Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

jueves, 1 de agosto de 2013

Reflexiones

Episodios de un Rey que llegó a los Altares

Muchas veces algunas personas, unas por ignorancia y otras por maldad, como son los protestantes, critican a quienes veneramos y admiramos las virtudes heroicas de los santos de la Iglesia. Dicen que todos somos iguales y que no se merecen los santos el culto que les brindamos. Opinión definitivamente equivocada, como veremos en unos cuantos episodios de la vida de San Luis Rey de Francia.

Nació Luis IX, Rey de Francia el 25 de Abril de 1214. Muy pequeño quedó huérfano de padre, y su madre Doña Blanca de Castilla se encargó de Educarlo en las virtudes cristianas. Lo primero que le preocupó al subir al trono fué conocer el estado real de su pueblo. Para ello, él mismo recorrió casi todo su territorio a pie o en carruajes y se paraba a hablar con todos los que querían acudir a él.

Como resultado de ese conocimiento fueron unas sabias leyes que promulgó en el año de 1254. Siempre trató de comportarse como hijo obediente de la Iglesia. Trabajó con todo empeño contra la herejía. Jamás se quedaba un día sin asistir a la Santa Misa y recibir la Sagrada Eucaristía, si podía, oía varias misas al día.

Le gustaba asistir a la liturgia y participar en el rezo por la mañana, para ello se levantaba a la media noche. Reformó las costumbres de su pueblo, la blasfemia, la usura, la explotación de los indefensos los desterró de su reino. Para escándalo de los cortesanos y de la corte, los pordioseros y leprosos podían comer en la mesa del Rey y algunas veces él mismo les servía.

Poca gente sabía que bajo su atuendo real llevaba el hábito de San Francisco.

Con sus ahorros, construyó catedrales y abadías, fundó la Universidad de Tolosa para combatir la herejía. Personalmente participó en 2 cruzadas, con el fin de rescatar los santos lugares de Tierra Santa que estaban en poder de los musulmanes, desafortunadamente su objetivo no se logró. Su conducta siempre estuvo apegada a las leyes de la Iglesia, la defendía y la ayudaba en sus necesidades.

Era amado y respetado por chicos y grandes por recto y justiciero. Cuando visitaba algunas de las ciudades de sus dominios, entraba a los hospitales y les hacía obsequios a los enfermos y algunas veces llegó a curarlos con sus propias manos. En medio de una brillante corte, San Luis vivía con tanta sencillez que tuvo que soportar las recriminaciones de su esposa, por menospreciar su dignidad.

Cuando falleció su madre a quien mucho amaba, se dirigió al Señor con la siguiente plegaria: “Te doy gracias padre bueno, por la madre que me diste. Ella me educó y formó. Págale Señor cuanto por mí hizo, ahora te la haz llevado a la gloria, bendito seas por los siglos de los siglos.”

San Luis falleció el 25 de agosto de 1270 y el Papa Bonifacio VIII lo declaró santo el 11 de agosto de 1297 y fijó su fiesta para el 25 de agosto.

Datos tomados de los Libros “Vivieron el Evangelio” por Guillermo María Havers y “San Luis Rey de Francia” por Rafael Ma. López-Melus


Concluimos con una pregunta y una afirmación:

¿Habrá en la actualidad un rey o presidente de algún país, que tenga las virtudes, cualidades y sentimientos que brillaron en la vida de San Luis Rey de Francia?

Sólo Dios lo sabe. lo que sí pudimos comprobar, es que hay mucha diferencia entre los santos y la mayoría de nosotros.

Inspirados en las virtudes de este gran santo, publicamos a continuación una serie de 4 versos en su honor:


La Humildad Crea o No lo Crea

Es virtud no comprendida
en las nuevas sociedades
que tienen por prioridades
triunfar, triunfar en la vida
a costa de lo que sea.

En esa y otras virtudes
destacó un soberano
que convivió con su gente,
el noble o el indigente.
A todos tendió la mano
y reformó sus costumbres.

También con sus propias manos,
con amor y con ahínco
a los enfermos curaba,
los pobres alimentaba,
porque como San Francisco
todos eran sus hermanos.

Desde su tierna infancia
cautivaba por su encanto,
eran sus costumbres sanas
todas virtudes cristianas.
Por lo mismo, es un gran santo
Luis Noveno, Rey de Francia.

También en el mes de agosto, se festeja a San Agustín y Santo Domingo de Guzmán.

Con afecto y respeto al Padre, Doctor
y Obispo, San Agustín en su fiesta el 28 de agosto.

Mes de agosto casi al fin
día 28 más exacto,
celebramos a un gran santo,
el Padre y Obispo Agustín.

¿Qué podemos añadir?
Sobre el gran San Agustín
Muchas son sus biografías,
películas y exposiciones.
Y en célebres confesiones
él nos descubre su vida
con todos sus pormenores.

Santo Domingo de Guzmán, Sacerdote y Santo español de 1170-1221 fundador de la orden de los Predicadores y propagador de la devoción del Santo Rosario, fiesta el 8 de agosto.

Fué Domingo de Guzmán
un santo extraordinario.
Predicó con mucho afán
rezar el Santo Rosario,
devoción que nuestra madre
recomendó con anhelo
rezarlo mañana o tarde
para conseguir el Cielo.

San Ignacio de Loyola, Sacerdote y Santo español, fundador de la Compañía de Jesús, de 1491-1556, fiesta 31 de julio.

Herido en una batalla
un hombre convalecía,
cuando escuchó la llamada
que Nuestro Señor le hacía.

Se arrepintió por completo
de sus errores y vicios,
con penitencias, sin cuento
y su tanda de ejercicios.

San Ignacio de Loyola
después de pesada cruz,
le ha quedado como aureola
la Compañía de Jesús.

Te Adoraré

Te adoraré
Dios Padre Omnipotente.
Te adoraré, Jesús mi Salvador.
Te adoraré, Dios Espíritu Santo.
Te adoraré, para siempre mi Dios.
Creo hay en Dios
tres divinas personas:
El Padre Eterno y Jesús Redentor,
el Dios hecho hombre y el Espíritu Santo,
en tres personas, adoro un solo Dios.
Te adoraré
con todas las estrellas
que con su luz, reflejan tu esplendor.
Y en nuestra tierra, siembras flores tan bellas,
¡qué poder tienes, qué Grande eres Señor!
Te adoraré
con todas tus criaturas,
los pajarillos te cantan sin cesar.
el sol, la luna y todas las estrellas,
los pecesillos que nadan en el mar.
Te adoraré
porque todo me has dado:
la vida, el ser y todo lo demás.
Por eso te amo y quiero agradecerte
que yo sin ti, no existiría jamás,
que yo sin ti, no existiría jamás,
que yo sin ti, no existiría jamás.

Letra y Música:
Raúl Hernández Ramos


¡Escucha!

Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a aconsejarme, no estás haciendo lo que he pedido.

Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a decirme por qué yo no debería sentirme así, no estás respetando mis sentimientos.

Cuando te pido que me escuches y tú piensas que debes hacer algo para resolver mi problema, estás decepcionando mis esperanzas.

¡Escúchame! Todo lo que te pido es que me escuches, no quiero que me hables ni que te tomes molestias por mí. Escúchame, sólo eso.

Es fácil aconsejar. Pero no soy un incapaz.

Cuando tú haces por mí lo que yo mismo puedo y tengo necesidad de hacer, no estás haciendo otra cosa que atizar mis miedos y mi inseguridad.

Pero cuando aceptas, simplemente, que lo que siento me pertenece a mí, por muy irracional que sea, entonces no tengo por qué tratar de hacerte comprender más y tengo que empezar a descubrir lo que hay dentro de mí.
R. O’Donnell

“La armonía de todo hogar feliz y estable inicia en el diálogo constante”.

Sabemos que no siempre es posible mantener continuamente un buen ambiente en el hogar, pero entre más evitemos los agravios y las desconsideraciones, menos momentos de crisis existirán en nuestra relación. Olvidémonos de la actitud de hallar un culpable, y pasemos a considerar global y lúcidamente qué parte de responsabilidad nos corresponde a cada uno en los hechos. Permitamos siempre que fluya la comunicación.

“Feliz el hombre que tiene una buena esposa: vive el doble”.
Johann Wolfgang Goethe

Cincuenta Años

El día en que la tía Esperanza y el tío Luis celebraron su cincuenta aniversario de boda, uno de sus sobrinos les preguntó:
-¿Cuál es el secreto del éxito de su matrimonio?

Mi tía Esperanza dijo:
-No hemos tenido nunca desavenencias ni peleas. Si hieren tus sentimientos –siguió diciendo-, cierra bien tu boca y no digas una palabra. Si tienes que decir algo, díselo a él solamente, y sobre todo utiliza las siguientes medidas:

El Silencio: cuando sus palabras hieran.
La paciencia: cuando tu cónyuge sea descortés.
La sordera: cuando se trate de un chisme.
La comprensión: ante las dificultades.
La prontitud: ante los deberes desagradables.
La valentía: cuando sobreviene el infortunio.

Ya que “el amor es una canción que se debe cantar a dúo y con la misma intensidad”
Anónimo

Tomadas del Libro: “Reflexiones y Pensamientos
para lograr un Matrimonio Feliz”

Narraciones

¿Hitler se Salvó o se Condenó?
por : R M P

En un artículo anterior cité una revelación de la vidente austriaca María Simma en el sentido de que don Adolfo Hitler, se había condenado no por haber sido el jefe principal de los ejércitos alemanes en la Segunda Guerra Mundial, sino por haber pertenecido a una Secta Satánica. Sobre este mismo punto un eminente escritor en temas religiosos dijo: “Es de afirmar que si don Adolfo Hitler en lugar de haber ampliado su fe en Satanás se hubiera entregado en cuerpo y alma al Espíritu Santo, con seguridad habría ganado la guerra, porque su causa era noble en defensa de su patria y del mundo entero al destrozar al Ejército Rojo, tremenda amenaza para el Cristianismo Universal. Porque siendo el Comunismo ateo, nada bueno podía esperarse de tan funesta doctrina.

Sin embargo, don Adolfo Hitler se quedó muy chiquito en comparación de las tremendas atrocidades que cometieron sus enemigos, los tres grandes, a saber: el Sr. Roosevelt, presidente norteamericano, Winston Churchill, primer ministro inglés y don José Stalin, mandatario de la Rusia soviética. Según los investigadores independientes, Hitler fue un hombre de honor que cumplió al pie de la letra “las letras vigentes de la guerra, aprobadas por todas las naciones, en materia de ataques aéreos y demás armas de destrucción a las poblaciones indefensas de civiles, y que ellos, los campeones de la democracia no cumplieron esas leyes o reglas internacionales que fueron pisoteadas en gran escala, en gran medida por el Sr. Churchill y el Sr. Roosevelt..

Según esas leyes, los ataques aéreos solo podían realizarse en objetivos militares, pero no en las poblaciones urbanas, donde habitan hombres, mujeres, niños y ancianos, enteramente indefensos. Según esos investigadores, el viejo y poderoso Sr. Churchill, cumpliendo las exigencias del gran poder económico Judío-Sionista que odiaba inmensamente a Hitler y al pueblo alemán, le exigió que convenciera al Sr. Roosevelt para bombardear a las principales ciudades alemanas. El Sr. Roosevelt tuvo que aceptar, porque a su vez, esta idea también la apoyaban los grandes e inmensamente ricos de la Banca Judía de los Estados Unidos.

En esto, las potencias aliadas tuvieron la ventaja, según los citados investigadores de que don Adolfo no fabricó los aviones especiales para hacer frente a los bombarderos enemigos, debido también a que Hitler creyó que habían respetado las reglas universales de la guerra, pero fue todo lo contrario. En efecto, fueron bombardeadas las ciudades principales de Alemania, es decir, fueron devastadas Dresden, Hamburgo, Munich, Berlín y otras. Según los hechos, fueron arrojadas sobre las citadas ciudades un millón trescientas mil toneladas de bombas y quedaron destruidas tres millones seiscientos mil viviendas.

En Dresden murieron quemados y despedazados de un cuarto a medio millón, de civiles, muertos, hombres, mujeres, ancianos y niños. En Hamburgo y demás ciudades ocurrió lo mismo. Centenares de miles de muertos tirados en las calles y en la vía pública, aquello dicen los historiadores fue infernal.

No contento el Sr. Churchill con tan formidables atrocidades, instigado por el alto mando Judío-Sionista impusieron al sufrido y heroico pueblo alemán la famosa “transferencia” por la cual despojaron de sus propiedades a miles de familias alemanas y las arrojaron lejos, a otras naciones como pobres normados, sin cosa alguna, en condiciones mucho mas denigrantes, que a los judíos de otros tiempos. Finalmente, los 3 grandes obedientes a los planes Judíos-Sionistas hostiles al Cristianismo y a la civilización occidental, inventaron el mito calumnioso contra Hitler de haber dado muerte en las cámaras de gas a 6 millones de inocentes judíos, cosa que fue una gran mentira porque ni siquiera existieron las cámaras de gas para esos fines. De ellos han dado fe hasta algunos jefes militares de los ejércitos aliados, en el mismo sentido de que jamás existieron tales hornos de gas para matar gente inocente.

Otra gran monstruosidad que el alto mando Judío-Sionista desde las sombras, y puesta en acción por los 3 grandes muy fuera del Reglamento Militar de Observancia Mundial fue el hecho de acusar a los militares alemanes de “criminales de guerra”, juzgados sin admitir defensa alguna en el Tribunal de Nuremberg y ejecutados en ese lugar. Fueron ahorcados casi todos los altos militares alemanes de graduación y tratados como viles delincuentes, sin honor militar alguno. De todas estas barbaridades, el mundo nada supo, debido a que los medios de información mundial están a manos de los judíos. Es mas, en lugar de publicar la verdad, tuvieron solo frases heroicas para los tres archiasesinos más grandes que ha producido la humanidad desde Adán y Eva.

Hasta la fecha no se hartan de denigrar a Hitler y al Nazismo, lo pintan como a un monstruo horripilante, mil veces más horroroso que a don José Stalin, hombre que a decir de una hija suya, estaba “poseído por el demonio”. Pero ¿por qué tanto odio en contra de un alto jefe militar y estadista como lo fué don Adolfo Hitler y que algún día la humanidad le hará justicia? Tal vez hasta que Dios Nuestro Señor tenga a bien desaparecer de este mundo a los grandes y poderosos, dueños de las riquezas monetarias del mundo que son los que fomentan las guerras, hasta entonces reinará la paz, la concordia y el amor entre las naciones.

Hemos dicho que Hitler en cierta forma fué compasivo con sus semejantes no involucrados en la guerra como todos esos millones de civiles entre hombre, mujeres, ancianos y niños muertos por los bombardeos aliados. Todos estos inocentes hubieran perecido envenenados si Hitler se hubiera decidido a hacerlo, cosa que no hizo. Sí, de verdad que don Adolfo fué magnánimo pero ¿Por qué...? Por esto: Se supo durante la guerra y después de ella que Hitler poseía una “arma secreta tan devastadora como la bomba atómica”.

Era un gas extremadamente venenoso, que bastaba arrojar desde el aire unos cuantos kilos para envenenar a todos los habitantes de una gran ciudad como Washington, Londres, París y Moscú, sin embargo Hitler prefirió perder la guerra, que arrasar las ciudades de sus enemigos. Solo este hecho lo hizo acceder a ganar un “lugarcito en el paraíso”, a él y a todos sus grandes generales que le fueron fieles, pues sucedió también que Hitler fué traicionado por algunos jefes militares infieles como el Almirante Canaris, pues en dos ocasiones Hitler sufrió dos atentados, que afortunadamente fallaron.

Bueno, hasta aquí llegamos, estimado lector. Ahora , para no alargar tanto esta narración, vamos a considerar con nuestros sentidos de luz mental, qué pudo haber sucedido a don Adolfo Hitler al final de su existencia; sobre si se salvó o se condenó. Para esto, si hacemos la comparación de los hechos malos de él y los malos hechos de sus enemigos –los tres grandes- fácilmente podemos llegar a la conclusión que Hitler se salvó, en cambio los condenados pudieron haber sido precisamente los 3 grandes, los cuales no midieron el alcance de sus fechorías, contaminándose de tal manera sus cuerpos espirituales que casi quedaron completamente ennegrecidos por los centenares de miles de graves pecados mortales que se echaron encima que no ha podido encontrar la salida hacia la luz donde se encuentra el Reino de la Justicia.

No así don Adolfo y su pueblo, ellos sí pueden estar felices en la clara dimensión de la felicidad muy contentos de departir saludos con los ángeles, los santos, los justos y los mártires que murieron en defensa del Cristianismo con las armas en las manos.

¿Qué opinas al respecto amigo lector?

Libro

HISTORIA DE LA MÚSICA POPULAR MEXICANA

Agustín Lara y sus contemporáneos

Las Letras (continuación)

Talismán

Tú llegaste a mi vida
con un supremo malestar de amor,
yo te sentí perdida
y te brindé la paz de mi dolor.
[Lara]

Cabellera Negra

Azabache magnífico
perfumado y brillante
espejismos de amores
que viven un instante.
[Lara]

He Querido Olvidar

Con tímido rubor
de aguas tranquilas
murió la luz del sol
en tus pupilas,
y ante el milagro azul
de sus despojos
mi vida fué un altar
para tus ojos.
[Curiel]

Sin embargo, en las letras larianas es posible percibir elementos que van más allá de la simple cursilería. “Mujer” es el ejemplo perfecto de letra original de Agustín Lara, llena de imágenes sorpresivas y asociaciones inesperadas:

Mujer alabastrina
tienes vibración
de sonatina pasional!...

En tanto que “Rival” juega valsísticamente con las contradicciones freudianas:

Mi rival es mi propio corazón
por traicionero,
yo no sé cómo puedo aborrecerte
si tanto te quiero, etcétera.

Carisma

Durante los años veinte, la más efectiva difusión de las canciones de moda se realizó en los teatros de revista. La empresa del Lírico armaba semanalmente la trama efímera de una revista y en esas producciones al vapor encontró acomodo toda la inspiración de las nuevas generaciones de compositores. El Año 1927 fué significativo: en remembranza de los Mosaicos nacionales de Celia Montalván (1923), el Teatro Lírico convocó un concurso de canciones mexicanas, a cuyo efecto se organizó una especie de feria en las calles de Medina (hoy República de Cuba), con profusión de focos tricolores, banderas mexicanas, flores y bandas de música. Allí se vieron por vez primera los trajes típicos de distintas regiones, así como los conjuntos de mariachi. El Teatro Politeama pronto aprovechó las producciones de todos los premiados, programando así diariamente sus canciones en sus afamadas revistas. Este aparato publicitario todavía ingenuo fué, sin embargo, suficiente para lanzar a la fama al ganador de un segundo premio con la canción “Imposible”.

La amplísima difusión editorial de sus canciones (treinta y ocho para 1929 y ciento cincuenta para 1935), más su presencia constante en los teatros de revista, pronto convirtieron a Lara en la figura más familiar y conocida del público. Quien hubiera asistido al Teatro Politeama en aquellos años se habrían encontrado con un hombre delgado que improvisaba libremente al teclado (a veces con cierta incoherencia) antes de enunciar sus canciones en tembloroso recitativo. Pronto le fué necesario tener intérpretes que se hicieran cargo de sus obras frente a un público cada vez mas demandante. Juan Arvizu, Néstor Mesta Chaires, el trío Garnica-Ascencio, Maruja Pérez, Ana María Fernández, Toña la Negra, Pedro Vargas, Luis G. Roldán, Elvira Ríos, Ana María González, Chabela Durán, etcétera, son unos cuantos de los innumerables intérpretes que surgieron bajo los reflectores de la fama de Agustín Lara.

Al iniciarse las transmisiones de la radio comercial, Lara quedó automáticamente incrustado en un engranaje publicitario que cubría todo el territorio nacional. No bien iniciadas las actividades de la XEW en 1930, Lara obtuvo un programa propio: La hora azul, que le atrajo una audiencia gigantesca. El programa era diario y, por lo menos, Lara estrenaba una canción cada semana. Los trozos poetizados de su vida, su lánguida ejecución pianística, los reproches apenas musitados, la tristeza límpida y febril de sus canciones, más el refuerzo sonoro de su orquesta El Son de Marabú, capturaron para Lara y sus patrocinadores un público que abarcaba todas las clases sociales. De esta manera, Lara también fué un pionero de la difusión masiva. La década de los treinta marcó el principio de una nueva comercialización de la canción mexicana: los pioneros fueron RCA Víctor de Nueva York y la Southern Music Publishing.

Una selección estándar de canciones se impuso por primera vez sincrónicamente a todo el país. A partir de ese momento, Lara afianzó su propio mito (no muy diferente de las estrellas a la usanza estadunidense). Todo rumor contribuía a asegurar su mercado y el mito que lo sostenía. Tal es el caso de la chica que se suicidó dramáticamente después de escuchar uno de sus programas. El auge radiofónico liquidó el de muchos compositores populares como Lerdo de Tejada y Esparza Oteo, para imponer la proliferación del bolero y la canción citadina. El alarmado Manuel M. Ponce comentaba: “He estado en una hacienda, en el interior de México, muy lejos del ferrocarril, pero donde sí hay radio, y los chicos cantan esas palmeras borrachas de sol. Han matado la música vernácula. Ahora leemos las opiniones en un certamen de El Gráfico, y un niño de Toluca ha confesado que nunca había oído otra música que la de Agustín Lara”.

El mito y sus opositores

Crea canciones y échate a dormir.

Todo mito provoca reacciones. La fama y la influencia del músico-poeta amenazaron la misma existencia de mitos más antiguos, tradiciones o intereses más acendrados; concretamente, la moral y la mexicanidad que, para los detractores de Lara, estaban siendo minadas por sus canciones.

(continuará…)

El Rincón para niños

El Zorro y el Lobo

Son tradicionales la picardía y audacia del zorro, de quien se cuentan múltiples y curiosísimas anécdotas. He aquí algunas de ellas.

“Cierto día en que pasaba el lobo bajo las ventanas de un castillo dióle en la nariz un excelente olor de fritura de anguila, y como precisamente estaba en ayunas; entró pues”. Viendo el zorro a su primo tan hambriento de pescado, prometióle llevarlo a un sitio donde lo había en gran abundancia. Después de haberle atado al rabo un gran cesto en forma de nasa, llevóle a un estanque helado, en un sitio en que acababan de romper el hielo. Hacía mucho frío y el traidor persuadió al lobo a que metiese en el agua su rabo provisto del cesto. No tardó en helarse el agua y el rabo quedó cogido. Cuanto más tiraba el lobo más resistía el hielo, así es que empezó a aullar, con lo cual acudieron unos hombres y lo molieron a palos”.

“Otro día había caído el zorro en un pozo. En esto llegó a pasar el lobo, oyó gemidos, se acercó, miró y reconoció al zorro al cual dijo:

-¿Qué estás haciendo ahí?
-Estoy en un vivero; hay tantos peces que ya no puedo comer más.
-Yo también desearía ir allá.
-Métete en el otro cubo.

Gracias al movimiento de báscula, el zorro volvió a subir en su cubo mientras bajaba el lobo.

Al encontrarse en el camino, el pérfido dijo inocentemente a su víctima:

-Así es la vida primo: ¡unas veces arriba, otras abajo!...”

“Al fin llegaron sus proezas a oídos de su majestad el León, que quiso conocerlas detalladamente.

Convocó al tribunal, se divirtió mucho al oír las tretas del zorro y mostró cierta indulgencia. Pero en aquel momento se acercó un fúnebre cortejo formado por el gallo cantaclaro y por las gallinas Blanca, Negra, Pinta y Rubia, que conducían en un féretro el cadáver de una gallina, pariente suya, estrangulada por el monstruo. El León, conmovido por los discursos de Cantaclaro, ordenó que se formase causa al zorro y le mandó que compareciese ante Su Grandeza. Pardo, el oso, fué encargado de comunicar al tunante la orden real en su castillo de Maupertuis.

Iba Pardo muy orgulloso con su misión: cruzó un bosque, pasó una montaña y gritó su nombre delante del puente levadizo del Castillo. El zorro estaba en aquel momento durmiendo la siesta al sol. Turbóle semejante llegada y pensó, al principio, en escaparse por los subterráneos. Pero, después de reflexionar, abrió y recibió al mensajero compadeciéndole por haber pasado tanto calor en el camino e invitándole a tomar algún descanso.

-Con tanta más razón, añadió, cuanto que en este momento me sería imposible seguiros; he comido fuerte y no tengo muy bien la cabeza.

El oso, cuya golosina es proverbial, le preguntó:

-¿Y qué habéis comido con tanto exceso para que os haga daño?
-¡Ay de mi! La gente de escasos recursos como yo tiene que estar a lo que salta. Por el momento, y a falta de otra cosa, me veo reducido a alimentarse de miel. Pero os aseguro que la que acabo de comer es exquisita.
-¡Miel! ¿Y estimáis en tan poco la miel? Pues si es un manjar delicioso en todas partes! Aquí donde me véis, no necesitaría otra cosa para mantenerme. Podéis contar con mi amistad completa a cambio de algunos panales.
-¿Lo decís seriamente?
-¡Lo más seriamente del mundo!
-Me llenáis de regocijo y voy a tener un gran placer en obsequiaros; con la miel que pongo a vuestra disposición habría para hartar a treinta como vos.
-Lo que es eso, ¡poco a poco! Porque, aunque tuviese delante toda la miel del reino, sabría dar fin a ella.

Pardo siguió pues al zorro que le condujo al patio de un carpintero, donde había un tronco de árbol que habían empezado a hender y, para mantener la hendidura, habían metido unas cuñas. El zorro aseguró a su huésped que en el fondo del tronco había un depósito de miel.

-Podéis regalaros, pero con moderación, ¡pues todo hartazgo es malo!

Metió Pardo sus patas en la hendidura, hasta el cuello y como no encontrase aún la miel, hizo los mayores esfuerzos mientras que el zorro sacaba las cuñas; en esto el árbol se volvió a cerrar y Pardo quedó cogido en el lazo. Aulló, acudió la gente y lo apalearon, escapándose con las patas ensangrentadas y molido.

Este es el modelo de las picardías del zorro y en el que se hallan resumidas casi todas: prometer un convite a algún glotón para hacerle caer en el lazo.

Leo Clarette

Tomado del Libro “Alma Latina”

Citas

“La diferencia entre lo que hacemos y lo que somos capaces de hacer, bastaría para solucionar la mayoría de los problemas del mundo”.
Mahatma Ghandi

“El éxito es la capacidad de ir de un fracaso a otro sin perder el entusiasmo”.
Winston Churchill

“Tienes que crecer desde dentro hacia afuera. Nadie puede enseñarte, nadie puede hacerte espiritual. No hay otro maestro, sino tu propia alma.”.
Swami Vivekananada

“Todo lo que nos irrita de los demás, nos puede ayudar a entendernos mejor a nosotros mismos”.
Carl G. Jung

“La esperanza es el único bien común a todos los hombres; los que lo han perdido todo, la poseen aún”.
Tales de Mileto

Algo mío

Mi llanto, mi Esperanza y tu Recuerdo

Mi llanto es el rocío que humedece
la flor, que es mi esperanza,
tu recuerdo es el sol que resplandece
en mi cruel soledad y en mi añoranza.

Mi llanto riega mi esperanza hermosa,
la anima y fortifica,
y a esa flor tierna, dulce y primorosa,
tu recuerdo sutil la purifica.

Te quiero con la devoción más pura,
con un amor sincero
que si tú comprendieras mi locura
me amarías tanto así, como te quiero.

En las sombras del destino tirano,
y en mi sufrir, me pierdo,
y en medio del dolor se dan la mano
mi llanto, mi esperanza y tu recuerdo.

Mario Carreño

Biografía

Una remembranza del inspiradísimo
compositor hidalguense Valeriano Trejo

El próximo 10 de agosto el profesor y compositor Valeriano Trejo Olguín, cumplirá 11 años de su viaje sin retorno... El maestro está considerado como uno de los autores más representativos de nuestra música popular mexicana. Para recordarlo en su aniversario luctuoso, su viuda, la estimada profesora y directora de educación primaria, Inés Jaramillo Morales, y sus hijos, también mentores: Alberto, Juan José y Francisco Gerardo, le dedicarán una ceremonia religiosa en la Iglesia de la Purísima Concepción.

Vida y Obra

Aun cuando varias de las canciones de este gran creador son muy conocidas por el público, poco se sabe sobre la vida de tan destacado compositor, por lo cual haremos una breve revisión de su existencia y de su destacada creatividad musical. Nació un 14 de abril de 1923, en Villa de Calnali, Hidalgo. Sus padres fueron José Trejo Serna y María Berta Olguín Villegas. Ambos fueron profesores y llegaron a impartir clases en varios colegios de Pachuca y Tulancingo. Por diferente motivos cambiaban constantemente de residencia, por lo que el chiquillo Valeriano realizó sus estudios primarios en las siguientes poblaciones: Calnali, Honey, Real del Monte, Onitán y San Miguel Regla; la secundaria la cursó en la ciudad de México, concluyéndola en su estado natal.

En el Distrito Federal, no estudió y se tituló de maestro normalista, misma profesión que ejerció durante toda su vida, tanto en el estado de Hidalgo como en la capital del país. Sus inquietudes artísticas lo llevaron de la mano a probar suerte como cantautor pero jamás abandonó su bonita profesión de la cual el maestro Trejo sentía muy orgulloso. Comenzó en el mundo de la farándula en la bella airosa Pachuca, dentro de la radiodifusora XEPK. Al darse cuenta de la buena aceptación que tenían sus melodías, se trasladó a la ciudad de México para formar parte de los tríos Tarasco, América y Romántico.

Fué a mediados de los años cincuenta, cuando el profesor y compositor, por su inagotable inspiración llegó a crear una de sus obras musicales más reconocidas a nivel internacional, “Rogaciano el Huapanguero”, misma que en la voz privilegiada de Miguel Aceves Mejía “El Rey del falsete”, se convirtió de la noche a la mañana, en uno de los más sonados éxitos de aquella década. Fué tan grande el éxito de esta canción, que hasta se realizó una película con el mismo nombre.

Un bello pensamiento con sus canciones

El menor de sus hijos, el maestro Francisco Gerardo Trejo Jaramillo, escribió un hermoso abanico con los títulos de algunas de las creaciones del inspiradísimo poeta hidalguense. “Ahora que se cumplen 11 años de tu fallecimiento, sólo espero que “Allá”, a un lado de “Tata Dios” y de “Juan Diego”, y que cuando te encuentres entre “Dos estrellas” te acuerdes de tu “Pareja Ideal” que siempre amaste “Deveras, deveras” y ahora que “Estoy contento” porque recuerdo a “Rogaciano el Huapanguero”; y aunque “Año con año””Sufrimos tanto” te digo ahora y siempre “Te extraño”, pero eso sí y como siempre he dicho “Después de ti ¡Qué!¡Qué!¡Qué! y aunque hoy no cumples “Quince abriles”, “Siempre te recuerdo”, y aunque “El tiempo no quiso” que te tuviera por más tiempo, no le guardo “Rencor” a “Tata Dios”, aunque al principio sentí mucho “Odio”, por tu ausencia, pero ahora solo “Es necesario llorar” y ahora cada vez que vemos a los concurrentes les pido “Un minuto de silencio” ya que ahora no hay “Nada después de ti”, no le echo la culpa a nadie ni a la “Mala sombra” de la muerte ni a la “Maldita pobreza” de amor que nos faltó y aunque “Mi pobre alma” sufre tanto, ni “La verbera” puede curarme, pero eso sí, puedo hacerte una ”Promesa huasteca” que yo siempre, siempre “Te llevo en mi mente”. Con cariño, de tu hijo.

Historia

La Epopeya y la Leyenda
El Otro Rostro de la Historia
por: J O G

La división política novohispana, también varió; pues la usanza de Intendencias desalojó a las antes llamadas “Alcaldía Mayor”. Esto acarreó como derivación, fuerte centralización en lo intendente de todo la circunscripción de la urbe guanajuateña. De esperarse era que esta maniobra arrojara fuerza y unidad en lo político, imprimiéndole monolítica presencia a todo el territorio, debilitando como reflujo, las cabeceras de vetustas Alcaldías Mayores como León, San Miguel el Grande y el muy distante San Luis de la Paz.

Ante el rey topó el clero

La Iglesia tampoco escapó a las reformas despóticas de los Borbones, pues la sometieron a férreo control. De arranque, sería Carlos III el gran catapultador de avances científicos en esos tiempos, asuntos que para su mala fortuna, la iglesia vería con severidad y ceño fruncido. Aparecería por ese ayer en las universidades españolas el Método Científico, del que el monarca fué entusiasta propulsor. El clero peninsular y el americano no eran los principales monopolizadores, de modo que casi un tercio de los terrenos mexicanos estaba en sus manos. Como era de esperarse, al entrar la reforma, ya se habían acongojado por el lucro de vastos acaparadores de tierras y aguas, y no había realmente discernimiento legítimo para que a la Iglesia no le aquejaran sus descomunales posesiones que todos miraban por toda la colonia.

“Guanajuato era una menuda evidencia de la presencia casi monopólica de tierra por parte de la Iglesia, con colosales propiedades como la que los Agustinos tenían por el rumbo sur. Como de suponerse era, la hispana gente de rezo, cotidiana misa y sotana, satanizaron tal acción por impía, arguyendo que aquello estaba distante de bonificar precisamente a los nativos, siempre lindantes con la miseria”

De esa situación de fragmentación entre las diversas órdenes religiosas, del rey supo beneficiarse bien. Ellos se encaraban entre sí para poder influir recio en su propia organización, y aprisionar el control del crecimiento monástico. La otra trama vital de control eclesial, era el de agenciarse para la autoridad real el poder entrometerse en nombramientos de altos puestos religiosos como los obispos, arzobispos y superiores generales. Aún cuando Carlos III escrutó en la autoridad papal un escollo grande para este designio, no lo arredró y prosiguió.

Al poco transcurrir, el monarca divisó satisfacer su mira en gran porción, logrando hacer de los moradores de España una sociedad civil menos sometida al clero y solo comprobada por el monarca. El racionar las tierras a nobles e iglesia, había coronado su designio.

Aquellos diligentes Jesuitas

La Compañía de Jesús con sus singulares sacerdotes arribaron a la Nueva España en 1572, sonando el 28 de septiembre, donde al poco acontecer, se hicieron estimar por su modo, sabiduría y fundar gran puñado de escuelas superiores y misiones. No bien tocaron americanas tierras, cuando ya estaban esparciendo gente, evangelización y sapiencia por todos rumbos, arribando igual la inhóspita Panamá, tirada más al sur del continente.

En la Nueva España, abrazaron deberes con misiones como las de las Californias y todas las del rumo noroeste. Sus colegios se esparcían por sitios como Guanajuato, México, Yucatán, Guadalajara, Tepozotlán y Pátzcuaro. La aguerrida San Luis de la Paz, miró un buen día cómo habían ya arribado los jesuitas a la alcaldía de Guanajuato, en 1585 a pedimento del virrey, villa que a su llegada, les propinó un recibimiento de tenor muy diferente al otorgado en poblaciones como León, Guanajuato y Celaya, pues los padres no bien habían puesto sandalia en tierra, cuando tuvieron ya que batallar con los naturales que resistían la conversión, en particular las etnias otomíes Pames y Guaxabanes, que solo ya rebasado un buen trecho de tiempo, en conclusión, se los granjearon con tratos buenos y procurando educación a las criaturas primero, y luego a los maduros, que habían vivido la fundación de sus poblados.

Ante la provechosa posición, el peculiar soberano hispano les confirió dineros anuales, para que su única labor fuera la apostólica. Pero, los frailes que además de acatar su cotidiana esencial religiosa, también abrieron tiempo y afanes para fundar y poseer la Hacienda de Manzanares, cuyas rentas designaban para mitigar la miseria de la comunidad, en obrar del pequeño caserío. Levantaron también un colegio que suministraba el saber a todos los grupos sociales sin distingos.

“Su hacer humanista entre los naturales fué vasto, tanto, que al momento de su destierro, y llegado el rumo a los Panes, los propios religiosos hubieron de salir a hurtadillas nocturnas, para eludir choques entre soldadesca e indios, que desembocaran en violencia y sangre”.

Por estos días, la bonanza de las haciendas de propiedad jesuita Los Lobos, Santa Ana y Manzanares, caminaban cargando generosa producción. También, los diligentes e ingeniosos frailes brindaban consejos para que minas como la del Palmar y Vega Mayor abonara rendimiento mayor; es la que hoy nombran como “Pozos”.

Celaya, en su caminar. La congregación y a solicitación de don Manuel de la Cruz Sarabia arribaron en fila solícitos sacerdotes como Manuel Valtierra, Cristóbal Cordero, José Solchaga, José López y José Astudillo, poniendo pie en la villa de Zalaya, andando el 2 de octubre de 1719. Recién admitidos los frailes, dispusieron a su mando la dádiva de un olivar de 500 plantas, en el que pronto pusieron manos a la obra. Además de su colegio, ejercían la cátedra en la Universidad Franciscana, donde sin variar, el servicio religioso era de balde en la recién levantada obra de la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, fábrica que sufrió martirio y muerte por pico y marro del Plan Guanajuato del gobernador Torres Landa cuando corría 1960, y se erigió en su lugar un boulevard que nombraron López Mateos.

León, un buen acogimiento. Luego de la ardua y penosa experiencia de San Luis de la Paz, fueron convidados a la villa de León, aseverándoles que a su arribo serían obsequiados con tierras y menesteres que los leoneses fraternos Marcos, Manuel y Nicolás Aguilar y Ventosillo convidarían. Ya por esos días, la nombradía de los jesuitas era abundante, tanto así que la villa de León vistió sus domingueras galas el día de su arribo. Las haciendas que percibieron en heredad fueron San Nicolás de los Aguirre, La Laborcita, La Loza y Albarradones, que ya andando, afamarían por laboriosas.

“También caminaron como edificadores, de modo tal que al poco transcurrir, erigieron templos y claustros como los de La Compañía y La Compañía Nueva; ésta conocida hoy como La Catedral. Sería el 2 de julio de 1732 en que legaron a la villa una pictórica imagen de la Madre Santísima, que prontamente fué nombrada Patrona de la Ciudad. También construyeron y echaron andar su centro escolar que al ser expulsados mudó involuntariamente a seminario diocesano... a la fecha”.

El Guanajuato de aquellos días. Sería allí donde subrayarían más su trascendente hacer los jesuitas, que aunque hubieron de disputar fuerte los papeleos burocráticos civiles y eclesiásticos, encontraron tomando una esquina con sus grandes bienhechores: doña Josefa Teresa de Busto y Moya, Don José Sardenetta y Legaspi, don Manuel de Saldívar; notable al extremo fué la amplitud de don Pedro Bautista Lascuarain de Retana quien les legó haciendas provechosas como las de San Nicolás de Parangueo, San Miguel Quiriceo y La Iglesia, todas asentadas por el rumbo de Valle de Santiago.

Sonaba aquel lejano primero de octubre de 1732, cuando clareaba apenas el día, arribaron la cerril villa de Guanajuato. La petición de su llegada se había escrito y signado desde 1676. Ya instalados y en faena, levantaron el Hospicio y Colegio de la Santísima Trinidad, que luego caminaría como Colegio del Estado y más tarde la Universidad de Guanajuato. También se echaron a cuestas la erección pétrea del templo de La Compañía mientras se encargaban de encaminar la educación superior. La edificación de dicho sacro edificio demoró 18 años, que echó a andar hasta 1765 con pompa, alegría popular y repique de campanas. Todo Guanajuato vistió sus mejores galas, regocijo que amadrinó la imagen de Nuestra Señora del Santo Rosario, que más adelante sería nombrada, venerada y reverenciada como Nuestra Señora de Guanajuato.

¡Espada y cruz se confrontan!

La cotidianidad despótica de Carlos III le asesoraba a comprobar antes que lo demás, a una iglesia de obediencia institucional a Roma, mejor que a su soberano. Por ello él miraba como prioridad poder ejercer también su potestad sobre las testas religiosas, engrilletando así la autoridad eclesiástica terrateniente casi monopólica, e intransigentemente rica. Sopesó el soberano el golpe que debería asestar con el que todos los frailes discernirían, incluido el Papa, que el rey es la autoridad única sin debate cual ninguno... Se divisaba ya a una encarnizada batalla entre el absolutismo del rey Carlos III y los eclesiásticos de la Compañía de Jesús con Roma escuchando, observando y aguardando tras Bambalinas.

Desde que el rey avanzó a su entronización, ya se respiraba opacidad en el ambiente, desmedido enigma que se sospechaba, tendría injusto colofón con la expulsión de los jesuitas de todas las tierras del mundo de dominio hispano. Sin embargo, en simplista vana intentona de Carlos III por acreditare ante el Papa, le expidió una dilatada misiva, cuyas primeras letras rezan:

“Desde la gloriosa exaltación del rey al trono de España y desde las Indias manifestaron los jesuitas una aversión decidida a la persona de S.M. y su feliz gobierno”.

Es dable que tal actitud la mirara el rey, pues casi de inmediato de ejercer el trono, fueron retirados los jesuitas que ejercían como confesores de la corte. Las inculpaciones contra la Compañía de Jesús, que todavía hoy son argumento de discusión, se predice más bien como porción de un intento que le diera a Carlos III el control del poder, más que motivos de los padres que propiciaran su expulsión.

Al urgirlo a señalar sobre los móviles específicos, aseveró que:

“Tanto orquestar un motín en contra del Marqués de Esquilache, donde estuvo su vida y hacienda en gran peligro, y en cuyas acciones la misma autoridad monárquica cuestionó el propio pueblo, como haber incumplido con el secreto de confesión, no reconocer el cambio de soberanía en las misiones del Alto Panamá a favor de Portugal; y que en sus clases enseñaban la doctrina del “Probabilidad” en el que cabía el regicidio en el caso probable de un mal gobierno. También, que defendieron los ritos especiales para las culturas de lejano oriente, en particular las de China y la independencia de los obispos, asunto del que hacían ostentación los jesuitas, y que en sus misiones, ellos disponían a su arbitrio de los diezmos eclesiásticos.”

Tomado del Libro: “La Epopeya y la Leyenda, el Otro Rostro de la Historia
de Jorge Ojeda Guevara”


Aztlán: origen y destino

América Salvaje, Europa demoníaca (conclusión)

España, que había sido pionera en la búsqueda de nuevas rutas hacia el oriente, ahora se encontraba rezagada. Esto la hizo replantearle nuevamente al destituido Almirante Colón, la realización de un cuarto viaje, con el objetivo de llegar a las Indias por el occidente. Los reyes le restituyeron muchos de sus privilegios y lo convencieron para que realizar dicho viaje. Colón ya estaba cansado, enfermo y decepcionado, pero por agradecimiento a la reina Isabel, su protectora incondicional, decidió realizarlo: zarpó de Cádiz el 11 de mayo de 1502.

Para el tercer y cuarto viaje, fué difícil conseguir voluntarios para completar la tripulación, por lo que nuevamente gran parte de ésta estuvo compuesta por presos liberados de las cárceles españolas. En este cuarto viaje, Colón recorrió y exploró Centroamérica, buscando un paso hacia el océano pacífico, pero nunca encontró dicho paso por lo que, dos años después, decidió regresar a España, donde desembarcó el 7 de noviembre de 1504.

A su llegada se encontró con la triste noticia de que la reina Isabel, su protectora, y admiradora (probablemente incluso su enamorada, así lo veía su propio esposo, el rey Fernando de Aragón); había muerto. Esto ocasionó que nuevamente perdiera la mayoría de sus derechos y privilegios. Colón padecía de gota y en los últimos años de su vida se fué acentuando el problema hasta que murió en Valladolid, el 20 de mayo de 1506, despojado de sus títulos, de sus privilegios, enfermo y olvidado por el pueblo español, a quien convirtió en la primer potencia del mundo por más de tres siglos.

Descubierto el Nuevo Mundo y confirmada su posesión por el Papa Alejandro VI, los españoles fueron apoderándose de todas las tierras que se encontraban de este lado de la Línea Alejandrina. Sin importar la presencia de los habitantes naturales y originales del Nuevo Mundo. A cada lugar que llegaban, leían a los indígenas su absurdo “Requerimiento”, como ellos llamaban al acta de posesión de las tierras que tomaban. Claro está que no tomaban en cuenta que los naturales no entendían español.
Requerimiento
(Acta de posesión otorgada por la corona española y por el papado)

“Se les dice en nombre de los monarcas de España que sólo hay un Dios, que su representante en la tierra es el Papa y éste ha otorgado a los reyes españoles las tierras en las que están viviendo, por lo que a partir de ese momento pasan a control de las tropas españolas y se les aconseja su comprensión pacífica.”

Así es como la Europa civilizada tomó posesión de todo el Nuevo Mundo, repartiéndolo entre España y Portugal, según lo decidió el Papa Alejandro VI, pero el mandato, o Bula, no fué respetado ni por los ingleses, ni los franceses, ni los holandeses, ni los rusos. Apenas un siglo después de la repartición del mundo entre España y Portugal, llegaron los ingleses, franceses y holandeses al norte de América por el Este, y Rusia por el Oeste. Llegaron, se instalaron y nombraron propios los terrenos que empezaron a ocupar, no se respetaron entre ellos como europeos civilizados, no respetaron su religión como creyentes que se manifestaban, desconocieron al Papa para entrar en la lucha de tierras.

Dejaron su religión como cambiarse de ropa y al día siguiente, amanecieron con nuevos linajes religiosos cortados a la medida. Se apropiaron de terrenos “no ocupados” en el norte de América, aunque sí estaban ocupados por las tribus nativas, claro que éstas no contaban para ellos. En fin, los europeos continuaron invadiendo y empezaron a arrebatar terrenos, aunque ya estaban reconocidos y colonizados por otros europeos: los españoles, que habían colonizado primero el norte de América.

Tiempo después de la Independencia de México, los europeos ingleses nos despojaron de más de la mitad de las tierras que los mexicanos habíamos recuperado de los españoles. Estos europeos salvajes, sin palabra, sin respeto por nada, que siempre se han burlado de cualquier acuerdo, que aún hoy en día se empeñan en hacer tratados que nunca cumplen, que juran decir la verdad sobre una Biblia y son los más mentirosos del planeta, que luchan y pelean por la libertad y son partidarios de la esclavitud, que fueron corridos o huyeron de su país y llegaron a América de Norte con la bandera de inmigrantes ilegales y hoy quieren hacernos creer a nosotros, los mexicanos, que nosotros somos los inmigrantes ilegales de América del Norte.

Esos europeos inmigrantes ilegales, con el poco cerebro que les dio Dios (del cual reniegan), pudieron conectar dos neuronas y en América quisieron lucirse al crear su “Destino Manifiesto”, el que dice: “Los europeos y sus descendientes deben en sometimiento de su destino, regir en América. Somos la raza dominante y por tanto responsable de los indios, sus bosques, tierras y minerales”

Es clara la existencia de la ley del más fuerte y en América nos la aplicaron a los nativos y a los españoles, que eran los dueños de medio mundo, en el sentido estricto de la palabra. ¿Pero dónde es que se da más esta ley? Precisamente en el mundo salvaje, y ese es el que representan los inmigrantes ilegales ingleses, hoy falsamente llamados americanos; la parte salvaje de la humanidad, la que no pudo adquirir la neurona de la concordia, del respeto, del buen vecino, del compañero y menos aún; la del hermano genético. Por esta razón fueron desterrados de Europa y hoy imponen su ley, pisoteando los derechos naturales e históricos de los mexicanos, y de muchos otros hermanos naturales e históricos de los mexicanos, y de muchos otros hermanos que han llegado al norte de América, buscando mejores condiciones de vida de las que las tiene en su lugar de origen, igual que lo hicieron los habitantes del norte hace mil años, cuando bajaron hacia México, buscando mejores condiciones de vida y como lo hicieron también todos los inmigrantes ilegales que llegaron de Europa a Norteamérica. hace 500 años.

América, el Nuevo Mundo

Durante los primeros años de los viajes de Colón, a pesar de que sólo hizo cuatro y nunca siquiera tocó territorio mexicano, siempre creyó e hizo creer a los demás que América era la parte más oriental del continente asiático. También se pensó, al encontrarse con aquellos bellísimos paisajes vírgenes y naturales, que habían llegado al bíblico Edén, el cual, según los teólogos, se encontraba en las tierras orientales más lejanas del continente asiático. La proeza de determinar que las tierras que se habían descubierto, no eran la región oriental más lejana del continente asiático, ni la India, ni China, ni Japón, como creía Colón, le tocó a otro italiano, al florentino Amerigo Vespucci.

Amerigo, que más tarde castellanizó su nombre por el de Américo Vespucio, era hijo de una familia pudiente de Florencia. Esta situación le proporcionó la oportunidad de adquirir una educación muy completa, lo que posibilitó que obtuviera conocimientos como: Latí, Literatura, Física, Geometría, Astronomía y Cosmografía. En 1491, fué enviado de Florencia a Sevilla, por parte de la empresa para la que trabajaba, la cual se encargaba de aprovisionar barcos. A Américo Vespucio, le tocó preparar las carabelas en las que Colón viajó a América.

Tomada del Libro: “Aztlán: origen y destino”
de: Melquiades González Gaytán


Historia y Evolución de Salvatierra

La Vida Colonial Salvaterrense, 1644-1810 (continuación)

La Secularización del Curato y la Vida Clerical (conclusión)

Los párrocos seculares que siguieron al Sr. Rivera durante la época colonial, fueron: don Felipe Lagunas (1771-1787), continuó la construcción de la Iglesia Parroquial, murió en 1787 y fué sepultado en el panteón de Santo Domingo; don Vicente Ochoa (1787), duró solamente un año a cargo del curato; don Manuel Francisco Manríquez de Lara (1788-1805), originario de León, Gto., impulsó la construcción del templo Parroquial, trabajando inclusive los días domingos y festivos, murió en su ciudad natal; don Miguel Velásquez (1805), duró solamente un año en calidad de interino: don Ignacio Basurto (1805-1810), nació en Salvatierra el 9 de abril de 1755, impulsó el culto a Ntra. Sra. de la Luz y terminó la construcción del templo Parroquial, bendiciéndolo solemnemente el 8 de septiembre de 1808, escritor prolífico preocupado en la formación de los niños, murió en esta ciudad, el 28 de enero de 1810; los Sres. Párrocos don Pedro Alfaro, don Francisco Castañeda y don Francisco Jiménez (1810-1815), estuvieron en calidad de interinos, les tocó la difícil época de la turbulenta guerra de Independencia; y don Don Basilio Quezada y Quezada (1815-1831), originario de la ciudad de Guanajuato, vivió en el curato la parte final de la guerra de Independencia y su consumación, se ocupó de la construcción del altar mayor del templo Parroquial y mandó hacer la ráfaga de oro macizo que aún conserva la sagrada Imagen de la Virgen, pasó a ocupar una prebenda en el Cabildo de la catedral de Morelia en 1831.

En 1743, comenzaron las gestiones para obtener el permiso de construcción de una nueva capilla para la Sagrada Imagen de Ntra. Sra. de la Luz, primero ante el obispo de Michoacán y luego ante el virrey. Así, el 26 de marzo de ese año don Pedro Cebrián y Agustín, Conde de Fuenclara, concedió la licencia para que el vecindario de Salvatierra procediese a la construcción de la nueva capilla con el título de Ntra. Sra. de la Luz. Reunido Cabildo y vecindario el 4 de julio de ese año, acordaron colaborar con limosnas para su construcción, nombrándose a don José Esquivel y Vargas recolector y a su hermano don Gerónimo depositario.

El sitio elegido fué designado desde la fundación de la ciudad, al lado Oriente de la plaza Mayor, colocándose la primera piedra el domingo 3 de mayo de 1744. Para el año de 1767, la Sagrada Imagen recibía culto en la pequeña capilla levantada junto a lo que sería la iglesia grande. Con los años, el 7 de septiembre de 1808, la iglesia se terminó; vino después la construcción del altar mayor, obra del ilustre arquitecto Francisco Eduardo Tresguerras, hacia 1835, se construyó el altar de San José, el primer órgano que funcionó, data del año de 1845, y los altares del crucero fueron construidos en 1885.

La vida clerical en Salvatierra se desarrolló en torno a la veneración y devoción de la Sagrada Imagen de la Virgen de la Luz. Antes de formalizarse y jurar el Patronato de la Virgen, se presentó un acontecimiento clerical que tardó la iniciativa, el 6 de agosto de 1737, el Cabildo y Regimiento de la ciudad, acordó se celebrara jurar el Patronato de la Virgen de Guadalupe, como se había hecho tanto en la capital del virreinato, como en toda la Nueva España, aunque no existen documentos al respecto, es de suponerse que dicho Patronato sí se juró, por haberse declarado para toda la Nueva España, y haberse agregado al calendario oficial de festividades de tabla.

Este acontecimiento provocó que los vecinos y autoridades solicitaran al obispado de Michoacán a través del juez eclesiástico y vicario, iniciara de parte o de oficio, las informaciones sobre el origen y antigüedad de la Soberana Imagen de la Virgen de la Luz, así como los testimonios sobre el origen de cómo le vino su título y advocación, sus prodigios y milagros.

El 20 de marzo de 1765, el obispo de Michoacán don Pedro Anselmo Sánchez de Tagle, comisionó al Pbro. y Lic. don José Xavier de Rivera recibiera las informaciones según las cláusulas del pedimento, con toda claridad e individualidad en los testimonios. Entre los más notorios se encuentran, los del alcalde ordinario don Antonio de Estrada, y los de los presbíteros don José Antonio Ramos y don Antonio José García. Por fin, el 22 de septiembre de 1766, el obispo Sánchez de Tagle aprobó y confirmó el Título y Advocación de Nuestra Señora de la Luz, Patrona de Salvatierra.

Por esos años, se presentó también el conflicto sobre el derecho de asilo de que gozaban los templos. Cuando un delincuente perseguido por la justicia lograba entrar a un templo o a una casa de cadena, no se le podía detener y había de seguir la autoridad civil un procedimiento especial para arrestarlo. Esto también podía suceder si un reo escapaba de la cárcel. Si iba a ser ejecutado y lograba correr y entrar a un templo o a una casa de cadena, se le conmutaba la pena de muerte por otra menor.

Los templos en la Colonia eran considerados verdaderas casas de Dios, y las casas de cadena cuyos propietarios habían adquirido ese título por favores hechos a la corona española, gozaban también de inmunidad. Ante esta situación, el emperador Carlos III informado de la frecuencia con que se cometían los delitos, y no se procedía al castigo porque los delincuentes se refugiaban en estos lugares, sin permitir sacarlos los eclesiásticos, porque pedían que se declarara si debía valer o no la inmunidad, y en ésta forma se burlaba a los ministros que debían ejercer la jurisdicción real.

El 5 de abril de 1764 se logró definir el procedimiento, por Cédula Real dada por el Emperador en Pardo. Se solicitaba al juez eclesiástico por escrito su consentimiento, si se negaba, las justicias sacarían al reo, asegurándolo en las reales cárceles sin molestarlo hasta que se declarara, si debía gozar o no de la inmunidad. El monarca español solicitó a la Santa Sede la reducción de los asilos, señalando cuáles debían tener esta jerarquía, procurando que los templos estuvieran lejos de cárceles, porque los refugiados causaban molestias a la propia comunidad y se hacía más fácil su fuga. A las casas de cadena no se les reglamentó. El Virrey de la Nueva España, para el obispado de Michoacán, autorizó la relación de templos que debían tener esta categoría. Para Salvatierra fué señalada la capilla de Nuestra Señora de la Luz.

A partir de esta época, nuestros templos y conventos empezaron a acumular un rico acervo de arte sacro. En Salvatierra tenemos un tesoro, está a la vista y es de todos. Es de las pocas ciudades en que la generalidad de los templos pueden ofrecer un conjunto de imágenes exquisitamente bellas: San Nicolás de Bari y el Señor de la Clemencia, en el templo de Santo Domingo; la suave melancolía del Patriarca de Asís y la conmovedora representación de Jesús Cautivo, en el templo de San Francisco; la Virgen del Rosario y el Señor del Desmayo en Capuchinas; la Sagrada Familia en la parroquia del Ranchito; la Virgen del Carmelo -tan bella la del altar mayor, como la “Güerita” de las peregrinaciones-, el Niño de Praga y Santa Teresita del Niño Jesús, en el templo del Carmen; la Dolorosa del Oratorio, que difícilmente tendrá igual y allí mismo la Magdalena, el Apóstol San Juan y el Señor de la Flagelación; el Niño Limosnerito, San Pedro, San Andrés, el Sagrado Corazón y el San Juan Bautista en la Parroquia, y allí mismo, la bellísima imagen de Nuestra Señora de la Luz con su enigmática y misteriosa sonrisa que nos ha dispensado por más de cuatrocientos años.

¿Cuánto podrán valer las joyas que luce Nuestra Señora de la Luz?, ¿Cuánto podrán valer también los altares del Oratorio y de San Francisco, labrados finamente en cantera rosa por el humilde artesano Don Eligio Sanabria? ¿Y cuánto ese portón y ese cancel de la parroquia, realizados por el humilde ebanista casi ciego, Don José Dolores Herrera?, ¿Y el sagrario del Santuario de Guadalupe, que hiciera él mismo y que es una réplica exacta del famoso “Pocito” de la Villa de Guadalupe y que consta de más de mil piecesitas pequeñas labradas todas a mano?

Otra parte del acervo está en el portón del templo de San Antonio y la puerta lateral del templo de San Francisco conocida como la “puerta de los arcángeles”, ambas construidas hace más de doscientos cincuenta años. También el retablo de la sacristía parroquial, que fuera el altar de la capilla del Mayorazgo. Y las esculturas sevillanas del convento de las Capuchinas, así como el acervo de valiosísimas pinturas que hay en casi todos nuestros templos y tienen un valor incalculable. Incrementando este tesoro, existen en el templo de San Francisco una hermosísima imagen del Señor de las Tres Caídas, el más bello retrato de Cristo que existe en la ciudad de Salvatierra. Esta imagen, hoy privada de altar propio –sel suyo estaba a mitad del templo en el muro del lado del evangelio- y sin el cuidado que su hermosura amerita, está relegado a una capilla a la entrada del templo. Es lástima, porque en muchas leguas a la redonda no se encuentra fácilmente otra imagen de Jesús que a la belleza de sus líneas reúna la suficiente serenidad que muestra esa escultura.

Es de goznes y era fama que en la ceremonia de las tres caídas, que se hacía en muy devota procesión por las calles de la ciudad, podía dar tres pasos antes de caer bajo el peso de la cruz. Comentaban los viejos que en el momento de doblarse en la caída, lanzaba un dolorosísimo gemido, debido a una combinación que tenía en los goznes, la cual, por orden de un jefe político de la segunda mitad del siglo XIX, se le quitó, porque la impresión que producía ese gemido causó en no pocas ocasiones sustos muy grandes a no pocas personas, contándose que una vez una pequeña niña, que padecía del corazón, murió al escuchar el lastimero lamento.

Otra imagen hoy desaparecida en Salvatierra, era la de un Cristo que fué venerado en el templo de Santo Domingo, se le conoció como el Señor del Buen Despacho, era más grande que los Cristos normales, impresionaba su gran tamaño. De esta imagen existen pocos datos, casi nulos, pero resulta que se formó todo un expediente acerca de él por los hechos extraordinarios que sucedieron, al decir de los viejos devotos, ¡lloró sangre! Es difícil, casi imposible separar en esta época colonial la vida civil de la eclesiástica, ambas se dieron en una sola. Por lo que es obligado que para entender nuestro desarrollo histórico, debemos contemplar el entorno en forma íntegra.

La Educación, literatura y filosofía

Desde los primeros tiempos de vida de la ciudad y con la llegada de los religiosos Carmelitas, hubo la seria intención de trasladar a esta tierra colegios de estudios superiores. Los Carmelitas plantearon la conveniencia de establecer el colegio de Estudios Mayores de Teología Moral en 1657, y seis años después, en 1663, se pensó fundar el colegio de Artes de Salvatierra, como un apéndice del de Coyoacán. Lo cierto, es que en Salvatierra como en todas las ciudades pequeñas, la educación no alcanzó niveles superiores, ni nuestra ciudad se distinguió por tener escuelas de prestigio. Es hasta principios del siglo XVIII, cuando se tienen noticias de una pequeña escuela de primeras letras que funcionó a cargo de un maestro autorizado en el arte de enseñar a leer, escribir y hacer cuentas, según consta en el siguiente documento fechado 29 de septiembre de 1719, fué suscrito ante el escribano público y de cabildo de Salvatierra.

Tomado del Libro: “Historia y Evolución de Salvatierra”
de Miguel Alejo López

Añoranzas

Salvatierra es para mí, un lugar muy hermoso; yo diría un lugar paradisíaco, un lugar que invita a la reflexión, a vivir recuerdos y momentos que ocurrieron en las vidas de los que ya vivimos peinando canas.

Aquella Salvatierra de mi infancia de los años cuarentas a cincuentas, aquel Salvatierra fresco con cuantiosas y frondosas huertas de guayaba. Había de varias clases, de ellas: algodón, de leche, las peruanas y la clásica guayaba con la que algunos coterráneos hacían el guayabate en moldes de varios tamaños.

Recuerdo aquel hermoso Río Lerma, en cuyos lados crecían frondosos árboles, predominando los sabinos llevando por su cauce abundante agua todo el año que daba gusto, y en el cual los chiquillos de entonces, no todos, nos “echábamos la uya” de la escuela para irnos a dar un remojón.

Salvatierra, poblada por gente buena, por gente saludadora, por gente de una sencillez nata. Recuerdo de mis andanzas por mi ciudad por todos sus rumbos jugando a media calle al trompo, a las canicas, al rondón o a las barajitas, etc.

Además, algunos teníamos la costumbre de irnos a uno de los portales del Carmen, ahí donde se encontraba el casino llamado “La Puerta del Sol”, de don Manuel Ayala. Al fondo del portal estaba un pequeño negocio en donde alquilaban bicicletas para enseñarse a manejarlas, nos montábamos y dábamos vueltas y vueltas al derredor del Teatro Ideal, para mí, de feliz memoria donde se proyectaban funciones de cine, se escenificaban funciones de lucha libre, de box, incluso algunos eventos de tipo cultural.

Te extraño Teatro Ideal, con tu derrumbe, te llevaste gratos recuerdos para muchos salvaterrenses.

Otro de mis recuerdos: aquel hermoso vergel que le llamábamos “El Jardincito de Zaragoza”, poblado en su centro por grandes árboles que daban sombra y frescura a quienes ahí descansaban con su fuente de agua cristalina en medio. En ese lugar en el portal situado al lado del jardincito al que le decíamos “El portal de las boticas”, por haber estado ahí varias boticas de la ciudad. En dicho portal todos los jueves y domingos por la noche, un grupo de connotados salvaterrenses, formando un grupo de música típica nacional deleitando a los jóvenes y muchachas dando vueltas en sentidos contrarios en el jardín.

Un señor muy conocido en aquel entonces, don Cosme “el recaudero”, que tenía su puesto de verduras en el mercado con un bote de hermosas flores finas de grato olor, las cuales adquirían los muchachos para ofrecerlas a alguna muchacha de su gusto y hacerla su novia. ¡Hasta luego amigos!

J. E R B.

Poesías

Sin Nombre

Yo vivo recordando a mis padres

Y del cariño de mis hermanas y hermanos,
del aprecio del amigo
y de aquel que no existe,
de la ignorancia del joven
y de aquel aturdido,
de la ceguera del rico
y de aquel desvalido
que no tiene y su tesoro
es inmenso, pero está
tan escondido que nadie
logra mirarlo, porque el
ciego sólo toca lo que
ponen en su mano.
Tan negra ha sido su suerte
que mejor sería su muerte.


Todo eso y más es causa
de mi locura; porque
mi mundo es inmenso
como grande es la pecera,
siendo mi suerte y empeño
que yo sigo enamorada
de este grandioso sueño

I S J.

A mi Juventud

Juventud tan querida, te alejaste de mi,
me dejas la dulzura, de aquello que viví.
Agradezco a la vida, todo cuanto me dió,
muchos momentos tristes, otros de gran valor.

Ya nada me sorprende, curada estoy de amor,
amé con gran ternura, hasta dí el corazón.
Y hasta puedo gritarlo, correspondida fui,
pero ese bello tiempo, lejos está de mi.

Juventud tan deseada, quisiera detenerte,
y cada nuevo día, yo siento más perderte,
fuiste lo más hermoso, años de plenitud,
jamás podré olvidarte, mi linda juventud.

I S J.


Sin ti no Puedo Estar

No sé cómo puedo seguir añorando,
no sé por qué te sigo queriendo,
¿Será que tú eres la persona que sí debía amar?
¿O es que sin ti no puedo estar?

Recuerdos que me hacen llorar,
de cómo éramos los dos juntos,
de cómo nos divertíamos los dos,
ahora se que una gran oportunidad dejé volar,
donde alguien mejor te va a comprender,
pero sobre todo, te va a saber amar.

Yo seguiré extrañando,
a la persona que antes estaba a mi lado,
ahora sólo quedan esas memorias,
que para mí, jamás pasarán a la historia.

¡Quiero volver a verte!,
no sabes cómo anhelo volver a abrazarte,
como unos locos, besarnos apasionadamente,
y como un buen hombre, amarte y besarte hasta la muerte.

G T R R


El Pájaro Triste

Cuando oigo el trinar de aquel pajarillo,
es como si escuchara a los mismos ángeles,
cuando lo veo migrar de los árboles,
me hace recordar mis visitas a diversos lugares.

Me pongo a llorar,
cuando veo al pobre pájaro agonizar,
eso me recuerda al ciclo de la vida,
el cual todos debemos enfrentar.

Cuando veo a su cría,
veo en el futuro a mi familia,
contemplo su amor de padre a su hijo,
¡Qué bonito es el prestigio!

Veo al pájaro parado en la rama,
contemplando lo bello de la naturaleza,
pero con una soledad inmensa,
al saber que sin familia, llega sorpresivamente la tristeza.

Pobre de aquél pájaro,
que durante un tiempo fué feliz, ahora está desconsolado,
bajo las hojas callado,
mientras que la muerte lo va cegando,
hasta caer en las capas de las ramas dormido,
¡Qué cruel fué el final de ese pajarillo!

G T R R




Te arrullas al Silencio...
a los PP Rosillo

Te arrullas al silencio del Sagrario
como los peces en el lago azul
y envuelve tu pudor un blanco tul,
reminiscencia del materno ovario.

El desgranar las aves del Rosario
y el golpear de la mártir disciplina
van dejando en tu ser huella divina
entre salmos y cantos del Breviario.

Así alejado del mundano ruido
consagras al silencio tu existencia
en la divina, celestial presencia
del Cristo roto, del abrazo herido.

Los éxtasis te roban el sentido
para que bebas la divina esencia
y llenes el vacío de nuestra ausencia
al que olvidamos con ingrato olvido.

Derrama la fragancia de oración
como la rosa que por vocación
se deshoja en fragante adoración.

Como Juan reclinado en el regazo
de Jesús sentirás a tus hermanos
verdes montañas en fraterno abrazo.

Y alargarás la gracia de las manos
de tu oración como infinito lazo
por colinas, por valles y por llanos.

Bendecirás como bendice Dios
a todo el Universo con amor
en divina y eterna bendición.

Tomada del Libro: “Mi Desierto, Poesías”
del Padre Rafael Alcántar Mondragón


Nuestra Ciudad

Debemos amar nuestra ciudad,
nuestra ciudad es bella y transparente,
tiene el calor alegre de su gente
tiene en su cielo un sol primaveral.

En ella gozamos todo el año
de las bellezas que Dios nos regaló,
su Mano Santa plasmó en un pulcro paño
la belleza que muestra en derredor.

Vivimos compartiendo la esperanza
de formar un entorno aún mejor,
con esfuerzo, en paz y con trabajo
lo lograremos todos, con amor.

Miremos por las noches las estrellas
con la luna brillando en su esplendor,
sirviéndole de alfombra todas ellas
como perlitas llenas de color.

Observemos la salida del sol entre los montes,
contemplemos la puesta de sol, en sus ocasos,
Salvatierra es el Pueblo Mágico que amamos
y entre esa magia todos somos, como hermanos.

J. E R B.


La Espera

Pasaste a mi lado
cual cálida brisa,
pasaste sonriendo,
pasaste feliz.

Pasaste flanqueada
por tus alegrías
que son tu consuelo
que son tu vivir.

Qué lejos quedaron
los cálidos días
que yo compartía
tu misma ilusión.

Qué lejos y largos
se han hecho los días.
Qué lejos y larga
la espera de Amor.

J B

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