Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

sábado, 17 de septiembre de 2011

Reflexiones

Reflexiones para el Mes de: Septiembre

Nadie llegó a ser algo importante trabajando sólo ocho horas diarias.
Carnegie

No hay enemigo más peligroso y que más se oponga a la perfección que una mala costumbre. Si todos tenemos que ser esclavos de nuestras costumbres, pues seamos esclavos de buenas costumbres, pero nunca de las malas.
Og Mandino

Un resultado precioso de la buena educación es obtener que hagamos siempre las cosas que tenemos qué hacer, a su debido tiempo, y bien hechas, gústenos o no.
Huxley

Hay ideas tan arriesgadas y tan importantes que si te resultan bien te hacen un monumento, y si te resultan mal, te ahorcan. Pero más vale equivocarse tratando de hacer el bien, que no equivocarse pero no hacer nada. Esto último es fatal.
Mr. Vega

Muchos de los que han triunfado no es que sean más brillantes o más inteligentes que los demás. Es que se propusieron llenar su cerebro de actitudes e ideas positivas. Todos tienen un denominador común; esperan de la vida éxitos y no fracasos. Y se dedican a trabajar sin desanimarse ante las dificultades, porque Dios no vende demasiado baratos los triunfos que concede.
Sterling

Quien tiene alimentos y vestidos, que regale a quien no tiene. Quien ejerce autoridad que no se aproveche para exigir lo que no tiene derecho a exigir. Y quien tiene qué trabajar duro y sufrir escasez, que no viva protestando ni quejándose. Este es el reglamento para la santidad.
San Juan Bautista, Lucas 3

La mayor necesidad del ser humano es la de ser apreciado. Que le consideren útil, necesario e importante. Ofrezca a los demás el considerarlos importantes, útiles, y personas que merecen todo aprecio, y verá que en cambio le devolverán aprecio y cariño y buen trato.
Peale

trate de no hablar de su salud, si no es buena. Los demás o no se interesarán o le sentirán menos aprecio. No pierda el tiempo pregonando sus problemas. Los demás viven pensando en ellos mismos y en sus problemas, y no es Ud. o en mí, o en nuestros problemas. Pero pueden sentir una lástima que raya en desprecio, hacia quien vive hablándoles de lo mucho que sufre.
Napoleón Hill

A veces envidiamos el pasto del vecino, creyéndolo más verde. la verdad es que mientras deseamos el puesto y las cualidades de otros, hay miles de personas que darían años de vida por tener nuestro puesto o nuestras cualidades.
La Haye

El que es demasiado capaz, tiene peligro de ser poco humano y poco comprensivo. Cada cualidad tiene algún defecto que la acompaña, y a veces el defecto de quienes son muy activos es el de ser algo incomprensivos.
Miguel Antonio Caro

Durante los próximos treinta días esfuércese por tratar a cada persona con quien se encuentre, como si fuera la persona más importante del mundo. Como si estuviera tratando a Jesucristo en persona. Le puedo asegurar que su simpatía y buen trato mejorarán de una manera insospechada.
Peale

Maravillas de El Espíritu Santo


15°. Lo que han dicho los Grandes Personajes acerca del Espíritu Santo
(continuación)

32º. UNA FIESTA Y TRES REGALOS:

El predicador más famoso en el mundo durante el siglo XII era San Bernardo. Las gentes los seguían entusiasmadas por la belleza de sus sermones y la santidad y enorme simpatía de su modo de vivir. En un día de Pentecostés (año 1111) dijo el gran orador: “Si celebramos la fiesta de los santos, ¿con cuánto mayor amor debemos celebrar la fiesta del que hace santos a todos los demás, el Divino Espíritu? Los tres actos por los cuales nos apartamos del pecado: el arrepentimiento, el propósito y la petición de perdón, vienen todos del Espíritu Santo. Él hace que odiemos el pecado, y nos aficionemos a lo que es santo y bueno. Él es el que sugiere a la mente los buenos propósitos. Por lo tanto, siempre que sientas amor de Dios y deseo de portarte de manera que Él quede contento, dale gracias al Espíritu Paráclito que es el que tales propósitos te inspira. Pero no basta con desear ser bueno; nadie lo consigue si no le llega la fuerza del Espíritu Santo a darle vigor para lograrlo. Cuando sientes en tu alma deseos de pedir perdón a Dios por tus maldades, es que el Espíritu Divino está llenando de fuego tu alma, y así, después de la Cuaresma de los sufrimientos y penitencias de esta vida, te hará llegar a la Pascua de las alegrías del cielo”.

33º. FÓRMULA PARA CIERTOS CASOS REPENTINOS E IMPREVISTOS:

La experiencia de muchas personas ha demostrado que en ciertos casos repentinos imprevistos de la vida, en los que la prudencia humana, por ser discursiva, no llegará a tiempo con la solución que necesitamos, es absolutamente indispensable que el Espíritu Santo nos ilumine con el Don de Consejo.

Este don es el que nos ilumina lo que debemos hacer, decir y evitar, según el tiempo, el sitio y las personas. Es una prudencia venida del cielo. Este es el don que enseña a no hacer o decir lo que disgusta inútilmente o hace daño. El Don de Consejo hace mirar los hechos desde la altura desde donde lo mira Dios y apreciarlos a lo divino. Llega a ser un hábito, un modo estable de ver las personas, los hechos y las circunstancias y apreciar todo lo divino. No sube a un plano sobrenatural y juzgamos los objetos, las personas y la vida toda “desde Dios”. Quizás movido por este Don, exclamaba San Francisco de Sales al ver un almacén repleto de objetos de lujo y de elegancia: “Cuántas cosas que yo no deseo poseer”; y Santa Teresa “tan grande vida espero, que muero porque no muero”; o San Ignacio: “No hay tantas cadenas y humillaciones en Salamanca, cuantas deseo yo sufrir por amor de Cristo”. En el cielo tendremos para siempre este “Don de Consejo” que nos hace intuir lo que más conviene, y desechar lo que nos hace daño para el alma. Es el más perfecto olfato que existe. Y en la tierra lo vamos obteniendo más y más a medida que aumenta nuestra amistad con el Espíritu Santo, que es el autor de tan maravilloso regalo” (Cerrutti).

34º. SOLUCIONES PRECISAS PARA CASOS EXTRARRÁPIDOS:

A veces se presentan disyuntivas angustiosas: se exigen soluciones extrarrápidas y la razón no alcanza a formar sus raciocinios. El buen cristiano eleva inmediatamente su corazón a Dios y es entonces cuando se hace presente el Espíritu Santo con sus luces e inspiraciones. ¿No sería esto lo que sucedió a Salomón cuando le presentaron el célebre caso de las dos mujeres que se peleaban por un niño diciendo cada cual que era la madre del infante, y a él se le ocurrió decir que partieran el bebé y le dieran la mitad a cada una... y la que no era la madre aceptó esto pero la verdadera madre prefirió que le dieran el niño vivo a la otra; con lo cual descubrió el rey quién era la propia madre del niño.
(continúa)…

La Generosidad

Sin espíritu de Sacrificio
sin una vida de oración,
sin una actitud de arrepentimiento íntimo,
no seríamos capaces
de llevar a término nuestra tarea.

* No nos alimentamos para dar satisfacción a nuestros sentidos sino para mostrar a Nuestro Señor que queremos trabajar por Él y con Él, para vivir una vida de sacrificio y de reparación.

* Una noche, un hombre vino a nuestra casa para decirme que una familia hindú con ocho hijos llevaba varios días sin probar bocado.
No tenían nada qué comer.
Tomé una porción suficiente de arroz y me dirigí a su casa.
Pude ver sus caras de hambres, a los niños con ojos desencajados.
Difícilmente hubiera podido imaginar visión más impresionante.
La madre tomó el arroz de mis manos, lo dividió en dos mitades, y se fue.
Cuando unos instantes después estuvo de regreso, le pregunté:
-¿A dónde ha ido? ¿Qué ha hecho?
Me contestó:
-También ellos tienen hambre.
“Ellos” eran la familia de al lado: una familia musulmana con el mismo número de hijos qué alimentar y que también carecían por completo de comida.
Aquella madre estaba al tanto de la situación.
Tuvo el coraje y el amor de compartir su escasa porción de arroz con otros.
A pesar de las condiciones en que se encontraba, creo que se sintió muy feliz de compartir con sus vecinos algo de lo que yo le había llevado.
Para no privarla de su felicidad, aquella noche no le llevé más arroz. Lo hice al día siguiente.

* Hace algunos años, Calcuta vivió una gran escasez de azúcar.
Un día, un niño de cuatro años vino a verme con sus padres.
Me traían un pequeño envase con azúcar.
Al tiempo que me hacía entrega de él, el pequeño me dijo:
He pasado tres días sin probar azúcar. Toma. Es para tus niños.
Aquel pequeñuelo amaba con un amor grande.
Lo había manifestado con un sacrificio personal.
Quiero aclararlo, no tendría más de tres o cuatro años. Le costaba pronunciar mi nombre.
No me resultaba conocido.
No recordaba haberlo visto nunca.
Tampoco me había encontrado con sus padres.
El niño tomó aquella decisión tras haber oído hablar a los mayores de mi situación.

Tomado del Libro: “La Madre Teresa de Calcuta,
Vida y Meditaciones”

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