados de Dios y del diablo, tal vez lo que merecen es vagar por el espacio o dimensión intermedia de que nos habla el Cardenal y Obispo exorcista africano Monseñor Emmanuel Milingo. Según eso, estos espíritus malignos son aun miles de veces peores que los demonios. Sobre esta realidad, el reportero de la citada Revista Telva pregunta al Padre Amorth: ¿Supongo que usted es consciente de que muy pocas personas creen que el diablo existe? –Sí, lo sé. –responde el Padre Amorth: -Quién no cree en el Cristianismo no tiene ninguna razón para creer en las verdades de la fe: en la inmortalidad del alma, los ángeles, el Paraíso o el Infierno. ¿Por qué iba a hacerlo? Toda mi labor se apoya en la Biblia y en las 23 veces que los evangelios recogen las apariciones de Satanás. Yo solo puedo decir que nunca me he encontrado un diablo ateo. Todos los diablos creen en Dios.

Lo que les quiere decir que los ateos son los seres mas horripilantes que los mismos diablos. Y pensar que en las universidades mas famosas del mundo, casi todas los profesores, científicos, químicos, doctores e ideólogos, son ateos; al extremo de que ríen a carcajadas o ven con burla e ironía la fe inmensa en el pueblo ignorante. Por eso ellos, los ateos y masones llaman a la religión “Opio del pueblo” o el oscurantismo religioso. Por ello, sintiéndose los ateos como semidioses, ¿Cómo ellos iban a hincarse ante un sacerdote cuando este es un profesionista igual que ellos? ¡Cuánta estupidez de toda esa gente ignorante! Y así, ese lodo podrido que el estudiantado ricachón en su mayoría recibe de los profesores y científicos ateos los infestan, para luego a su vez iniciar por el mal camino a cuantos pueden.

Por eso, a los ateos y masones hay que verlos como alimañas de gran peligro y combatir sus torcidas ideas con nuestros mejores argumentos incluyendo las bofetadas en ese “hocico del diablo”. ¡Ay lector amigo, perdóname, creo que ya perdí los estribos, sin embargo no puedo callar lo que a gritos siente mi corazón!


San Miguel de Allende

Llamada por sus habitantes la Fragua de la Independencia, es un lugar en donde el aire reverbera por el sol, con tardes tibias y noches plácidas, con un cielo transparente nimbado de estrellas. Su clima es tan agradable, que parte de sus visitantes regresa a vivir en ella. Las calles y banquetas de piedra son el marco adecuado de sus casas coloniales; muchas de ellas son utilizadas para restaurantes con excelente comida y diversión. La tarde de los domingos los Sanmiguelenses van al jardín a comer confituras, elotes, paletas y nieve, pues, si durante la semana el trabajo los obliga a hablar inglés, en estas tardes gozan de sus tradiciones mexicanas acompañando a su familia. Como toda ciudad turística, muestra sus bellezas a quienes la visitan, les otorga solaz y reposo si lo necesitan, les muestra sus calles y casas llenas de historia en donde vivieron los héroes que lo único que deseaban era una vida tranquila y cumplir con su diarias obligaciones, pero las circunstancias les pidieron más, los comprometieron con su patria y ellos cumplieron sobradamente.

Existen detalles escondidos, calles, callejones y plazuelas conocidos y disfrutados solamente por las personas que en esta ciudad habitan. En el pórtico de la iglesia parroquial, en el centro de la ciudad, hay una placa donde se lee que el hermano del padre de la patria ejercía allí su sacerdocio mientras Don Miguel Hidalgo luchaba por nuestros derechos de libertad. Muy cerca, hombro con hombro, peleaba con él un capitán sanmiguelense, don Ignacio Allende. Ahora su casa es un museo y cuenta la tradición que allí se celebraban reuniones para planear el levantamiento armado. El Nigromante, don Ignacio Ramírez; aquí nació en 1818. El ruiseñor mexicano, Ángela Peralta. El tenor continental, don Pedro Vargas. La división de las ciudades se realiza en colonias y barrios y a las ciudades están unidas las comunidades y rancherías.

En San Miguel de Allende existe una colonia separada de la ciudad por kilómetros, está ubicada en una loma y se llama el Nigromante. Para llegar a ella hay qué tomar camino al Balneario Taboada por terracerías con polvo blanco y pasando por varias lomas. Entre los cielos azules y las lomas hay un aire caliente cruzado por corrientes. En esos cielos se dan gusto volando decenas de águilas que voluntariamente se equivocan al mostrar el camino a los visitantes, pues ellas también se divierten con el paso de la gente.

En un momento inesperado, dos águilas se lanzaron en picada cayendo a la tierra como dos estrellas fugaces. Parecía un suicidio pues no disminuían la velocidad, pero hábilmente levantaron el vuelo; llevaban entre sus garras unos pequeños roedores. Las dos águilas se dirigieron hacia el rumbo donde se oculta el sol, las siguieron sus compañeras agitando sus alas con furor y se perdieron hundiéndose en la luz del Astro Rey. Fue el momento en el cual recordé un fragmento de una poesía que aprendí siendo adolescente. Y como es costumbre, desconozco el autor.

Oda a una Águila.

“Sube, pájaro audaz
Sube sediento
A beber en el viento
Del rojo sol
La esplendorosa lumbre.

Sube batiendo las sonantes alas
De las etéreas salas
A sorprender la luminosa cumbre.

José Zorrilla.

La ciudad de San Miguel de Allende, en forma muy merecida, recibió el lustroso apelativo de “Patrimonio Cultural de la Humanidad”. Ya son dos de por lo menos tres ciudades del estado de Guanajuato, que merecen este honor por su notable y ancestral belleza y por la ilustre trayectoria de sus ciudadanos.

R R S

Libro

HISTORIA DE LA MÚSICA POPULAR MEXICANA

Agustín Lara y sus contemporáneos

El mito y sus opositores

Crea canciones y échate a dormir.

Todo mito provoca reacciones. La fama y la influencia del músico-poeta amenazaron la misma existencia de mitos más antiguos, tradiciones o intereses más acendrados; concretamente, la moral y la mexicanidad que, para los detractores de Lara, estaban siendo minadas por sus canciones. Los defensores de la “mexicana virtud” dejaron oír su voz con frecuencia durante la carrera de Lara. En 1936, un crítico escribía: “Lara no ha escrito una sola canción mexicana. “Aventurera”, “Perdida”, “Cortesana” son sus títulos favoritos. Sólo faltan “Horizontal” y “Ramera”. La alarma cundió y la Secretaría de Educación Pública prohibió que en las escuelas se cantaran las canciones de Lara, sin exceptuar al inocente vals “Farolito”, convertido, por obra y gracia de la gazmoñería, en símbolo sexual de las adolescentes de secundaria.

Mas adelante, las críticas vinieron de artistas tan respetados como Ponce, aunque fundadas en conceptos un tanto ideales acerca de la pureza de la canción mexicana. En el transcurso de una entrevista que le hiciera Rafael Heliodoro Valle para la revista Universidad , el autor de “Estrellita” dijo: “Yo di la primera conferencia sobre música mexicana. Y ahora quieren comerciar con ella, halagando naturalmente, la sensualidad ambiente, haciendo música mediocre... ni siquiera híbrida...

-... Híbrida, no; mediocre, una copa servil de lo que hacen músicos extranjeros. Y ésta es nuestra tristísima situación. Yo no sé. Ya ve usted. Los periódicos, el radio... El radio, sobre todo.
-Compositores como Lara hay por centenares en todo el mundo. En París se oyen canciones que se cantan en el cabaret, que nadie les hace caso; esa música es para el extranjero que pasa por París, o bien para las bajas capas sociales, los bailes de criadas, los apaches, los “souteneurs”. ¿Qué se diría si Le Temps, Le Journal, Le Matin, fueran a publicar esas cosas dándoles importancia?
-Una reacción positiva a favor de la canción mexicana podría comenzar por las estaciones de radio. Éstas tienen en sus manos el asunto. He pensado muchas veces que si hay censura para las películas, debía hacerla para las canciones, porque las canciones entran mucho más fácilmente en el corazón del pueblo que el cine. De manera que tenemos el músico que merecemos ¿Pero ese músico es el representativo de México?

Arias Navatto, defensor de las músicas autóctonas y recopilador de música indígena expresó una indignación mucho menos acorde con la realidad. “Si Agustín Lara hubiese seguido el ejemplo de Wagner, Liszt y Béla Bartok, quienes nos han señalado con precisión cuán maravilloso es lo que el pueblo concibe, hubiera hecho mucho bien a su Patria con su producción musical. Podemos decir que el músico-poeta equivocó el lugar de nacimiento, pues en lugar de haber nacido en Veracruz debería haber nacido en cualquier provincia de España. A. Lara no ha podido adentrarse en su espíritu del pueblo.

Agustín Lara “el hombre desconcertante surgido de los barrios bajos” [sic] era para unos el “sepulturero de la canción mexicana” con obras como “Pervertida”, “Vende caro tu amor”; para otros era el artista que e había elevado a los pianos superiores del arte con sus canciones: “Rosa” y “Mujer”. En el año 1949, cuando Lara era un fait accompli así como una presencia inamovible en la canción mexicana, el músico-poeta creyó conveniente defenderse, sobre todo por lo de antimexicano: “Considero que la canción mexicana no ha degenerado. Sólo falta calidad espiritual en aquellos que componen canciones y creen interpretar el sentimiento del pueblo –conste que me han lanzado muchos ataques-, pero la única satisfacción que tengo es que siempre me he esforzado por exaltar a la mujer, por dignificarla, por cantar su belleza. En veinte años he producido más de seiscientas canciones y en todas ellas he procurado hacer algo por México. No me interesa, cuando sé que mis canciones se cantan en Noruega, en Suecia, en Rusia, que se hable de Agustín Lara, sino que se diga que es una producción musical mexicana.

El Cine

En 1931, el cine sonoro hizo su aparición en México con la película Santa, cuya dirección musical estuvo a cargo de Miguel Lerdo de Tejada. El tema musical de la película fué la célebre canción “Santa” con la que Lara inició una serie de redituables contribuciones románticas al arte fílmico nacional. Numerosas películas y varias actuaciones (no muy notables), pero que contribuyeron a acrecentar su figura pública, son el resultado de esta relación con el celuloide. Los filmes Novillero (1936), Noche de Ronda (1942), Mujer (1946), Humo en los ojos (1946), Revancha (1948), Perdida (1949), Coqueta (1949) debieron mucho de su éxito taquillero al aura de las canciones de Lara y a sus letras “plenas de significado” para un público dispuesto a conmoverse hasta las lágrimas.

Lara donó al cine mexicano algo más que canciones; le proporcionó argumentos sacados con tirabuzón de los títulos de sus canciones o trozos mitologizables de su agitada y atribulada vida. En el año 1946, su canción “Noche de ronda” en la voz de Elvira Ríos sirvió como tema musical para la película Esos hombres, interpretada por Arturo de Córdova y Marina Tamayo. Ese mismo año, Lara debutó como actor en la película Novillero al lado del actor Lorenzo Garza y Luz María Bautista, siendo el tema musical el paso doble del mismo nombre. En 1937, se estrenaron otras dos películas: Adiós Nicanor con la canción del mismo nombre, y La gran cruz también con canciones del compositor.

Dentro de la filmografía lariana cabe destacar algunas películas como Distinto amanecer, considerada clásica del cine en México, con la actuación de Andrea Palma, en la cual se estrenó la canción “Cada noche un amor”. Ese año de 1943, se realizó otra versión de Santa, dirigida por el estadunidense Norman Foster, y de nuevo se utilizó la canción de Lara. Es curioso que la melodramática novela de don Federico Gamboa fuera utilizada tan reiteradamente y que precisamente Coqueta (1949), otra de las películas en que Lara intervino como actor, haya sido un refrito más de ese tema que en cursilería dejó corto al bueno de don Federico. Rociada abundantemente con una buena dotación de canciones de todas las épocas y estilos de Lara: “Siempre te vas”, “Oye la marimba”, “Escarcha”, “Noche de ronda”, “Madrid”, “Amor de mis amores”, es un buen ejemplo de lo que se esperaba de la presencia del músico-poeta en la pantalla

Lara hace el papel de Rubén, un músico ciego que mata loco de celos a la inefable Ninón Sevilla. Perdida, también de 1949, es otro ejemplo interesante. Esta vez, Agustín representa a Agustín y es naturalmente un músico famoso que acoge a Ninón Sevilla en su casa y se enamora de ella, sin poder evitar que al final de la folletinesca cinta, ésta se suicide. La música de la película proporcionar además un muestrario de lo que entonces estaba de moda. Arreglos de Pérez Prado, “Miseria” de Miguel Ángel Valladares, “Perdida” de Chucho Navarro. “El bobo de la yuca” de Marcos Perdomo y “Tú, sólo tú” de Valdés Leal. Lara participaba con su presencia y dos viejos éxitos: “Oración caribe” y Talismán.

(continuará…)

El Rincón para niños

El Globo

Ocultar queriendo en vano
el dolor que la devora,
marcha una bella señora
con un niño de la mano;
y muestra en el triste luto
de su severo vestido,
que algún otro ser querido
pagó a la muerte tributo.
Grave va el niño y tranquilo,
mientras a otros ve jugando,
un azul globo llevando
pendiente de sutil hilo.

-Mamá, de pronto exclamó:-
¿Por qué llorar sin consuelo?
¿No dices que está en el cielo
la niña que se murió?

-¡Ah!, sí, el Señor compasivo
la llevó pronto a su lado.
El niño quedó callado,
pero siguió pensativo;
y tras un momento breve
cortó el hilo sin dudar
y al globo dejó volar
a impulsos del viento leve.

-¿Qué has hecho?
Y el muchachuelo
a decir se precipita:
-¡Mandárselo a mi hermanita
para que juegue en el Cielo!

M. Ossorio y Mernard

Meditando a Solas

Estoy solo en mi alcoba, es un atardecer triste y nostálgico, humedecido por una lluvia tenue que cae golpeando suavemente el tejado invitando con el ruido que produce a la reflexión, a la meditación, al recogimiento espiritual. De pronto se escuchan las campanas del templo de mi barrio que con su alegre repiquetear invitan a la oración, a la plegaria. Cómo me gusta el sonido que producen todas ellas, pues al repiquetear tan alegremente, me están diciendo también que la vida es bella y que por lo mismo debe ser un continuo alabar a Dios por toda su bondad para con sus criaturas, por habernos concedido un día más en nuestra vida, por habernos hecho a su imagen y semejanza, por haber puesto todo lo creado por Él a nuestra disposición para con ello dar testimonio cada día de su Omnipotencia Infinita.

Qué amor tan grande tiene Dios con nosotros al habernos entregado a su hijo y viniera a morir por nosotros para redimirnos del pecado de nuestros primeros padres y así dejar para nosotros el gran mandamiento del amor; y qué ingratos somos las mas de las veces con Él, al no reconocer nuestra pequeñez ante Él y darle gracias por todo, por las cosas buenas que nos pasan y también por las malas, pues todo es, según nuestros merecimientos y para nuestro bien.

Señor, ¡Qué grande eres! Perdóname por nuestra cotidiana indiferencia para contigo. Estas campanas que ahora escucho me están hablando de ti, me están diciendo con sus voces metálicas que TÚ EXISTES, y que lo menos que yo puedo hacer es reconocerlo así y darte gracias al final de cada día por el don preciado de la Vida, de esta vida que es tuya y como dueño de ella puedes recogerla para ti cuando tú quieras y de la cual yo tengo que dar cuentas ante tu Divina Presencia.

Señor, nos falta mucho también, para saber amarnos unos con otros como tú nos lo pediste, pues somos hijos de un mismo Padre. Cuánta envidia hay entre nosotros, cuánto egoísmo y cuánta maldad existen en este mundo creado por ti, y no necesariamente porque tú quieras que así sea, no; es que los humanos Señor, somos ruines, y no queremos reconocer que esta vida es pasajera y por lo tanto, debería estar impregnada de un constante amor para nuestros semejantes. Pero no es así Señor; el hombre es el peor enemigo del hombre; nos hacemos la guerra unos contra otros, nos asesinamos impunemente y hasta con saña y la mayor crueldad posible; queremos que nuestro hermano esté siempre humillado y mordiendo el polvo a nuestros pies. Señor, cuánta maldad y qué lejos estamos de llevar a la práctica tus sagrados designios.

Esta tarde triste, húmeda, llena de nostalgia, me ha hecho sentir y meditar en nuestra frágil naturaleza humana; me han hecho sentir estas campanas del templo de mi barrio, la necesidad de acordarme de Dios, de su grandeza y de su gran amor hacia nosotros. Esta tarde ha sido para mi una tarde muy singular en el correr de los años de mi vida. Gracias Señor por haberme concedido esta tarde.

J. E R B.

Biografía

La Poesía de Ramón Álvarez

Ramón Álvarez es uno de los poetas liberales que tomó parte en la revolución de Ayutla, militando en las tropas comandadas por el General Epitacio Huerta. Álvarez nació en Santa Clara de los Cobres (Villa Escalante) el 31 de agosto de 1830. Comenzó sus estudios en el Seminario, pasando después al estudio de Jurisprudencia en el Colegio de San Nicolás y, sin concluir su carrera, se dedicó a los servicios públicos, como Secretario de Comandancia Militar, además de ser redactor del Periódico Oficial. Cultivó la poesía de entonación cívica, tal como lo requería su milicia política, pero también le cantó al amor, a la mujer y al paisaje. Usó la estrofa de ocho versos heptasílabos, con estribillo, que habría de popularizarse en las canciones de ese tiempo. Ramón Álvarez muere en su pueblo natal el 2 de diciembre de 1882.

Por la Patria

¡Es de un pueblo el instante deseado
por tres siglos de bárbaros tormentos!...
Palpite, pues, el pecho entusiasmado;
agítense los grandes sentimientos;
y arrojando el espíritu malvado
de partido en tan plácidos momentos,
y levantando al cielo nuestras manos,
¡Saludad a la Patria, Morelianos!
Hoy que levanta el orgulloso hispano
para insultarnos su abatida frente;
hoy que provoca en su delirio insano
la guerra contra el pueblo independiente
hoy más que nunca el pueblo mexicano
debe excitar su patriotismo ardiente,
y mostrar a la faz del mundo entero
que no le teme al arrogante ibero.
Sí, que traiga la España a su memoria
los once años de sangre derramada;
tanto triunfo feliz, tanta victoria
que los hijos de Hidalgo con su espada
tuvieron en el campo de la gloria;
que recuerde también avergonzada
aquella voz de triunfo placentera
que de pánico se alza en la rivera…
¿Quién no siente en la sangre de sus venas
el fuego circular de patriotismo?...
¿Quién al mirar ya rotas las cadenas
que puso en su garganta el despotismo,
querrá volver a sus antiguas penas?...
¿Quién n se hunde de gozo en un abismo
al escuchar en cantos seductores
el nombre del caudillo de Dolores?
¡Oh, nosotros que amáis ardientemente
las libertades de la patria hermosa!...
que desafiáis con altanera frente
de los tiranos la tormenta umbrosa…
Vosotros que tornáis hierros candentes
el cetro de la corona esplendorosa
celebrad entre mágicos loores
el dulcísimo grito de Dolores…
Que sea para nosotros un acento
más bello de grandeza y poesía
que el estruendo del Niágara violento;
más dulce que la blanda melodía
con que expresa su tierno sentimiento
el ruiseñor en la floresta umbría;
tan grata como la última esperanza
que allá en el hondo porvenir se alcanza.
Y si alguien de nosotros aparece
que le oiga con estoica indiferencia,
de mexicano el nombre no merece,
amaga de la Patria la existencia,
la propia dignidad así escarnece…
y en el premio de su estúpida insolencia,
¡caiga sobre él la omnipotente saña
de un pueblo libre que venció a la España!


Federico Baena Solís

Nació en la ciudad de México el 2 de marzo de 1917. Sus padres fueron Eva Solís de Baena y Tomás Baena Garda, ella originaria de Puebla, Puebla y su padre, de Santander, España. De pequeño vivió en San Martín Texmelucan y en Puebla, Pue. Desde los 12 años de edad radicó en el Distrito Federal. Desde muy pequeño se hizo evidente su gusto por la música y los deportes, en particular el Fútbol y el box, ambos los practicó durante muchos años y fue aficionado a los mismos durante toda su vida. Respecto a la música, su maestría y desempeño, sus múltiples éxitos internacionales, su prestigio, hablan por sí mismos de la gran vocación que tuvo y que supo cultivar y fomentar. Estudió primaria, secundaria, preparatoria y dos años de Medicina, carrera que dejó para seguir su gran vocación, la música e ingresó a la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México de 1937 a 1944. Pero como su anhelo interno lo seguía impulsando a conocer más sobre la música y perfeccionare, buscó la oportunidad de tomar clases particulares con maestros como Rodolfo Haffter, Juan B. Fuentes, José F. Vázquez y Jam Kums. Así, su primer maestro de violín fue José Rocabruna y continuó posteriormente los estudios de violín y viola con los maestros Smilovitz, Froelich y Vladimir Vulman.

Es interesante destacar que dentro de su disciplina de estudios en cuanto al piano, fue autodidacta, lo cual añade a su mérito la dedicación que tuvo para dominar ese instrumento. Su primera obra musical fue “Te amaré”, que compuso en 1939 y que hasta la fecha es una canción inédita. La primera composición la dio a conocer en 1941 “Te vas porque quieres”. Con toda la fuerza de su inspiración, gran conocedor de la música, incursionó en áreas como la de arreglista, donde cosechó fama internacional. Con similar éxito se dedicó a la dirección de orquesta y a la composición de música de fondo para películas entre las que están “Monte de Piedad”, “Los hijos de Nadie” y otras más. El maestro Baena se definía a sí mismo como poseedor de un buen sentido del humor, de carácter tranquilo, leal, algo voluble y bastante nostálgico y romántico, a lo cual podemos añadir gran sensibilidad, noble y carácter firme.

Sus pasatiempos favoritos eran el dominó, el póker y el billar. De joven le gustaba mucho el baile. Su pasión de siempre era escuchar todo tipo de buena música. La composición que le dio mayores satisfacciones es “Que te vaya bien”, que fue su primera canción de gran éxito. Cabe mencionar que no tuvo obras en coautoría, todas sus obras fueron escritas y musicalizadas por él. Por su trayectoria artística recibió innumerables preseas, reconocimientos y homenajes, entre los que podemos citar la Rosa de Oro y la Fuente de Plata, ambas otorgadas por la Presidencia de la República en 1962, por haber obtenido el primer lugar en el primer Festival de la Canción Mexicana con el tema “Ay Cariño”, canción que además recorrió el mundo entero con gran éxito.

Recibió también reconocimientos de Bellas Artes, diplomas de la Promotora Hispanoamericana de Música (PHAM), Discos de Oro de compañías grabadoras, medallas como la “Agustín Lara” de la Sociedad de Autores y Compositores de Música (SACM) por sus 50 años de compositor, sólo por citar algunos de los muchos premios con que fue justamente valorado y galardonado este gran compositor mexicano. Una anécdota curiosa relata que con la canción “En qué quedamos” interpretada por Las Hermanas Águila, tuvo tanto éxito que estaba en todas las sinfonolas del país. Una madrugada en una cantina cercana a la casa del maestro Baena, un señor puso la canción más de 25 veces, de repente, un parroquiano molesto y aturdido se levantó y le dio de balazos a la sinfonola. Comentaba Federico Baena que entre sus grandes satisfacciones estaba la de seguir en el gusto del público después de una carrera de tantos años y que continuaran grabando sus canciones artistas de gran calidad. Además le enorgulleció siempre haber sido Socio Fundador de la Sociedad de Autores y Compositores de Música y haber seguido como socio activo hasta el final de sus días.

El maestro Federico Baena es uno de los grandes de la composición en México. Entre sus canciones podemos encontrar varias que han destacado como grandes éxitos, tales como El maestro Federico Baena es uno de los grandes de la composición en México. Entre sus canciones podemos encontrar varias que han destacado como grandes éxitos, tales como: “Que te vaya bien”, “Te vas porque quieres”, “¿Qué tal te fue?”, “Todo se paga”, “Vete por favor”, “Ven, ven”, “En qué quedamos”, “Por eso te perdono”, “Yo vivo mi vida”, “Vagabundo”, “No importa corazón”, “Sensación”, “No me olvides nunca”, “Yo soy tu pasado”, “Tres problemas”, “Si vieras”, “Cuatro palabras”, “Árbol sin hojas”, “Jamás”, “Para qué vuelves”, “Ay cariño”, “Triunfamos”, “Cuatro cirios”, “Te amo”, “Si necesitas de mi”, “Ven otra vez”, “A dónde voy”, “Doce campanadas”, “El final que sueño” y muchas, muchas más. Federico Baena falleció el 18 de junio de 1996 y sus cenizas reposan en la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza.

Historia

Literatura de Emancipación de Miguel Hidalgo y Costilla

Don Miguel Hidalgo y Costilla, cura de Dolores, en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, en un acto de heroísmo, decisión y sacrificio, dió el grito de Independencia en el pueblo de Dolores. Era un sacerdote muy ilustrado, de sólida cultura; profesor primero y rector después de la Universidad de San Nicolás en Valladolid; inteligente, lector asiduo de los clásicos, traductor de Moliere y probablemente de Racine. Intentó llevar a la práctica, entre sus feligreses, sus teorías humanistas y ayudó a los indios a encontrar posibilidades para una vida mejor: les enseñó a fabricar seda, cerámica y ladrillos.

Los habitantes de la Ciudad de México tuvieron noticias el 28 de septiembre de 1810 del levantamiento en el pueblo de Dolores a través del a Gaceta, en la cual el Virrey Venegas ofrecía diez mil pesos por la cabeza de Hidalgo, Aldama, y Morelos. En ese mismo periódico se publicó el edicto de excomunión lanzado por el Obispo electo de Valladolid, D. Manuel Abad y Queipo, en contra de los caudillos insurgentes. El edicto inició en la literatura mexicana el género político; no es propiamente un documento religioso, sino una defensa del régimen, y una invitación para agruparse al lado del Virrey, y contrarrestar los efectos de la invasión napoleónica salvando así la unidad del imperio español.

Por su parte, Hidalgo se defiende desde Valladolid de las acusaciones del Obispo, en un manifiesto suscrito el 5 de diciembre de 1810 y que es una protesta energética contra el edicto absurdo de la Inquisición en que se atribuyen faltas conta el Dogma, que él no cometió, con el objeto de presentarlo como hereje abominable a la sociedad de entonces. Elocuente es el curioso documento, que dice más con su sencillez que las miles de proclamas artificiosas. Lo presento, con la inatención de ver en él el estilo utilizado por Hidalgo en su escritura.

Os juro, desde luego, amados conciudadanos míos, que jamás me he apartado de, ni en un ápice, de la creencia de la Santa Iglesia Católica; jamás he dudado de ninguna de sus verdades; siempre he estado íntimamente convencido de la inhabilidad de sus dogmas y estoy pronto a derramar mi sangre en defensa de todos y cada uno de ellos. Todos mis delitos traen su origen del deseo de vuestra felicidad; si éste no hubiese hecho tomar las armas, yo disfrutaría de una vida dulce, suave y tranquila, yo pasaría por verdadero católico, como lo soy en mi lisonjeo de serlo: jamás habría habido quien se atreviera a denigrarme con la infamia de la herejía.

Abrid los ojos, americanos, no os dejéis seducir de nuestros enemigos; ellos no son católicos sino por política, su dios es el dinero, y las contaminaciones sólo tienen por objeto la opresión...Abrid los ojos, vuelvo a deciros; meditad sobre vuestros verdaderos intereses; de este precioso momento depende la felicidad o infelicidad de vuestros hijos y de vuestra prosperidad... Rompamos, americanos, estos lazos de ignominia con que nos han tenido ligados tanto tiempo; para conseguirlo no necesitamos sino unirnos. Si nosotros no peleamos contra nosotros mismos, la guerra está concluida, y nuestros derechos a salvo.

Unámonos, pues, todos los que hemos nacido en este dichoso suelo; veamos desde hoy como extranjeros y enemigos de nuestras prerrogativas a todos los que no son americanos... Establezcamos un Congreso que se componga, de representantes de todas las ciudades, villas y lugares de este reino que, teniendo como objeto principal mantener nuestra Santa Religión, dicte leyes suaves, benéficas y acomodadas a las circunstancias de este pueblo; ellos, entonces, gobernarán con la dulzura de padres, nos tratarán como a sus hermanos, desterrarán la pobreza, moderando la devastación del reino y la extracción de su dinero, fomentarán las artes, se avivará la industria, haremos uso de las riquísimas producciones de nuestros feraces países y a la vuelta de pocos años, disfrutarán sus habitantes de todas las delicias que el Soberano Autor de la naturaleza ha derramado en este vasto continente.

Una escritura clara, transparente es la que presenta Hidalgo a través de este escrito en el cual manifiesta con ahínco lo que busca lograr en nuestras tierras a través de su insurrección.


Grito de Dolores, Llanto de Españoles

Este 15 y 16 de septiembre celebrarán -dice ellos-, un aniversario más de la Independencia de México. Admirarán como siempre la figura del cura Hidalgo y compañeros, ignorando al verdadero libertador de México. Junto con esos festejos, también deben recordarse o conocerse algunos hechos realizados por el cura Hidalgo y compañeros como: los cientos de españoles pacíficos que personalmente mandó degollar en Morelia, Guadalajara, y poblaciones por donde pasaba, y las que bajo las órdenes de la gente de Allende, se realizaron en Guanajuato, la rivalidad con Allende que al final le quitó el mando, la liberación de los criminales mas peligrosos para aumentar su ejército permitiendo asesinatos, saqueos, incendios, etc. Para ellos, nos apoyaremos en la Historia de México escrita por el prestigiado historiador don Lucas Alamán, testigo presencial de esos acontecimientos. Dice Alamán:

Hidalgo, a pesar de la oposición de Allende, decidió marchar a Guadalajara (estaba en Morelia) pero antes, mandó degollar a los españoles que tenía presos. Con este fin dispuso se les sacase en diversas partidas para darles muerte; fuera de la ciudad, la primera salió la noche del 13 de noviembre en la que iban 40 individuos que fueron degollados en la Barranca de las Bateas, la segunda se despachó en la noche del 18 de noviembre y se componía de 44 personas. Todas las circunstancias que contribuyeron en estas atroces matanzas las hicieron más horrorosas: hacíanse por orden de un eclesiástico, el cura Hidalgo, como él mismo lo reconoció en su proceso. En cuanto a los asesinatos de Guadalajara, Hidalgo los calculó en 350, aunque se creyó entonces que habían sido mil (1000).

Entre los muertos había hombres venerables por sus virtudes, ancianos, un sacerdote y un lego carmelita. A todos se les conducía en la noche o la madrugada a algunos kilómetros de distancia, hasta la orilla de un barranco; allí se les desnudaba y atados de manos, eran entregados al bárbaro furor de los indios, que los mataban a lanzadas, empujando sus cadáveres a la profundidad del barranco. Un movimiento de horror se excitó entre toda la gente y muchos se dirigieron a Allende para que tratase de evitarlas, y por ese motivo Allende consultó con el Gobernador de la Mitra si era lícito dar un veneno a Hidalgo para cortar los males que estaba causando, como los asesinatos que por su orden se ejecutaban, porque desde el inicio de la revolución se apoderó Hidalgo de todo el mando tanto político como militar.

La división entre Hidalgo y Allende se hacía cada vez mayor, pues Allende y Aldama no estaban de acuerdo con los excesos que por todas partes se cometían, tolerados por el “bribón del Cura”, como le llamaba Allende a Hidalgo. Después de la derrota de Puente de Calderón, cuando Hidalgo y los suyos huían hacia el norte, cerca de Zacatecas, Allende amenazó a Hidalgo con quitarle la vida si no renunciaba el mando en el mismo Allende, lo que hubo de hacer. Desde entonces, Hidalgo siguió incorporado al Ejército Insurgente sin ningún cargo ni mando. Pero aunque a Hidalgo no le quedase más que la apariencia del poder, hacía uso de ella, para la destrucción de los desgraciados españoles que habían quedado en su poder.

Anticipaba las órdenes para que se recogiesen todos, tuviesen o no indulto y a su llegada eran degollados. Acompañaba a Hidalgo una joven de buen parecer, disfrazada de hombre, parece ser que era su ahijada o más bien su hija según se decía, habida con la mujer de un español que no por eso, dejó de ser de los presos degollados. En cuanto a Allende que defendía la ciudad de Guanajuato del ataque de Calleja. Él y sus generales permanecieron durante toda la batalla en las casas, no habiendo visto ni el humo de la artillería, después de la derrota de los Insurgentes la plebe se arrojó sobre los presos y degolló a la mayor parte de los 247 presos.

En la breve batalla de Aculco, los Insurgentes se pusieron en precipitada fuga, al primer cañonazo, siendo los generales los primeros en huir. Tan repentino engrandecimiento, hizo perder la cabeza a Hidalgo, dábasele el nombramiento de “Alteza Serenísima”, acompañaban su persona oficiales que lo custodiaban, y en todo se hacía tratar como un soberano. Muy seguido había ceremonias a las que asistía el cura generalísimo con gran uniforme, y del brazo de una dama que estaba entonces en todo el esplendor de la juventud y de la hermosura. Lástima que, para Hidalgo solo disfrutó unos cuantos meses del poder.

Llegada de Hidalgo a San Miguel el Grande (hoy Allende)

El Cura Hidalgo llegó a San Miguel al anochecer del 16 de septiembre. En aquella noche y el día siguiente fueron saqueadas las casas de los europeos (españoles) y reducidos estos a prisión. El mismo Hidalgo desde el balcón de una casa, tiraba al pueblo las talegas de pesos gritando: “Cojan hijos, que todo es suyo”. Los criminales que estaban en la cárcel fueron puestos en libertad, y como lo que se hizo en San Miguel con los criminales y los españoles fué lo mismo que se hizo en cuantas poblaciones entraron Hidalgo y los Suyos. El Obispo electo de Michoacán, Abad y Queipo publicó el 24 de septiembre un edicto donde declaró que Hidalgo y sus compañeros, habían incurrido en la excomunión.

Llegada de Hidalgo a Guanajuato y la Toma de la Alhóndiga.

Entregóse la plebe al pillaje de todo cuanto se había reunido en la Alhóndiga y todo desapareció en pocos momentos. Hidalgo se reservó para sí las barras de plata y el dinero. Los saqueadores combatían por el botín y se daban muerte, unos a otros. Comenzó esa misma tarde y continuo por toda noche y días siguientes el saqueo general de las tiendas y casas de los españoles de la ciudad más despiadadamente que lo hubiera hecho un ejército extranjero. En aquella funesta noche no se oían más que los golpes con que echaban abajo las puertas, y los feroces alaridos del populacho que aplaudía viéndolas caer, y se arrojaban a sacar efectos de comercio muebles ropa y toda clase de cosas. Las mujeres huían despavoridas a las casas vecinas trepando por las azoteas.

El día 29 de septiembre, Guanajuato presentaba un lamentable aspecto de desorden, ruina y desolación, la plaza y las calles estaban llenas de pedazos de muebles, de restos de cosas sacadas de las tiendas de licores derramadas después de haber bebido el pueblo hasta la saciedad. Éste se abandona a toda clase de excesos. Mas información: Tomo I y II de la Historia de México, por don Lucas Alamán.

D H R



Aztlán: Origen y Destino

América, el Nuevo Mundo (conclusión)

Américo, más que una persona de trabajos rutinarios, era una persona que gustaba de la aventura y le apasionaba la investigación, por lo que abandonó sus trabajos administrativos en la empresa y se incorporó a las expediciones de exploración que se encontraban en su máximo apogeo. Por lo que se embarcó hacia el Nuevo Mundo en 1499, auspiciado por los reyes de España y en 1501 realizó otro viaje al Nuevo Mundo, patrocinado por los reyes de Portugal. Era un marinero con conocimientos, experiencia en alta mar, y mucha intuición, lo que lo llevó a bordear las costas del Nuevo Mundo, concluyendo después de varios viajes de reconocimiento, que las tierras pisadas por Colón, se trataban de otro continente desconocido hasta entonces y que no se trataba de la región oriental más lejana del continente asiático, como lo creía Colón e hizo creerlo a mucha gente.

Para el año de 1504, Américo tenía claros los contornos del nuevo continente, por lo que estuvo enviando registros de sus descubrimientos al teólogo y cosmógrafo Martín Waldseemuller, de origen alemán, uno de los cosmógrafos más importantes de Europa en su tiempo. Waldseemuller trabajó con la información enviada por Américo, y en 1507 publicó el primer mapamundi al que llamó, “Universales alioriumque lustratines”, un mapamundi impreso en una superficie de 3.5 metros cuadrados, de los que se imprimieron mil ejemplares y hoy sólo se conserva una réplica. En él, se exponía una tierra completamente nueva y en un tamaño nunca presentado. En estas primeras impresiones es donde aparece por primera vez el Nuevo Mundo, identificándolo con el nombre de América; honor que hizo Waldsemuller al marino italiano Américo Vespucio.

Para la Iglesia Católica, que a veces peca de prudente y a veces de vanidosa, el nuevo continente planteó un gran problema, porque los seres humanos creados por Dios, sólo se encontraban en el continente asiático, africano y europeo: más allá de los mares que rodeaban estas tierras, ya no podía, ni debería de existir, más seres vivos, ni más tierras. Este hallazgo de nuevas tierras, con nuevos habitantes, no podía ser explicado.

No tardó mucho en llegar la primera explicación: se argumentó que los pueblos de América descendían de alguna de las doce tribus israelíes, que pudo haberse extraviado, navegar hasta América y establecerse en ella. De aquellas doce tribus formadas cada una por los doce hijos de Jacob, cuatro generaciones después de Abraham: José, Rubén, Simeón, Leví, Judá, Dan, Neptalí, Gad, Aser, Isacar, Zabulón y Benjamín, la tribu de Judá no podía ser, ya que de ella descendió el pueblo de Israel. Tampoco lo podría ser ninguna de las demás tribus, porque algo característico de las doce tribus era su monoteísmo, cuando todas las tribus de América eran politeístas. Nunca hubo una explicación convincente por parte de la Iglesia, que presumía de tener siempre todas las explicaciones y la razón en todo.

La Conquista de México, la aniquilación y el milagro mexicano

La existencia del pueblo mexicano se debe a un milagro, un milagro que no sabemos a quién atribuírselo: si a los dioses Aztecas, que le cumplieron a su pueblo todas sus profecías, haciendo del pueblo Azteca uno de los más grandes, poderosos y fructíferos imperios de América, o al nuevo dios recién estrenado e impuesto por los españoles desde el siglo XV, adquiriendo desde entonces, hasta nuestros días, la fe católica. De tal forma que hoy, 96% de la población la practica, a pesar de haberla implantado en todas sus colonias. Bien se podría decir que los españoles son “candil de la calle y oscuridad de su casa”.

El Dios que nos impusieron, es el mismo que dicen escogió al pueblo de Israel como su favorito, pero que después de 2000 años no ha podido darles un lugar estable, ni paz, ni tranquilidad, ni tolerancia, ni esperanza de su gente. El milagro mexicano se debe a lo que pasó después del descubrimiento de América, en 1492, y posterior a la conquista de México, en 1521.

Justo al contacto de con los europeos, México contaba en sus territorios con 30 millones de habitantes y al interaccionar con el pueblo español, empezó a experimentar un rápido descenso de su población, de tal forma que, para 1534, el país ya solo tenía cinco millones de habitantes, es decir: en 13 años de conquista española, ya habían dado muerte, o hecho esclavos, o vendidos en Europa, a 25 millones de mexicanos. A pesar de ello, continuó la conquista, el tráfico de esclavos, los maltratos, abusos y la sobreexplotación de la población mexicana, con la anuencia de los clérigos que siempre estuvieron acompañando a los conquistadores españoles, desde el segundo viaje de exploración de Colón, en 1493, con su misión evangelizadora que quizá la sintieron una misión imposible.

No era tarea fácil evangelizar a 30 millones de mexicanos, tan arraigados al politeísmo. Y casi se convierte de verdad en un misión imposible, cuando en 1610, se contabilizan en el país menos de un millón de mexicanos: más de 29 millones de mexicanos habían muerto, o habían sido capturados para ser vendidos en Europa. Por poco, y gracias a Dios, los clérigos creyeron que ya no iba a haber a quien evangelizar. Muy a pesar que desde el principio, los reyes católicos le habían prohibido a Cristóbal Colón traficar con esclavos, toda la última América, que iba a vender a Europa, esta fue una de las causas que ocasionó que en 1499, Cristóbal Colón, su hermano Bartolomé Colón, y su hijo Diego Colón, fueran hechos prisioneros en la Isla la Española, que por muchos años fue el cuartel general donde llegaban primero todos los viajes de España y donde se decidía su destino final. .

También de ahí salieron todos los viajes de exploración y de conquista en el siglo XV. Francisco Bobadilla fue quien los apresó y los envió engrilletados a España, donde, a pesar de que a su llegada fueron perdonados por la Corona, a Colón se le quitaron sus títulos y todos los privilegios que tenía. Se podría pensar, que Colón creyó que como España tenía 50 años traficando con esclavos negros de África, queriendo competir en el tan remunerable negocio que iniciaron los portugueses a mediados del siglo XV y que casi tenían el control y monopolio de los esclavos que compraban o capturaban en África y los llevaban a vender a Europa, España podría ahora, por medio de su conducto, competir con Portugal, llevando esclavos de América, donde abundaban y no tenían costo para los españoles, por creer que ellos eran los dueños de todo lo que existía en el Nuevo Continente, como lo dispusieron ellos y el Santo Papa, Alejandro VI, que los confirmó dueños de casi toda América.

Así, en menos de 50 años, despoblaron las islas del Caribe por el salvajismo y la ambición desmedida de los españoles, por el trato inhumano y violento, y por la captura y venta que hicieron de los indígenas, vendiéndolos como esclavos en Europa. A principios del siglo XVI, el fraile dominico Bartolomé de las Casas, “El defensor de los indios”, (¿qué tal si no lo fuera?), sugiere que se trajeran esclavos negros de África, que eran de naturaleza más resistente que los indígenas, para poder sustituir la falta de mano de obra indígena que ya casi habían exterminado los mismos españoles. Tan resistentes fueron los esclavos negros, que en 400 años de tráfico, se comerció con más de cien millones de africanos, dejando al continente africano casi despoblado.

Tomada del Libro: “Aztlán: origen y destino”
de: Melquiades González Gaytán


Historia y Evolución de Salvatierra

La Vida Colonial Salvaterrense, 1644-1810 (continuación)

La Educación, literatura y filosofía (continuación)

Don José Brito serrano, maestro de escuela pública a cargo de la enseñanza de varios niños, se dió cuenta del perjuicio que les causaba en su preparación sus continuas pero necesarias ausencias a la clase. El maestro Brito decidió nombrar a un ayudante que lo sustituyera mientras él estuviere ausente de la ciudad, nombró a Juan López Pallares como ayudante, pero mediante escritura pública, donde se hace constar lo siguiente:

“En la ciudad de Salvatierra, a veintinueve días del mes de septiembre de mil setecientos diecinueve, ante mí el Escribano Público y testigos pareció Don José Brito Serrano, vecino de esta ciudad y maestro examinado en el arte de leer, escribir y contar en los lugares de esta Nueva España, como consta en la carta de examen que pasó en la Corte de la Ciudad de México a los treinta días del mes de junio del año pasado de mil setecientos diecisiete por ante Gabriel de Mendieta Rebollo, Escribano Mayor de Cabildo, y dijo: que por cuanto el susodicho tiene su escuela pública en esta dicha ciudad de niños hijos de diferentes sujetos a la cual dicha enseñanza no puede asistir por algunas demoras que hace fuera de la jurisdicción y en esta ciudad, de que puede redundar el que se atrasen sus discípulos en cuya conformidad y para cumplir con el Juramento que tiene hecho en dicha carta de examen, nombraba y nombró por su sustituto a Juan Pallares, vecino de esta ciudad, para que el susodicho, por sus ausencias y enfermedades, asista a dicha escuela y enseñanza con todo esmero, enseñando y cuidando a los muchachos que hay y que hubiere en adelante, para lo cual le da todos gajes de ella y sea por el tiempo que necesitare la enseñanza perfecta y sin disminución de toda destreza en el arte de leer, escribir y contar de cuatro hijos que tiene a su cargo de Diego Bermúdez –un pudiente de ese tiempo- quien le tiene pagada la cantidad por lo referido como consta en la escritura de obligación que le tiene hecha ante mí el presente escribano, y para el uso de dicha escuela le da al dicho Juan Pallares todo el poder y facultad que por derecho puede y le es concedido para poner ayudante, y se entiende que no le ha de poder quitar el uso al susodicho hasta tanto que enseñe a dichos cuatro muchachos y les dé perfectamente bien adoctrinados y diestros en saber ller, escribir y contar.

Y yo el dicho Juan Pallares, que presente soy, otorgo que acepto este nombramiento y me obligo a cumplir con su tenor y forma y a su enseñanza como va dicha a dichos cuatro muchachos, y a educarlos, y también a todos los demás que fueren a mi cargo, sin faltar a las horas competentes del día de trabajo. Y a la firmeza de lo dicho obligamos nuestras personas y bienes habidos y por haber, con poderío de las Reales Justicias de cualesquiera parte que sean y especial a las de esta ciudad a cuyo fuero nos sometemos: renunciamos el nuestro, jurisdicción, domicilio y vecindad. Ley Sic convenirit, para que nos lo hagan guardar y cumplir por todo rigor y derecho y como si fuera por sentencia pasada y cosa juzgada; renunciamos leyes a nuestro favor con la general del derecho. Y los otorgamos, a quien yo el Escribano Público doy fe que conozco, así lo otorgaron y firmaron, siendo testigos Francisco Ortiz, Juan de Rojas y Francisco Blanco de Medrano, vecinos de esta ciudad. José Domingo Brito –Rúbrica-. Juan López Pallares. –Rúbrica- Ante mí. Agustín Gómez, Escribano Público y de Cabildo. -Rúbrica.”

En Salvatierra la escuela parroquial pública tiene sus orígenes en el año de 1753, cuando don Lorenzo Rodríguez, alcalde ordinario y vecino de esta ciudad, otorgó por testamento signado en Valladolid un capital de 4,500, para que con sus réditos, se formara y fundara una escuela para la educación y beneficio común de todos los niños. El maestro que fuera designado, quedaría obligado a enseñarles a leer, escribir, contar y estudiar la Doctrina Cristiana, sin pago alguno por parte de los educandos, además, tendría también la obligación, de salir de su escuela acompañado por sus alumnos todas las noches rezando en público el Rosario a María Santísima, cuya imagen debería ir con decencia, acompañándola con luces y velas, y cuando no fuera posible por el mal tiempo, se rezaría en la capilla de Ntra. Sra. de la Luz quedando a cargo del párroco.

Para llevar a efecto la fundación formal de la escuela, los aspirantes a maestros deberían presentar muestra de su escritura y caligrafía, para que el párroco con la asistencia de seis vecinos principales, examinara los trabajos y decidiera quién sería al más capaz para desempeñar el puesto. El maestro designado para esta noble tarea fue don José Antonio Altamirano. La escuela estuvo provisionalmente en la calle Real –hoy Hidalgo-, luego fué trasladada a la casa que ocupaba la hoy esquina Norte que forman las calles de Morelos y Leandro Valle.

Existe un informe que rindió el maestro don José Antonio Altamirano al párroco y juez eclesiástico de Salvatierra, sobre las actividades de la escuela pública fechado, el 18 de enero de 1802. Para la fecha del documento en mención, don José Antonio tenía veinte años de servicio como maestro, haciendo referencia de que tenía cuarenta y tantos niños a su cargo, casi todos ellos eran pobres, hijos de viuda, y todos los indios que solicitaban su admisión al párroco. Está redactado en los términos siguientes:

“Reglamento de la escuela pública de esta ciudad que tiene el maestro José Antonio Altamirano, que recibe y admite a todos los pobres huérfanos, hijos de viuda e indígenas, según mandato del fundador de esta obra pía: representándolo el Sr. Cura y Juez Eclesiástico de esta ciudad”.

“Primeramente se abre la escuela a las siete y media de la mañana, comenzando a entrar los niños a esa hora alabando a María Santísima en la puerta, tomando enseguida sus respectivos lugares y dándoles la lección de aquel día; a las ocho de la mañana se toma la table de acientos de niños –léase lista de asistencia- llamándoles por su nombre para conocer los que faltan dando aviso a sus correspondientes casas; y luego inmediatamente se ponen a leer los que ya saben para que éstos tengan cuidado de dirigir a los que ya empiezan; concluido esto, toman sus correspondientes libros para que en la mañana lean en ellos y en la tarde en carta –en voz alta- los que la leen; a las diez del día comienzo a tomar la lección personalmente y sin valerme de persona alguna, para tener tiempo de tomarla a cuarenta y tantos niños, quedándome solo un cuarto de hora después de la acostumbrada hora de salida de una escuela pública; en ese cuarto de hora corrijo planas, rezan la tabla de contar, y leyéndoles día con día la Ortografía del insigne maestro Juan Claudio Asnar de Polanco; en la tarde ya entrados en esta escuela, se acostumbra leer la tabla de hacer cuentas para niños y hacer sus acientos –léase operaciones- respectivos; a las tres y media de la tarde como la lección, veo las cuentas en los cuadernos y registro las planas; concluido esto, rezo con ellos el Rosario o María Santísima ofreciéndolo con sus correspondientes oraciones por el alma del bienhechor de esta obra pía; concluido este ejercicio se reza la Doctrina Cristiana según la cartilla de R.P. Ripalda además de las cuatro oraciones, los mandamientos y los artículos de fe; el sábado por la mañana van en comunidad a misa y se toma lección del catecismo y en la tarde del mismo sábado es la adoración del Señor ante su imagen con flores y velas, y por la noche su Rosario por las calles con sus faroles encendidos, como bien consta a Vuestra Excelencia, y porque así consta lo firmo hoy 18 de enero de 1802, José Antonio Altamirano –Rúbrica-.

Tomado del Libro: “Historia y Evolución de Salvatierra”
de Miguel Alejo López


La Epopeya y la Leyenda
El Otro Rostro de la Historia

por: J O G

Las inculpaciones proseguían su impune marcha, muchas abundantes de lenguaje técnico y aludiendo a las disciplinas eclesiásticas, pero que concluyentemente fueron móvil para que el Consejo de Castilla sugiriera el “extrañamiento” de la orden jesuita y Carlos III signara el decreto que llamaron “La Pragmática Sanción”, que disponía que la Compañía de Jesús fuera echada de España y de todas sus colonias: Cuba, América Central, América del Sur, Filipinas y sabido era que igual suerte aplicaría en la Nueva España. La decisión tornó en fecha: echó a andar en febrero 27 de 1767, cumplimentándose el 25 pero de junio de ese mismo lapso. En previsión de motines populares, el casi silencio fraguó el plan, obligado con pena de vida al indiscreto o delator, pues los sacerdotes de la Compañía de Jesús gozaban de renombre; de tal eficiencia la malévola medida, que los altos mandos civiles se enteraron de la maniobra real hasta la noche previa al desalojo. Los villanos de todo el imperio español nada sabedores del movimiento, solo hasta la llegada el alba de aquel 25 de junio.

Guanajuato, castigo y sangre. La real disposición arribó a México a las manos del virrey Carlos Francisco de Croix, y correspondió a él transferir la gravísima noticia al visitador José de Gálvez, al arzobispo de México y a la progenie en general. Esa fatídica madrugada del 25, gran cifra de soldados hicieron amenazadora presencia en todos los domicilios jesuitas cumplimentando la real orden. No ocurrirían excepciones, a no ser que apareciera enfermo, doliente o agónico. Sin distinción, debían ser apresados y conducidos a Veracruz... para su expulsión. Al momento de la canallada real, la Nueva España albergaba espacios para 562 miembros de la Compañía distribuidos en 11 seminarios y 30 casas.

Antes de salir el sol de aquel día, las tropas cerraron calles, plazas y veredas que llevaban a las moradas de los frailes, facilitando así el cumplimiento de la maléfica “Pragmática Sanción”. Difícil no es figurarse la expresión de asombro e incredulidad de los padres que de un día para otro tropezaron con agresivos mandos que poco antes habían confesado culpas con ellos, donde, prometiendo enmienda, les otorgaron penitencia, bendición y absolución...

Arribada la hora de la celebración de la madrugada misa, los fieles encontraron con que no solo las puertas de los templos no estaban abiertas, sino custodiadas por malcaradas tropas que por toda explicación farfullaron rasposamente que:

“...por órdenes del rey quedan suspendidos los servicios sacerdotales de los jesuitas”

...y les lanzaron amonestación de penas y castigos para aquellos que no acataran la real disposición al pie de la letra, que residía desde las rejas y hasta la horca... Correspondiente estado de cosas caminó San Luis de la Paz, Celaya y León.

Al momento del estallido del conflicto, la casa de Guanajuato albergaba 10 sacerdotes con fray José Luis Aguirre oriundo de la ciudad de México al frente; los orígenes de los frailes variaban, pues mostraban oriundez lo mismo de sitios como Puebla, Zaragoza, Oaxaca, Rosario Sinaloa, que de la muy distante Nicaragua. Las bayonetas solo dieron ocasión y rato para juntar una muda de ropa, libros de rezos y quizá algún rosario. Aunque el mandato era no injuriarlos ni maltratarlos, hubo explicablemente empujones y jaloneos por doquier. Como de sospechar es, inmuebles, valores, dinero, haciendas y todo bien raíz fué confiscado en provecho del rey. La soldadesca solo respetó los objetos de servicio directo para el culto como vasos sagrados, ornamentos, custodias y crucifijos.

La reacción popular demoró en declararse, aunque de hecho serían los mineros quienes abordarían la dificultad con acciones concretas: acarrearon casi a la fuerza a los padres a sus propias casa, determinados a custodiarlos. Además, se pusieron en tumulto rumbo a las casas reales para apedrearlas, saqueando y pillando oficinas gubernamentales, declarándose en rebeldía, poniendo en entredicho a la autoridad civil. A no dudar, caminó por su entendimiento la ingenuidad que ante hechos consumados, el rey tendría que corregir su injusta ley ante la resistencia popular. Pero nunca ocurrió, porque Carlos III en todo el imperio español nunca admitiría límite ni retractaba sus dichos...

Croix, con la encomienda de ejercer rejas y espada contra quien se contrapusiera a la orden real, pregonó ese 25 de junio en un bando que refería:

“y me veré precisado a usar del último rigor, o de ejecución militar contra los que en público, o secreto hicieren con este motivo, conversaciones, juntas, asambleas, corrillos o discursos de palabra o por escrito; pues de una vez para lo venidero deben saber los súbditos del gran Monarca que ocupa el trono de España, que nacieron para callar, y obedecer, y no para discutir, ni opinar en los altos asuntos del gobierno”.

ESPAÑA REPRIME. En Guanajuato, los mineros, lejos de amedrentarse, siguieron atacando y controlando con premura y eficacia la poco numerosa tropa que traía la encomienda de hacer cumplir la tajante orden real. De las revueltas tanto en san Luis de la Paz como en Guanajuato, se enteraron al poco las autoridades, asunto que el visitador real José de Gálvez coordinó él mismo los movimientos de represión del pueblo”... que irrespetuosamente se oponía al poder de S.M.”. Arrellanado en la capital novo hispana, libró órdenes de llamar a filas a moradores de Celaya, que encaminados por su alcalde mayor, se agregaran a la tropa del visitador real, que impetuoso se lanzó contra el inconforme pueblo, poniendo bajo su celosa custodia a los indefensos jesuitas.

Como los soldados lucían ralos para la extensión del conflicto, hubo que alistar con premura tropas de villas como Silao, Dolores y el propio León. También se supo que algunos administradores de minas fueron quienes dieron el soplo de las casas y minas donde se escondían los frailes, lugares en los que fueron apresados y puestos a resguardo para su expulsión. Al final de cuentas, los habitantes de las villas fueron sometidos.

El amago de excomunión para las villas fué lanzado, y el alto mando civil recluyó en prisión a casi 600 guanajuateños, casi todos mineros, que fueron sometidos a perrunos interrogatorios individuales, para que delataran a cabecillas y líderes de la desobediencia. La crueldad real hizo presencia una vez más y la punición ejemplar consistió en colgar hasta morir a 9 mineros; a 149 los refundieron por diez años en inmundas mazmorras y 31 sentenciados sin juicio a morir su engrilletada vida a una cadena perpetua...con esto, el odio popular desbordaba más.

La SECUELA de esta decisión real contra el pueblo preludiaba gravedad, no solo por la expulsión de los jesuitas, pues solo era una muestra del proceder del gobierno español de injusticia para sus súbditos, sino porque no divisaban esperanza de adelantamiento... solo liberándose de sus crueles e ingratos dueños.

“Decían los peninsulares que los novohispanos ‘habían nacido para callar y obedecer...’ Por esos días, ya un muchacho de 14 años llamado Miguel correteaba por los campos de Corralejo, sin saber callar ni obedecer la imposición, y que en 43 años, arribaría al curato de la villa de Dolores para lanzar un grito de libertad...”

La Agonía del siglo XVIII, la Nueva España la desplazaba ya sus vastos contrastes, en exigencia de transformación social. El entorno difería al del siglo XVI, y las partes políticas, materiales y del clero eran dispares y había acrecentado más que las de España. Guanajuato ya andaba recio la autosuficiencia económica como una realidad, y por ello, las mayorías ya vislumbraban su independencia. Arribado 1800, muchos novohispanos querían romper ya la liga con la vieja España:

“Porque la garra monopólica peninsular apretaba férrea tenaza sobre todo acontecer económico político, militar y religioso, al grado de asfixia; también, el criollismo no identificaba con España y sí con su tierra de origen, como patria; igual consideraban que la clase ilustrada era preparada y suficiente para regir riendas y destinos de un nuevo país”.

Todas las castas, que contenían a mulatos, negros e indios, eran ya explotados en insoportable manera por los peninsulares. Las letras de algunos ya lo habían prendido entre los criollos, haciendo factibles conceptos y fe de libertad. La reciente independencia del vecino Estados Unidos, retumbaba todo el reino americano. En esos instantes, Carlos IV y su primogénito Fernando VII se enfrentaban en pugna política por ambicionar ambos reinar al mismo tiempo. La duplicidad de mandos parió un caos por las divergentes ambiciones de ellos. El colofón, marcó cuando estos ambiciosos soberanos de España pusieron pie en Francia donde Napoleón los tomó prisioneros, no bien habían pisado Bayona. Con este nuevo e inestable estado de cosas, los criollos comentaban en corrillos, casi en secreto, que sin rey, el virrey ya a nadie representaba y que, el Cabildo electo por el pueblo debía asumir el poder. Ante situación tal, el virrey urdió planes por su cuenta, conjeturando que si se desplazaba convenientemente, podría llegar a ceñirse corona y cetro de las tierras americanas.

Libertar a una Patria
Sed de Justicia...

El momento del inicio de la lucha por la independencia había arribado, tocando con urgencia a la puerta. Las ideas de libertad ya eran tema corriente, sin tapujos y en lugares y parajes públicos. Sin embargo, los peninsulares divisaban en esta delicada situación, una amenaza grave para sus fincas, tierras y heredades, y que haría tambalear y caer sus centenarios privilegios... el poder en otras manos, a no dudar, se disiparía. Guanajuato era sitio de residencia de criollos ilustrados, igual que la ciudad de México y otras. Don Miguel Hidalgo y Costilla, que había ejercido como rector de la Universidad de San Nicolás, de la añeja Valladolid, y que en desquite a su libre pensamiento, fué movido a Colima primero, luego al penal de San Felipe donde sin mermar labor educativa, actuó no solo como clérigo, fomentó e impulsó ramillete de oficios que proporcionaran manera digna de subsistencia a los más pobres. También ponía en juego sus inquietudes teatrales, suscitando funciones educativas, de recreación o argumentos de tono crítico.

Dado que Don Miguel vivía sus pensamientos libertarios, otra vez hubo de mudar casa e ideas por orden superior, ahora a una más desvalida comunidad, la villa de Nuestra Señora de los Dolores, lejana de todos lados. También dispuso ahí a los más necesitados de la población, para instruir el cultivo de la morera, la seda y la vid, lo mismo que la alfarería y la apicultura, con tanto fervor, como el que puso para quienes otrora enseñara en su extrañados hogares y feligreses de Nueva Valladolid, San Felipe y Colima. Al parejo que hacía cotidiana su labor social de oficios con la gente, buscó hender sus ideas, contactando con criollos ilustrados de pensamiento independentista. Aunque personajes como Juan Antonio de Riaño y Bárcenas, y el religioso Abad y Queipo, que ejercían desenvueltamente la cultura, resultaron desabridos para la causa independentista mexicana.

Tomado del Libro: “La Epopeya y la Leyenda, el Otro Rostro de la Historia
de Jorge Ojeda Guevara”

Algo mío

“Ya me voy de mi Ranchito”

Ya me voy de mi ranchito
a buscar a esa mujer,
la que fuera mi amorcito
se fué para no volver.

Me ha dejado en el olvido,
destrozó mi corazón,
sin tener ningún motivo
se fué sin decirme adiós.

Con cuánta ilusión soñaba
que me entregara
su corazón.
Y que nunca me dejara
porque la quiero
con gran pasión.

Pero aunque remueva el mundo,
tarde o temprano
la he de encontrar.

Pa’ saber si aún me quiere
o nunca de plano
volverla a buscar.

Ya me alejo de mi tierra,
de su luna y de su sol,
digo adiós a mi parcela
que sembré con mucho amor.

Oigo cómo llora el viento
al cruzar por el trigal,
y parece su lamento
un reflejo de mi mal.

La noche va cayendo,
tiende sus sombras
sobre el maizal.

La calma se va esparciendo
y la comarca
dormida está.

Y lejos se ve un caballo
que en la espesura
se pierde ya.

Llevando encima un jinete
que solo “Dios” sabe
si un día volverá.

Mario Carreño

Poesías

Vuela mi Barca
al P. Tavo Villegas

Náufrago de mis nadas y mis penas
hecho a tu mar mi barca.

Allí tu mismo ser lo llena todo
como llenas de estrellas el seno de tus aguas.

Marino de tus mares muevo mis velas
con los inmensos vientos de tu gracia.
Perdido en tu amistad voy avanzando,
pues es pura amistad la gracia de tus aguas.

Me siento inmensamente sólo y feliz.
Solo, por ser inmensamente nada,
feliz, por ser regazo de una madre
los azules vaivenes de tus aguas.

En el barbecho azul de tu mar
mueve el espíritu sus alas
y nos hace volar entre las nubes
de tu amor y tu gracia.

¡Quién pensara que un día
volara con el peso de mi barca!
Es que tú haces volar
con tu suave soplo mi hojarasca.

Sin perdernos de vista las estrellas
se quedan en las nubes bajas
y los ángeles suben a seguirnos
como lentos viajeros a distancia.

Allá se quedan los azules mares,
acá vuela que vuela esta mi nada.

Tomada del Libro: “Mi Desierto, Poesías”
del Padre Rafael Alcántar Mondragón


Solo Sueños

Sueños escondidos en el fondo del alma.

Callados, amarrados mil deseos,
figuras vagas se presentan en el alba
y se pierden inquietas cual destellos.

Inseguridad latente que abarcar no quisiera
porque su ausencia inquieta el corazón.
Figuras que remueven mi miseria
y me dejan ausente, sin razón.

Imágenes capaces de dar felicidad,
otras que dejan soledad,
sin poder atraparlos, siendo bellos
unos y otros… son solo sueños.

I S J.


Guerra de Independencia

Aquella guerra sanguinaria,
que dejaba muertos día tras día,
hoy se convierte en motivo de alegría,
por festejarnos a México, nuestra patria querida.

Habrá dejado muertos a muchos hombres,
pero hoy los recordamos como valientes,
porque dieron su vida por tres colores,
que para los mexicanos son los mejores.

Gracias a Hidalgo y Morelos,
de libertad hoy nos saciamos,
porque hace doscientos tres años,
dejamos bien claro que ya no íbamos a ser esclavos.

Gracias a la Corregidora,
hoy podemos gozar de educación y empleos,
gracias a esas alarmas y mensajes,
hoy somos libres y campeones.

Gracias a esa Guerra de Independencia,
los alumnos estudiamos día a día,
gracias a eso somos libres,
y por ser libres, en todo hemos de ser los mejores.

G T R R


A mi México Querido

México mío, Patria bendita,
tierra querida, linda nación.
Te canto alegre esta melodía
que me ha nacido del corazón.

Te llevo dentro del alma mía,
eres la Patria donde nací.
Quiero gritarlo por todo el mundo,
¡Bendita Patria, yo soy de aquí!

A mi México Querido,
tierra noble, gran nación.
Yo le canto con orgullo
y lo grito con amor.
A los nobles mexicanos
que murieron por la Patria,
Dios los tiene en el Cielo,
Él les ha dado esa gracia.

¡Viva México señores!
Viva todo el mexicano
que nació en esta tierra
siendo libre y soberano.

México mío, tierra bendita.
Patria querida, linda nación.
Te canto alegre esta melodía,
¡Viva México Señor!

I S J.


Mes Patrio

Estamos celebrando
queridos compatriotas,
las Fiestas Mexicanas
que tiene mi País;
y como somos todos
muy buenos mexicanos
levantamos los brazos
para gritar así:

¡Que Viva nuestro México!,
Que nunca se ha “rajado”;
¡Que Vivan nuestros Héroes
que lo hicieron así!
y uniendo nuestras manos
cual buenos mexicanos,
hagamos de la Patria
una Patria mejor.

Que nuestros ¡Vivas!
salgan de nuestro “ronco pecho”,
sin mostrar los alardes
de un “pueblo valentón”.
Y que siempre sinceros
le mostremos al mundo
que amamos nuestro México
como una gran Nación.

Compatriotas queridos,
vivamos nuestras fiestas,
festejemos unidos
nuestra liberación.

Que el Grito de Dolores
resuene por doquiera,
¡Que vivan nuestros Héroes!
¡A ellos todo Honor!

J. E R B.




Cuando veo ese Estandarte

Cuando veo ese estandarte,
estoy contemplando una obra de arte,
con el que se inició una revolución,
que ahora nos da la libertad de expresión.

¡Que viva la Guadalupana!,
¡Que viva la Reina y Patrona!,
que con su cariño y su manto nos ama y nos resguarda,
de pestes, guerras y desgracias.

¡Que viva Hidalgo y Morelos!,
liberadores de esclavos y presos,
que dieron su vida por los mexicanos,
por las mujeres, niños y ancianos.

¡Qué bonito estandarte!,
primer bandera de la libertad mexicana,
los mexicanos te hemos adoptado como hermana,
por ser un símbolo de motivación y suerte.

Cuando veo ese estandarte,
me pongo a pensar,
que mexicano ha de recordar,
que con ese gran símbolo podemos trabajar.

G T R R


Qué Bonita es mi Bandera

¡Qué bonita es mi bandera!,
con sus tres hermosos colores,
que ondea y brilla por las calles,
en diferentes países y regiones.

Sus tres bellos colores,
son inspiración para muchos trabajadores,
un gran impulso para los estudiantes,
que siempre luchan por ser los mejores.

¡Qué bonita es mi bandera!,
que la puedo ver dentro y fuera,
que con sus ricos antojitos,
hambre nos da a todititos.

¿Qué no daría por ti mi Patria?,
que sol y sombra de brinda día con día,
que me da el sabroso maíz,
¿Qué no daría por México, mi país?

Lo daría todo,
por ser valiente y por mexicano,
yo como todos somos hermanos,
jamás hermanos de separarnos y odiarnos,
todo por ser unos buenos ciudadanos.

G T R R


La Paz

Dolor de quererte en silencio,
dolor de mirarte pasar,
dolor de soñar con tus besos,
dolor que hace llorar.

Llorar el corazón que sufre
del amor que no pudo alcanzar,
los besos que al soñar ansío,
cuando te miro pasar.

Mirarte y quererte a lo lejos,
como el arrullo del mar.
Vivir la vida en un sueño
mirando el tiempo.

Y volverte a querer en silencio
en una tranquila paz.

J B

domingo, 1 de septiembre de 2013

Reflexiones

Hijo Mío, Cuánto Te Amo

¡Hijo mío, cuánto te amo!
ya deberías saberlo.
Te lo he dicho mil veces,
no lo quieres creer.
Por ti hice los Cielos
con todas las estrellas
y te he dado la Tierra
para poder vivir.
Para alegrar tus ojos
hice también las flores
de variados colores
y de tan grato olor.
tres divinas personas:
También hice las frutas
de todos los sabores
para que te alimentes,
te he dado lo mejor.
Hice los animales
para que te acompañen
y para que te ayuden
en tu necesidad.
Trátalos con cariño,
Trátalos con respeto,
que de cómo los trates,
las cuentas me has de dar.
Te he dado yo la vida,
te he dado lo que tienes,
te di los mandamientos
para tu salvación.
Qué más quieres que Yo haga
para que estés contento,
qué mas quieres que Yo haga
para que seas feliz.
Qué más quieres que Yo haga
para verte feliz.

Letra y Música:
Raúl Hernández Ramos

Forjen una Economía en Conjunto

“Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”.
John Clarke

Inútil Hostigamiento

Recientemente se nos habló de una joven esposa que durante varios años que lleva de casada rara vez ha pronunciado una palabra de elogio o de ánimo para su esposo. En lugar de eso, aunque su marido casi ha doblado sus ingresos en dos años, ella se lamenta continuamente de lo “pobres que son”.

Constantemente se queja de lo poco que se ocupa de la casa, a pesar de que él labora en dos empleos y trabaja cerca de setenta horas por semana. Ella no encuentra satisfacción en sus labores domésticas ni en el cuidado de sus hijos. Rara vez ha demostrado a su marido algún cariño.

Puede no haber una ruptura en este matrimonio, pero podría haber mucha mayor felicidad para todos los interesados si la esposa hiciera un pequeño examen de conciencia y se diese cuenta de que ella, al igual que su marido, tiene la obligación de demostrar aprecio por los esfuerzos de los demás.

Mostrar amor a los demás es un medio fácil de crecer en el amor de ellos.
Anónimo


Cuando sientan que su relación se ve mermada por esta circunstancia, lean la siguiente reflexión, ya que la pobreza o los problemas económicos sólo son pasajeros, el verdadero amor siempre debe vencer estos obstáculos:

Conozco el amor

Conozco personas pobres
que distribuyen sonrisas.

Conozco personas que sufren,
que comunican alegría.

Conozco personas incomprendidas
que saben comprender.

Conozco personas puras
que conquistan con mirar.

Conozco personas pacíficas
que caminan brindando paz.


Conozco personas bondadosas
que a todos tienen algo que dar.

Conozco personas perseguidas
que saben perdonar.

Conozco esas personas
cuyo secreto es amar
Anónimo

Tomadas del Libro: “Reflexiones y Pensamientos
para lograr un Matrimonio Feliz”

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