Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

sábado, 17 de septiembre de 2011

Historia

El Marquesado de Salvatierra

LA NOBLEZA INDIA EN LA MESETA DE ANÁHUAC

En 1948, mientras en la Península Ibérica sus varios reinos luchaban por recuperar el territorio en poder de los moros, en México –como resultado de la Triple Alianza-, se consolida el imperio Mexicatl; este imperio para 1500, por sus luchas y sometimientos, se había extendido hasta lo que hoy conocemos como Nicaragua. A la llegada de los españoles era una coordinación política social, en la que figuraban fundamentalmente dos clases: los pipiltin, que pertenecían y formaban la nobleza, y los macehualtin o gente del pueblo.

Dentro de los pipiltin figuraban: el gobernante superior gran tlatoani, que como jefe de los ejércitos tenía un consejero cihualcóatl, que también lo asesoraba para nombrar algunos gobernantes miembros de los pipiltin de las varias ciudades y provincias, unas confederadas y otras sometidas a la Triple Alianza.

En lo religioso, tenían dos Supremos Sacerdotes que se conocían con los nombres de Quetzalcóatl Totec Tlamacazqui, sacerdote de nuestro Señor Quetzalcóatl y Quetzalcóatl Tláloc Tlamacazqui, sacerdote de Tláloc Quetzalcóatl; con ellos actuaba como intermediario en el pueblo el Mexica Teohuacatzin, gran sacerdote mexicano.

En el ámbito militar, había también dos grandes jefes: el Tlacatécatl, jefe de los guerreros y el Tlacochcalcatl, jefe de la casa de los dardos, a cuyas órdenes estaban los diversos oficiales águilas y tigres y los varios cuerpos del ejército. En lo que concierne a lo que hoy conocemos como clase media, se encontraban los comerciantes pochtecas y los amantecas o artistas de la pluma.

Dentro de los macehualtin figuran los que se dedicaban a las labores agrícolas, mayeques, con una situación equivalente a la de los ciervos de la Edad Media y por los tlatlacolin, esclavos, muchos de ellos eran prisioneros de guerra.

La base sustentadora de esta estructura social era el calpulli, que significa casa grande o caserío, esta institución se fundamentaba en dos elementos: el primero de carácter familiar, que se delimitaba por nexos de parentesco, y el otro de carácter territorial, que ocupaban los miembros del calpulli que algunos cronistas de ese tiempo llamaron barrios o parcialidades de gente pertenecientes a un linaje antiguo. Cada calpulli tenía su divinidad protectora, su gobierno interno y su extensión de tierras pertenecientes al grupo. Se constituía un grupo por los jefes de familia, el que nombraba las autoridades.

El teachcaub representaba a su linaje en las reuniones con otros calpullis, dirigía los trabajos de la tierra, impartía justicia, presidía las fiestas y solemnidades religiosas. A su lado era electo el tecubtli, que presidía todo lo relacionado con la guerra; el calpulli tenía otros funcionarios: el calpixque, que cobraba los tributos; los tequitlatoque, encargados del trabajo comunal; los teopixque, sacerdotes que dirigían el culto a los dioses, impartían las tradiciones a los jóvenes en el tepochcalli, casa de los jóvenes en la que aprendían diversos oficios y el arte de la guerra. En los calpullis, que también tenían un calmecac, centro de educación superior, los sacerdotes de varias jerarquías enseñaban a los jóvenes lo más elevado de las doctrinas y tradiciones. Otros funcionarios: el tlacuilo, pintor que era el encargado de conservar la historia del grupo; los topiles, que se ocupaban de los menesteres secundarios. En la parte central de México existían pueblos o ciudades integrados por varios calpullis; generalmente era cuatro que se distribuían orientados cada uno hacia los cuatro puntos del universo.

Había también en la cultura maya, mixteca, etcétera, calpullis que aún se conservan entre los tzeltzales y tzontíles por los Altos de Chiapas y que se conservan los elementos primarios del calpulli prehispánico.

Al llegar los españoles se encontraron con esta aristocracia india hereditaria, que por buen a política y agradecimiento la respetaron, y en casos especiales la ratificaron y ampliaron sus prerrogativas. Para esto, se debían seguir ciertas normas y procedimientos: los interesados debían elevar una solicitud en la que demostraban haber sido bautizados, sus genealogías para comprobar su descendencia de familias nobles indianas; de acuerdo con lo anterior, se les otorgaron por la Corona española, mercedes, cédulas, privilegios, escudos de armas, etcétera, a señores y sus descendientes que habían sido dueños de tierras y títulos antes y después de la Conquista. En la generalidad de los casos fueron caciques o señores de pueblos y lugares; cacicazgos que eran hereditarios y pasaban por orden de progenitura de padres a hijos, y a falta de hijo varón, pasaba a la hija mayor.

Muchos de los caciques que ayudaron a los españoles en la conquista y pacificación de la Nueva España obtuvieron el reconocimiento de su derecho a sus propiedades, otorgándoseles privilegios de no pagar tributos, y para no igualarse a los plebeyos, el privilegio de vestir a la usanza española, para andar a caballo ensillado y enfrenado, para portar armas ofensivas y defensivas en ciudades, villas, pueblos y aldeas; y como una distinción especial, se les concedió usar y lucir escudos de armas. Muchos de la nobleza indígena al ser bautizados adoptaban nombres y patronímicos españoles, por lo que en sus cédulas, mercedes y escudos de armas figuran con nombres y apellidos castellanos. Entre éstas aparecen los nombres de Moctezuma, Netzahualcóyotl y Chimalpopoca, junto a otros menos conocidos, como Ixtolinque, Mexinque, Matzicancin, etcétera. Entre otros cacicazgos, se les otorgaron escudos de armas a los de Axacuba (Tacuba), Xochimilco, Santiago Tlatelolco, Coyoacán, Ixtapalapa, Atlacomulco, Metepec, San Juan Teotihuacán, Xilotepec, Capula, Almoya, Tlaxcala, Tula, etcétera.

En Yucatán la nobleza también fué respetada, pero no hay noticia de que se le hubiese otorgado el uso de escudo de armas.

LA NOBLEZA EN LA NUEVA ESPAÑA

Después de la caída de Tenochtitlán, comenzó la verdadera conquista, evangelización y colonización de la Nueva España, efectuada durante dos siglos y medio, las más de las veces por las armas; otras por consentimiento espontáneo o por conquistas espirituales de evangelización y cultura, como en Coahuila, Baja California, Nayarit, la Alta California, Sinaloa y Sonora. De aquí nace la nobleza mexicana, para la que de acuerdo con la tradición y según la definición española, un noble era un hombre con riqueza y mujer irreprochables, cuyos antepasados habían sido cristianos limpios sin mancha de inclinaciones moras, paganas, judaicas o heréticas.

Como en España la base eran los hidalgos, aquí los que se enorgullecían de haber sido fieles conquistadores cristianos aspiraban a la nobleza, más tarde Carlos IV y sus consejeros reiteraron lo que ellos consideraban como la tradicional definición española de la aristocracia. Era noble el que había servido a su rey como militar, ministro y gobernador, tenía que ser hijo legítimo de antepasados hidalgos, haberse casado con igual, tener propiedades, preferentemente mayorazgos, a fin de poder garantizar la elegante vida que exigía su título. Después de 1790 un candidato a recibir dicho honor tenía qué presentar ante un notario a los testigos que corroborarían sus pruebas de linaje y que darían fe de su estado financiero.

En cuanto a la pureza de sangre de la gran primera familia de aristócratas mexicanos, se entendía que los indios como criaturas inocentes de Dios, eran de sangre pura, y cuando se demostraba tener orígenes indígenas, significaba descender de los emperadores aztecas.

En la burocracia real la Corona consideraba nobles a los virreyes, capitanes generales, visitadores generales, intendentes y funcionarios del Tesoro; así, en 1529, concedió a Hernán Cortés como Capitán General el título de Marqués del valle de Oaxaca, y a los descendientes de la Familia Real Azteca el título de Condes de Moctezuma; seguidamente se concedieron títulos de nobleza a comerciantes, militares, mineros y agricultores, etcétera. De acuerdo con el diccionario Porrúa, los títulos nobiliarios en la Nueva España fueron ciento uno:

1 Duque
49 Marqueses
44 Condes
3 Viscondes
1 Barón
3 Señores

Y dice: marqueses y condes eran de igual categoría, y al interesado le tocaba escoger la denominación. El rey, y por excepción el virrey concedía el título al que se le llamaba beneficiado, al de Marqués y Conde debía preceder el de Vizconde, por el que se pagaban 750 ducados.

JERÓNIMO LÓPEZ EN LA CONQUISTA

Jerónimo López fué uno de los primeros conquistadores de la Nueva España. Nació en Cáceres de una familia de hijosdalgo (plural de hidalgo), de Extremadura; siendo aún niño, sus padres pasaron a radicarse a la Villa de Pedroso, por lo que él se creía nativo de ese lugar, luego pasó a Sevilla, de donde se embarcó para las Antillas, en 1511. Su nombre figura entre los 300 voluntarios que, en 4 carabelas a las órdenes de Diego Velásquez, fueron a la conquista de Cuba (en esta expedición iban Pánfilo de Narváez, Hernán Cortés y Fray Bartolomé de las Casas), después regresó a Sevilla, en la que vivió hasta 1520, año en el que se embarcó en la nao María, una de las tres que traía Alderete con 200 hombres ( en las que también venían Antonio de Carvajal), Jerónimo Ruiz de la Mota, Fray Pedro Melgarejo de Urrea y otros).

A finales de ese año tocaron Cuba, y no obstante el corto tiempo que duraron en la isla, bien se informaron de los acontecimientos que se sucedían, la expedición de Grijalva y sus descubrimientos, las diferencias de éste con Velásquez, la expedición de Hernán Cortés hacia México el 18 de febrero de 1519 –de la que se mandó en su contra a Pánfilo de Narváez- y de la derrota de éste a principios de 1520. Salen de Cuba rumbo a México y tocan tierra en Veracruz el 24 de febrero de 1521; Jerónimo López traía el cargo de comisario de Bulas, al conocer la situación de Cortés, quien derrotado por los aztecas la noche del 30 de junio del año anterior (conocida como La noche triste), Alderete y su contingente avanzan tierra adentro, incorporándosele en Texcoco. En el alarde del 28 de abril, Jerónimo López es uno de los 84 a caballo con que cuenta esta tropa. Según Bernal Díaz del Castillo, la revista arrojó el siguiente resultado:

84 De a caballo
194 Ballesteros y escopeteros
650 De espada y rodela
928 Hombres españoles con:
---------
50,000 indios de guerra
(éstos, según Cortés en su
tercera Carta de Relación)

Con este ejército, Cortés pone sitio a Tenochtitlán el 30 de mayo, rindiéndose la plaza el 13 de agosto de 1521, después de 75 días, fecha en la que comienza la Conquista de lo que se bautizó como Nueva España. A los españoles que venían luchando hasta su caída, la Corona los reconoció como primeros conquistadores.

Tomado del Libro: “El Marquesado de Salvatierra” de Francisco Vera Figueroa

Historia de la Coronación de
Nuestra Señora de la Luz

FESTIVIDAD DE LA CORONACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LA LUZ
(continuación)

FESTEJOS EXTERIORES DE LA CORONACIÓN

Tanto durante el novenario, como en los días de la infraoctava, hubo por las noches, serenatas y fuegos artificiales en el exterior del templo parroquial. Desde el día 20 empezaron a adornarse los frentes de las casas, siendo este adorno mucho más nutrido y general durante los días 23 y 24. Los colores elegidos para uniformar los adornos fueron: azul y blanco. Por las noches se iluminaban igualmente muchas fachadas.

En las cuatro entradas del jardín de la plaza principal, se colocaron cuatro grandes arcos de musgo y flores, adornados con lamparillas incandescentes. Con esta misma clase de lámparas se engalanaron todas las molduras de la torre, de la cúpula y fachada frontal del templo, así como la verja de fierro que la rodea.

El total de lámparas incandescentes con que se adornó el templo fué de dos mil; dando un aspecto fantástico sobre todo visto de lejos. La puerta principal lucía un arco de flores naturales, artísticamente colocadas. Un carro alegórico que representaba a la Virgen coronada, recorrió las calles en la noche del día 24.

En los momentos de la coronación los obreros de la fábrica repartidos en las bóvedas del templo quemaron doscientas gruesas de cohetes aparte de “enchorizados”, salva que se repitió a la una de la tarde y al concluir el ejercicio vespertino. Durante el día, dos buenas bandas de música tocaron en el jardín y por la noche se quemaron cuatro “castillos” de luces, que fueron muy elogiados, aparte de “toritos” y otras diversiones. La plaza, a semejanza de la feria anual del 2 de febrero, estaba rodeada de multitud de puestos de loza y otros artículos, así como de “volantines” y juegos diversos.

La concurrencia de la plaza fué digna de notarse, por estar compuesta, casi exclusivamente de salvaterrenses, que hacía muchos años no se veían entre sí.

La circunstancia de que el Papa se haya fijado en la rama de oliva que la Imagen de la Sma. Virgen de la Luz lleva en sus manos, unida a la promesa de la coronación, hecha para pedir la paz de la Iglesia, hicieron que tanto en los sermones, como en las oraciones privadas, se pidiera la paz de la Iglesia para la humanidad seriamente amenazada ya por esos días, amenaza que poco después se convirtió en tremenda conflagración. El Excmo. Sr. Arzobispo de Morelia, concedió a sus diocesanos, y el Excmo. Sr. Arzobispo de México, a los suyos, cien días de indulgencia por recitar debidamente la oración siguiente:

“SALVE Augusta Reina, Madre Santísima de la Luz, que llevando en tus manos a tu Divino Hijo, llevas al mismo tiempo la rama de oliva, símbolo de la Paz, como para enseñarnos que sólo EL puede dar al mundo aquella paz que anunciaron los Ángeles, cuando nació de Ti. Al proclamarte Reina, te pedimos concedas a la Santa Iglesia libertad y exaltación, y a las naciones toda la paz que el mundo no puede dar, sino sólo Jesucristo, que por Ti vino a salvarnos. Amén”.

Esta oración fué repartida profusamente para ser rezada en el momento de la coronación, juzgándose que sería lo más oportuno, uniéndose todos los fieles para
pedir a la Santísima Señora el don inapreciable de la paz. El mismo himno de la coronación invoca a la Santísima Virgen de la Luz como la Medianera de la Paz.

La solemnidad tuvo lugar en el orden siguiente: A la hora acostumbrada, entró al templo la procesión, semejante en todo a la del día anterior, pues estaba compuesta de las mismas personas, faltando solamente dos de los señores obispos que se habían ausentado y algunos sacerdotes que también lo habían hecho; pero estaban presentes, en cambio, otros que llegaron a la última hora.

Presidió la procesión y cantó la misa el Excmo. Sr. Arzobispo de México, Dr. D. Luis M. Martínez y fué servido en el trono por los señores Canónigos de Pátzcuaro. Los señores Obispos no oficiantes, ocuparon sus mismos reclinatorios.

El coro e iluminación fueron los mismos que en los días anteriores. Por la tarde predicó otro magnífico sermón el mismo Excmo. Sr. Altamirano.

Durante los días de la Infraoctava, no sólo estuvo muy concurrido el templo, sino que siguieron llegando nutridas peregrinaciones y los festejos exteriores continuaron.

En los días 28 y 31 fueron notables los juegos pirotécnicos, pues en estos días se revistió de luces varias veces el enverjado que rodea el atrio, y con iguales luces se vistió la torre. El día 31, antes de la misa pontifical, el Excmo. Sr. Altamirano se dignó bendecir el órgano, que no pudo estar terminado para el día 24. La bendición se hizo en medio de un gran concurso de padrinos. Bendijo también en ese momento varios juegos de vinajeras, un juego de Cruz Alta y Ciriales y dos Estandartes de la Asociación y Corte de Honor de la Sma. Virgen, que habían quedado sin bendición. En seguida el mismo Excmo. Señor cantó la misa. Predicó esta vez el delicado orador Pbro. D. Manuel Muñoz. –El ejercicio de la tarde de este día que fué la conclusión de las fiestas, estuvo concurridísimo. Predicó en él un poético sermón el eximio hijo de Salvatierra, y Canónigo de la Catedral de Puebla, Pbro. D. Federico Escobedo.

Por la noche hubo una velada que aunque más sencilla, fué desempeñada casi por las mismas personas que tomaron parte en la del 24.

Hubo un número extra, en que el Sr. D. Ignacio L. Vera, hijo de Salvatierra, entregó al Párroco un hermoso cuadro de la Santísima Virgen de la Luz pintado a colores y hecho a pluma por el mismo Sr. Vera, para ser colocado en alguna de las dependencias de la parroquia, acompañando su entrega con muy sentidas palabras.

El Sr. Canónigo Escobedo pronunció unos bonitos versos a los ojos de Nuestra Señora de la Luz, y el Sr. Lic. Don Melchor Vera dijo un sesudo discurso recomendando a sus coterráneos los salvaterrenses, el cuidado de la Santísima Virgen, como el mayor tesoro que todos los hijos de esta tierra contemplaban desde lejos en todas sus necesidades. El último número de esta velada fué la entrega que hizo el Excmo. Sr. Altamirano de una medalla a cada uno de los concursantes en el Himno de la Coronación, y al Sr. Pbro. D. Manuel Muñoz de una pequeña cruz de oro, que impuso el Libertador Iturbide con sus propias manos a la Imagen del Niño Dios de la Superiora del Convento de Capuchinas, el mismo día que impuso a la Imagen de la Santísima Virgen de la Luz, la banda y el bastón. Esta cruz era conservada con dicha tradición en el Convento de Capuchinas, y se juzgó que no había manera mejor de recompensar al señor Pbro. Muñoz su trabajo, que regalándole una prenda que perteneció al principal personaje de su poema, que preparó para la velada del día 24.

El día 5 de junio hubo en la Parroquia solemne misa de Réquiem por todos los devotos de la Santísima Virgen de la Luz, que han salido de este mundo. Con ella terminaron los actos relativos a la coronación.

EPÍLOGO

Imposible sería enumerar los esfuerzos que hicieron los vecinos de Salvatierra para preparar la coronación. Sólo puede decirse que al tratarse de ella todos los salvaterrenses, ya presentes o ya residentes en lugares lejanos, no tuvieron más que un solo pensamiento y un solo deseo: el honrar a su Madre Santísima de la LUZ de la mejor manera. Aun personas poco afectas al culto y un tanto alejadas de la Iglesia, se prestaron con la mejor buena voluntad, ya de un modo espontáneo, o bien cuando eran solicitados sus servicios. Sólo esta unión tan uniforme, pudo hacer que en una población que carece de grandes elementos de vida, por la escasez de trabajo, se hubieran reunido en poco más de un año, cerca de treinta mil pesos, que importaron los gastos de la coronación, sin incluir lo que anteriormente se había ya gastado en ornato del templo.

Era pintoresco ver el afán con que las señoras y señoritas hacían tamaladas, repartían nieve, mole y dulces en las casas, organizaban diversiones honestas y aun corridas de toros, con objeto de obtener dinero para los gastos de sus respectivas comisiones. Se hacían rifas, se solicitaban donativos de personas extrañas y no se escatimaban medios para conseguir algunos centavos siquiera, para honrar a la Madre de Dios.

No sólo en la parroquia se trabajaba, sino también en los principales templos, los miembros de las asociaciones encabezados por los Capellanes, Sres. Pbro. D. Nazario Martínez, y Reverendos Padres Fr. Josafat Guillén y Fr. Fulgencio Villagomez, se esforzaron por reunir los gastos de las misas pontificales que precedieron a la coronación.

Las estatuas de los Angelitos fueron repartidas entre las personas que quisieron dar el costo de cada una lográndose colocar cuatro de ellas: una que costeó la Unión Femenina Católica Mexicana, dos la Juventud Femenina Católica Mexicana, una de las cuales fué exclusiva del Círculo de Buena Prensa, y otra que en gran parte costeó el Sr. Cura de Celaya, D. Rafael Lemus.

Imposible distinguir a las personas que más hayan trabajado, pues nadie pudo medir sus actividades y sin duda pasaría por alto a muchísimas. Me vienen a la memoria los nombres de la Srita. María Hernández Santana, la señora Edelmira S. de Ojeda, la Sra. María Procel Vda. de Franco, las Presidentas de los Organismos Femeniles de la A.C., Sra. Carmen Espinosa, Sritas. Carmen Ortega, Joaquina Ledesma, Imelda Villafuerte, M. Carmen Rosillo, y Sras. Josefina C. de Trillo, Estela L. de Lira, Balbina O. de Llamosa que regaló albas y manteles finos, y otras muchas; así como las comisiones de varones; de Luz, de Ornato, presidida por el infatigable sacerdote D. Luis G. Becerra, de Propaganda, de Operarios de la Fábrica “La Reforma” y por último de la Colonia Salvaterrense residente en la ciudad de México, encabezada por los Sres. Salvador Cisneros, José Moreno y Luis Oviedo, los que no sólo hicieron gastos, sino cooperaron además con alguna cantidad para el costo total de la fiesta, trayendo los de México una placa de mármol, conmemorativa de su peregrinación, que colocaron en la entrada del templo. El Sr. D. Alfonso Irigoyen que regaló el piso de mármol para el presbiterio, y la Sra. Aurora A. de la Huerta, que mucha parte tomó en ello. Ruego a las personas que no he nombrado, me lo perdonen, me haría interminable.

Las palabras que el Papa por sí o por su representante, pronuncia en el momento de coronar la Imagen, son verdaderamente significativas, pues dicen que así como él corona a María Santísima, así Ella lo corone en el cielo. Claro está que este mutuo intercambio no se ha de entender sólo de la misma augusta persona que materialmente corona sino de todos aquellos que lo ayudan. Por lo tanto, María Santísima de la Luz, corone en el Cielo a todos aquellos que cooperaron para coronarla en la tierra. Así sea.

Posteriormente, los amables feligreses de Salvatierra solicitaron de mi Prelado, se dignará concederme alguna distinción, como recuerdo de la coronación. El Excmo. Sr. Ruiz tuvo a bien nombrarme Canónigo Honorario de la Basílica de Ntra. Sra. de la Salud de Pátzcuaro. Mil gracias a él y a ellos.
Pbro. JOSÉ ESPINOSA

Tomado del “Álbum de la Coronación de
Nuestra Señora de la Luz”

Narraciones

“Los Dos Mensajes Póstumos del Padre Pío”
Por : R M P

Estimados lectores, en esta ocasión me ha nacido la idea de presentar a ustedes los dos mensajes póstumos del “Padre Pío”. Su contenido es para meditarse, a fin de mejorar nuestra forma de vida. Su gran sentido filosófico y metafísico es claro y evidente, de muy seguros y buenos resultados, tanto en esta vida como en la otra que nos espera tarde o temprano. Lean pues, con la mayor atención el “Primer Mensaje”. Para el próximo mes presentaré el Segundo Mensaje que es el final de esta insólita y provechosa experiencia en el “Más allá” de un sacerdote verdaderamente santo, de esos que manda a este mundo nuestro Padre Dios, para bien de la humanidad y como una luz que ilumina en su camino a nuestra santa religión Católica.

Mensajes del Padre Pío a un Alma
Primer Mensaje

El Padre Pío, durante su vida, se aparecía a muchos por bilocación. Después de su muerte continúa manifestándose a ciertas personas. Éstos son los mensajes que entregó a un alma privilegiada para que los diera a conocer al mundo. “El Padre Pío estaba rodeado por una luz maravillosa, en medio de flores y circundado de Ángeles. Sus llagas eran luminosas, pero sobre todo la llaga del costado. Sobre el pecho tenía una Cruz, pero sin Crucificado. El Crucificado era el mismo Padre Pío”. En seguida, le transmitió un MENSAJE que dice así:

¡No tengas miedo! ¡Soy el Padre Pío! ¡Viva eternamente Cristo, Rey y Señor de todo el Universo! Desde el trono de mi gloria, te hago llegar mi palabra, mientras estás en el mar tempestuoso de la vida humana, que se debate y nada en el estiércol de toda clase de inmundicias.

Yo, Padre Pío, amante de Jesús Crucificado, copia viviente de su vida crucificada, tengo el permiso de comunicarte todo lo que me sucedió apenas expirado.

El Omnipotente Dios; justísimo y amabilísimo, permitió que mi alma permaneciese todavía tres días en el globo terráqueo, a los pies del Tabernáculo (Sagrario), para reparar todas las irreverencias que se habían cometido en el lugar santo de Dios, a causa de mi presencia atendiendo la gente. El haber quedado tres días a los pies del Tabernáculo no significa pérdida de la santidad que la infinita bondad de Dios tuvo a bien concederme. En el momento de mi tránsito, comprendí a la luz de Dios, la necesidad de un acto completo de reparación por todas las almas que, durante tantos años, cometieron por mi causa muchas faltas de reverencia delante del Santísimo Sacramento.

El alma enamorada de Dios, conociendo a la luz del Sol Eterno que se aproxima la belleza de Dios, se precipita por sí misma al dar al Señor el último testimonio de amor y reparación. Por lo tanto no hay qué maravillarse por aquellos tres días de reparación. Al mismo tiempo fué hallado digno de ser semejante a Cristo hasta en el ingreso en la fulgente gloria que me esperaba. ¿No permaneció Cristo tres días y tres noches en el sepulcro? el cuerpo virginal de nuestra dulcísima Madre Inmaculada, ¿acaso no quedó en la tierra tres días y tres noches? Inescrutables designios de Dios que la razón humana no puede comprender. Durante ese tiempo, el alma Santísima de Jesús gozaba de la gloria beatífica de la Divinidad en el seno de su Padre Celestial; en cambio para mí, los tres días pasados al pie del Tabernáculo fueron bastante penosos.

Después, el alma emprendió su vuelo, deteniéndose en las mansiones de la gloria para contemplar toda la grandeza de un Dios Omnipotente. Luego franqueé el último umbral donde el alma abismada, contempla todos los arcanos que se gozan en el Paraíso.

No se habló del gran premio que he merecido por tantos sufrimientos soportados en la tierra, pues, si me fuera posible, hubiera preferido quedarme en la tierra para sufrir hasta el fin del mundo para reparar por la gran Majestad de Dios tan ultrajada y para poder salvar todavía más almas. ¡Oh almas negligentes... valorad vuestra existencia! ¡Haced de ella un gran tesoro para la vida eterna!

Pero mi misión continuará todavía... No permaneceré inactivo. Acompañaré a las almas que me fueron queridas y vigilaré a las que vacilen en la Fe. Estaré con vosotros mientras así lo disponga la Divina Voluntad.

¡Invocadme en vuestros momentos penosos, en el tempestuoso valle de Lágrimas! Os ayudaré y os asistiré para que no vacile vuestra Fe y deis gloria al Señor que os ha creado de la nada.

En el Cielo estoy en constante coloquio con Dios para salvar las almas, pero especialmente recurro a la Reina del Cielo y de la tierra junto a Nuestra Señora, desempeño mi misión... Es tiempo de gran corrupción en el mundo, pero es también tiempo de gran Misericordia por parte de Dios, que sigue esperando que sean utilizados sus méritos infinitos.


“Te he dicho que hice mi Purgatorio al pie del Tabernáculo. Esta ha sido la voluntad del Señor. Habría podido hacerlo más prolongado y de distinto modo. Mi Purgatorio lo hice en vida sobre la tierra, signado con las llagas de Jesús Crucificado y con el alma continuamente en penosa congoja, semejante a la que padeció Jesús en la Cruz en su dolorosa agonía. He podido vivir tanto, gracias a la asistencia que me proporcionaba el Señor.

¿Quieres saber cuál es mi gloria? Sólo puedes formarte de ello una pálida idea.

Hay gozos paradisíacos que se descubren siempre de nuevo, y uno queda siempre extasiado... Pero no hay para todos la misma gloria... El alma que ha amado más, que ha sufrido más y que se mantuvo en la verdadera pureza, esa alma es capaz de saborear mucho mejor el misterio incomparable de la Celestial Jerusalén.

Yo me hallo junto a mi querido Padre Francisco, rodeado de Querubines y Serafines que entonan el himno del amor y de la gloria.

En el mundo se vive sin Fe, o tal vez con Fe lánguida. Los que están más cerca del Señor podrían trabajar más y embellecer su alma con jugos vitales... ¡Dichosas las almas que, como industriosas abejas, llegan a alcanzar la meta celestial con la corona bien formada sobre su cabeza!

Mientras tanto, en el mundo sólo se piensa en gozar y se peca mucho. Hay amenazas por parte de Dios que se van a cumplir inexorablemente. Toda la Corte Celestial adora a la Omnipotencia Divina y le suplica que se aplaque. Por eso mismo... rogad todos y ofreced sacrificios.

Todos dicen: ¡Ha muerto el Padre Pío! ¡Ha muerto el Padre Pío! Más, ¿Cómo puede llamarse “muerto” al que ha alcanzado la verdadera vida, la eternidad? El alma inmortal abandona sus despojos mortales, o sea el cuerpo, para gozar de la verdadera felicidad. Muertos son los que viven alejados de Dios, sin vivir la verdadera vida, esto es: la gracia divina. El alma muerta a la gracia, viviendo en las tinieblas, tiene su cuerpo como un cadáver ambulante, sin consistencia esencial. Toda la vida que anima al cuerpo es la sustancia real emanada de la vida del alma. De ahí que el título de muerte, para los seguidores de Cristo, es absurdo. Se debería llamar “tránsito” “viaje a la casa paterna”.

En el mundo se viaja mucho, llevando el alma en el frágil vaso que la contiene. De ahí arrancan las facultades intelectuales operantes, producidas por el alma. ¡Ay de aquellos que no conocen bien lo que significa pasar de la tierra a la eternidad! Se experimenta un gran miedo porque no se vive de la realidad vital. Por esto, se da mucha importancia a la humanidad, viviendo a medias.

¡Amad la verdadera vida que os conduce a Cristo! ¡La carne debe servir de instrumento para atesorar méritos con miras al viaje que conduce a las bodas eternas! “¡Nada de miedos!” ¡El que sepa viajar, encontrará su triunfo...! El triunfo de haber custodiado bien el tesoro del alma inmortal en unos despojos mortales, terrestres, llamados “cuerpo”, el cual también resucitará resplandeciente al final, para gozar de la felicidad celestial. Cuanto más frenemos el cuerpo, mortificando sus fuertes pasiones y manteniéndolo en la pureza, tanto más nos servirá para obrar el bien y tanto más brillará en la feliz eternidad.

La muerte no es tal para los que hayan vivido la vida de Cristo, sino que es vida. El alma es el centro vital de todo el ser humano. Apenas deja, el cuerpo, se lanza como flecha hacia Dios, fuente de vida para iniciar la vida sin fin... Siendo así, las almas en gracia de Dios no deben experimentar ninguna especie de terror al aproximarse la hora suprema de su encuentro con el Creador”. “Muchas personas me han tenido por áspero... irascible... ¡He aquí el motivo! ¡Cuántas luchas íntimas debí entablar contra el amigo del orgullo, que a veces me molestaba fuertemente y, en ciertas circunstancias propicias, me hacía obrar diversamente!”

¡Pero no debemos juzgar con facilidad a un alma que humildemente ama, sirve y se sacrifica para la gloria de Dios.


“¡Querido hermano en Cristo y con Cristo! Te recomiendo ocuparte actualmente de cómo poder honrar siempre más a la gran Madre de Dios y Madre Nuestra. Si estuvieses en el Cielo y vieras todo lo impuro que hay en el corazón del hombre, y cómo el hombre quisiera desbaratar los planes de Dios manifestados en la Redención humana por medio de María Inmaculada, tú desearías precipitarte, si te fuese posible, sobre la tierra, para manifestar al mundo la verdad infalible del Verbo Encarnado en el seno purísimo de la Virgen María, por obra y virtud del Espíritu Santo. Sin embargo, sabiendo tú todo lo que hay en el mundo no puedes llegar a comprenderlo plenamente, por no encontrarte en el eterno esplendor de Dios.

¡Cuánta consternación y aún miedo, para expresarme de un modo humano, no deja en nosotros la Infinita Justicia de Dios, dispuesta a actuar al ver vilipendiada y ultrajada su Infinita Majestad! Tú, querido hermano, querrías comprender cómo los Bienaventurados pueden gozar y al mismo tiempo sentir consternación y miedo: vete sabiendo que, siendo nosotros felices en el Cielo, nos vemos obligados a valernos de modos terrenos para hacernos comprender mejor. ¿No fué necesario que se humanizara el Verbo de Dios, Jesús, para salvar a la humanidad? Por lo tanto, no es nada extraño que nosotros nos manifestemos tristes y doloridos, y que podamos estar horrorizados ante la terrible desventura que afectará a toda la humanidad, contaminada con la culpa y sin posibilidad de salvación.

Los ángeles, aún siendo puros espíritus, cuando se aparecen, ¿no tornan acaso formas humanas? Todo es posible para Dios, cuando Él lo quiere.

La manifestación dolorosa debe aparecer en proporción con la redención de un Dios Omnipotente, de tal modo que el hombre tome conciencia del horror que despierta en Dios su presencia tenebrosa.

Cuando el cielo está sereno y brilla el sol, el hombre se siente feliz de poder orar cómodamente, sin encontrar obstáculos; pero cuando el cielo se presenta oscuro y amenaza con una lluvia torrencial, entonces sí que el hombre toma precauciones de defensa... siempre y cuando lo quiera.

¡Cuántas manifestaciones nefastas de libertinaje inmoral! Los malvados, queriendo encubrir su corrupción, pretenden ofuscar o anular los atributos de Dios en la creación y redención del hombre caído y luego depravado con tantas infamias. El mundo camina en tinieblas! ¡No hay medio de escape! ¡Debería ser castigado y reducido a la nada, con más razón que Sodoma y Gomorra!

No tardéis en destilar sobre las almas un poco de luz del cielo! Pero antes que nada, esta luz deberían recibirla las almas consagradas... aseglaradas..., que pretenden cambiar el Maná Celestial por las bellotas de los animales inmundos!

“¿Qué sucederá en el mundo? Nuestra felicidad del Cielo está invadida por gemidos angustiosos, por cuanto todos tenemos en la tierra seres humanos que nos pertenecen. ¡Apresúrate! ¡No te detengas en reflexiones! Escribe… habla… sacude los corazones que quieren sumergirse en el barro! Son, ante todo, nuestros Hermanos Consagrados los que hacen amargo el “Pan de la Vida”, por cuanto comienzan a corromper su conducta. ¡Qué trágica perspectiva!... ¡Qué Babilonia de visiones!... La hora es gravísima y serán ellos los primeros en ser envueltos en la tormenta, por cuanto a causa de ellos ocurre tanto mal en el mundo.

Pon en práctica tu programa:

1º Manifestar al mundo el Dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María;

2º Proclamar que las almas consagradas al no querer seguir las normas de la pureza y de la continencia virginal, no son dignas de permanecer en el servicio de Dios junto a los Santos Tabernáculos.

Hace falta mucha oración, un poco de penitencia, mayor unión con Jesús Eucaristía, mayor dedicación al desagravio. Se necesitan víctimas de reparación, almas Hostias, almas puras. El sufrimiento de las almas penetra en los Cielos. ¡Que no duerman los fieles! Preocúpense de los intereses del Creador, eviten los pasatiempos inútiles, la televisión prolongada!

¡Privaciones… penitencia… celo por la gloria de Dios!


“Te propongo todavía manifestar al mundo dos problemas importantes que tanto se valorizan en la Gloria Beatífica en la cual nos encontramos. Si nos fuera dado bajar a la tierra, estaríamos dispuestos a volver a ella, para hacer méritos y llenar, cada uno de nosotros, aquellos huecos grandes y pequeños pasados inútilmente en tiempos perdidos.

Dios ha creado a los hombres, no para disiparse en el tiempo, sino para salvarse y santificarse por medio del tiempo, empleándolo para la Patria Celestial que los espera a todos. Es la pérdida del tiempo pasado inútilmente en el pecado, lo que gradualmente arrastra al infierno. Este es el primer problema: evitar la pérdida de tiempo.

El segundo es, inculcar la necesidad de vivir en la presencia de Dios. ¡Qué importante es vivir en la presencia de Dios!

El mismo Señor dijo a Abraham al constituirlo padre de grandes generaciones:

“¡Anda en mi presencia y sé perfecto!”

José, hijo de Jacob, invitado a cometer el mal en casa de Putifar, se rehusó a ello enérgicamente diciendo: ¿Cómo puedo yo cometer una mala acción en la presencia de mi Dios? –A consecuencia de esto fué calumniado y recluido en una cárcel. Pero el Señor estaba con José y lo premió, haciéndolo grato al director de la cárcel, quien le confió los demás presos que quedaron todos a sus órdenes. Además, el Señor le premió dándole el don de profecía y así salió de la cárcel y fué constituido virrey de Egipto.

La casta Susana, invitada a pecar, al pensamiento de “¡Dios me ve!”, pronunció su “no” rotundo. Los tentadores, burlados, inventaron una calumnia y la condenaron a muerte. El Señor quiso premiarla, y mandó al Profeta Daniel para descubrir la calumnia. Fueron condenados los acusadores de Susana y ella fué liberada de aquella inefable calumnia que debía conducirla al martirio.

¡Problemas importantísimos son éstos de los últimos tiempos, tan pecaminosos y tan llenos de escándalos! Se vive como si Dios no existieses y aquellos que conocen la existencia divina intentan huir de la mirada de Dios, a fin de ahorrarse preocupaciones en la justificación de su conducta extraviada.

Muchas almas se hartan de conocer y saber lo que yo he dicho o hecho en San Juan Rotondo, pero no logran decidirse sobre una base firme y convincente.

“Te recomiendo insistir para hacer progresar el amor y la preocupación hacia aquel acto supremo del infinito amor que prodigó Jesús dándole a Sí mismo todo entero y sin límites a las almas. Que se sienta esta gratitud hacia Jesús Eucaristía y que se ponga en práctica. El Tabernáculo es la fuente de la vida; es sostén, paz, ayuda y consuelo de las almas fatigadas. Se debe ir a Jesús con verdadera fe y no por rutina como para olvidarlo cuanto antes. Vivir de la fe, de aquella fe viva que eleva las almas a las cosas sublimes, en vez de sumergirse demasiado en la tierra. El mundo es un lugar de tránsito. Se debe saber luchar para desprenderse de las cosas fugaces. Si las almas no se acercan con frecuencia al Fuego Eucarístico, permanecen frías, sin aliento, tibias, sin méritos. Y ¿qué consuelo puede recibir Jesús de esas almas que no tienen la fuerza de volar sobre todo lo creado? Debemos vivir firmes en la convicción práctica de nuestra obligación de amar y servir al Señor. ¡Oh, si las almas conociesen bien y apreciasen el gran don de Dios que se quedó viviente en la tierra, cómo vivirían la vida de otro modo! Del Tabernáculo se sacan todos los tesoros: El alma se santifica y vive transformada en Dios. Si no se experimenta hambre y sed de Dios Vivo, se vive una vida vacía, obscura, que no hace ningún progreso.”

“Se me atribuyen milagros, profecías, bilocaciones, estigmatizaciones, etc. Pero yo no fui otra cosa que un indigno instrumento del Señor. Sin la lluvia que cae del cielo, la tierra no produce más que cardos y espinas. En cierto modo, Jesús debe servirse de algún alma para demostrar al mundo su existencia y su omnipotencia. A muchas almas ha dado el Señor abundantes gracias, pero después se las retiró porque Él quiere ser correspondido. La semilla debe germinar… el terreno debe ser fértil. Solamente se necesita acoger a Dios que llama a la puerta y, si no se le abre generosamente para recibir su visita… pasa de largo… no se detiene a hospedarse. Exige cierta disposición que es un deber. El resto lo hace Él y sabe hacerlo bien. Mas el alma que busca y desea la visita de Dios, tiene qué apartarse del bullicio del mundo. El buen Dios me encontró a mí… solitario y en oración. Llamó a la puerta de mi corazón y yo lo acogí, pensando que era un deber el hospedar al Señor que me había creado. Amar a Dios es el mayor deber de la vida, y yo lo comprendí desde niño, como lo comprenden aún muchos niños, todavía no emponzoñados por el mundo. ¡Son las familias las que tienen la puerta cerrada a la luz del sol! Son las familias las que malgastan tiempo junto al televisor, en presencia de sus pequeñuelos. Esperan con ansia los programas interesantes sin preocuparse de los niños, que van asimilando tanto veneno en sus inocentes corazoncitos, y por esto el Señor pasa de largo! Así es el tiempo presente: el paso de Dios, sin darle la oportunidad de detenerse! Y después… ¡pobres familias que de un hogar hacen un foco de rebelión! Yo, por la gracia de Dios, he cumplido mi jornada y creo haber cumplido con mi deber en dar al Amor todo lo que Él por amor, me ha dado a mí a lo largo de su Calvario.

¡Si supiéramos cómo resulta cien veces centuplicado por Dios todo acto, aun el más mínimo, hecho por su amor! A todos los miles de personas que acudieron a verme en San Juan Rotondo, sin reparar en incomodidades y sacrificios, les pregunto:

¿Habéis cambiado de conducta? ¿Qué frutos habéis sacado de haberos acercado a un pobre siervo de Dios? Si todos hubieseis cambiado, habrías llevado la luz al mundo. Vuestros contactos conmigo han dado escasos frutos, pues de otro modo el mundo no empeoraría constantemente.

Reflexionad: Si la semilla enterrada en el surco no muere, no echa raíces; si el hombre no muere a todas las inclinaciones de la carne, no puede tener vida. El hombre y la mujer, en el paraíso terrestre, no supieron luchar ni vender en la lucha diabólica del orgullo y cayeron vencidos en las garras de Satanás. Su pecado pasó a todas las generaciones hasta el fin del mundo, y de ahí que la lucha siempre revive en el hombre, como consecuencia del pecado. Como un padre desnaturalizado, llevando una vida escandalosa, corrompe a sus propios hijos con su mal ejemplo, así Adán pervirtió al mundo.

Lo que en estos momentos te estoy anunciando, tú, querido hermano, puedes libremente referirlo, ya que es urgente que la humanidad sea sacudida y despierte. Que no duerma en el pantano de la culpa; que reconozca la omnipotencia de Dios tres veces Santo, y que de su corazón mane leche y miel en vez de odio. Los castigos, se los procura el hombre con sus actos de rebelión contra el Dios Altísimo. El hombre, abandonado a sí mismo por parte de Dios, se encamina hacia el abismo de toda clase de perdición.

“Escribe también esto:

No se comprende bastante la importancia del alma cuando debe comparecer ante la Infinita Majestad de un Dios Juez. Aún algunos Santos, aunque de excelsa santidad, han demorado por unos instantes su entrada en la gloria eterna a causa de algunas cositas que parecen nada a los ojos de los hombres. ¡Cada alma debe corresponder a los talentos dados por el Señor! “Te dejo oh hermano, este legado: ¡El Crucifijo, la Eucaristía, el Corazón Inmaculado de María y las almas que hay qué salvar!”


Libro

HISTORIA DE LA MÚSICA POPULAR MEXICANA

La tradición oral

Las formas populares: el corrido (continuación)

Como ejemplo de los primeros romances venidos a nuestro país, se podría citar aquel romance que Bernal Díaz del Castillo ponía en boca de los conquistadores.

Mira Nero de Tarpella
a Roma cómo se hundía...

Algunos sitúan los comienzos del género a principios del siglo XIX, basándose en algunas recopilaciones de Higinio Vázquez Santa Ana. Sin embargo, Ignacio Manuel Altamirano, autor del Romancero Nacional, afirma que ya el corrido se cantaba antes de 1810, y el Códice musical mexicano, que estudió el musicólogo Gabriel Saldívar, contiene dos corridos para cítara que podrían situarse en la segunda mitad del siglo XVII.

La culminación del corrido como género popular, ocurrió durante la Revolución. La generalización de las luchas revolucionarias coincidió con la violenta reaparición y amplia difusión del corrido. La prolongada historia, la dispersión geográfica y la ubicuidad del corrido explican su abundancia. Centenares de corridos han aparecido durante más de un siglo, y es posible encontrar corridos en casi todo el país, con excepción de Yucatán, Campeche, Chiapas y Tabasco. Dos focos principales produjeron y difundieron la mayor cantidad de corridos: la región del norte con sus corridos norteños y la región central (el del interior) con una variante en el sur (Morelos) conocida como bola sureña.

El corrido revolucionario fué también un estupendo vehículo de las ideas revolucionarias y contó con la colaboración de un ejército de poetas anónimos. Durante la Revolución, el corridista cantaba acompañado de diferentes instrumentos musicales (una guitarra y una guitarra sexta, un guitarrón o un arpa), llevando por los pueblos por donde pasaba el relato de los últimos acontecimientos.

Batallas, sitios, asaltos, hazañas, biografías de héroes de uno y otro lado de la contienda, traiciones, fusilamientos, cuartelazos y pronunciamientos aparecen reseñados en los corridos. Por sus tramas pintorescas y descriptivas, desfilaron todos los protagonistas de las luchas revolucionarias, cual si se tratara de héroes de antiguos cantares de gesta. Lo mismo Villa que Victoriano Huerta, Carranza que Emiliano Zapata y uno que otro soldado raso, hijo del pueblo.

El auténtico corrido hubieron de buscarlo los coleccionistas en los lugares más apartados de la provincia, ya que de 1880 a 1930 fueron los cancioneros populares quienes lo difundieron de feria en feria, pregonando de paso entre las multitudes curiosas, los hechos escandalosos que aparecían en las hojas impresas: “¡Verdadero detalles del asesinato del general Francisco Villa!”.

Históricamente, y por su desarrollo, el corrido se ha clasificado en tres periodos principales: el primero abarca desde la Independencia hasta el ascenso de don Porfirio, el segundo desde los principios de la dictadura hasta 1910 y el tercero desde los inicios de la Revolución hasta nuestros días (si se aceptan como corridos las creaciones actuales).

Existe un patrón general al cual, con más o menos variantes, se adapta la mayoría de los corridos. El corrido se inicia con una llamada al público que también se hace de una forma establecida:

Señores, voy a contarles
lo que pasó en Veracruz
el 25 de junio
del año 79. [1879]

Ay, amigos míos,
les voy a contar
lo que me ha pasado
en esta ciudad:
entraron los yanquis
me arriesgué a apedrear. [1847]

Inmediatamente aparece el nombre, suceso y fecha de que se trata:

Voy a cantar un corrido
de la actual revolución.

Tiempo de mil novecientos
veintinueve que pasaron
murió Gervasio Mendoza,
los cristeros lo mataron. [1929]

Y todos, casi sin excepción, dirigen al final un mensaje, una sentencia aleccionadora a sus oyentes:

Vuela, vuela, palomita,
avisa a toda la gente
que no sigan el ejemplo
del hijo desobediente.

Tengan presente señores y
eduquen a sus chiquillos,
no les vaya a suceder
como le pasó a aquel hijo.

En algunos casos, se añade una despedida que puede asumir diferentes formas:

Ya con esta me despido
con sentimientos de veras;
fíjense en los resultados
que dejan las borracheras.

A pesar de su hieratismo, el corrido es indudablemente una forma atractiva que se caracteriza por la sobriedad, la concisión en la narración y una parquedad de emociones que aseguraron por mucho tiempo la continuidad de ese estilo verista tan alejado del sentimentalismo de las canciones de principios de siglo. Podría decirse que en el lapso transcurrido desde su aparición hasta 1920, el corrido como forma no sufrió una evolución notable; los temas cambiaron, trocáronse los héroes del relato pero, en lo esencial, continuó manejando las mismas fórmulas y modelos.

A partir de 1918, el corrido –comprobada su eficacia como género narrativo, de propaganda o protesta- comenzó a ser utilizado conscientemente por algunos autores. La corriente se inició con el excéntrico y bohemio Samuel Margarito Lozano, autor del corrido “Tampico hermoso” (impreso en hojas volantes, distribuido y cantado por su autor en las mismas calles de Tampico) y el corrido de Francisco Villa.

(continuará…)

El Rincón para niños


Los Niños Héroes

Los altos destinos se ponen en juego
dentro del combate de horrendo fragor;
desata su fuego
titánica lucha contra el invasor.

Los viejos sabinos vibran con los ecos,
solemnes, mecidos por el aquilón
y sus verdes flecos
destroza inquietante la conflagración.

¡Oh fieles testigos de lucha,
que al viento se hicieron sonoro laúd!
Canten... ya se escucha
la augusta epopeya de la juventud.

Las rubias legiones, tras esfuerzos muchos
llevaron su infamia sobre “El Chapulín”,
nido de aguiluchos,
heráldico cerro de gloria sin fin.

Ahí recibieron de los Héroes Niños
la dura metralla de su admonición
y por estos niños,
la Patria es honrada con admiración.

Cayeron... Es cierto; mas su sangre roja,
sangre que protesta con furia fatal
contra el que despoja,
hoy hierve en el mundo con ansia vital.

No en vano cayeron en nuestros reveces
los niños gloriosos sobre su heredad;
cayeron cual mieses
que ahora fructifican en la Libertad.

F G B

¡Patria Mía!

Te adornas, Patria mía,
con tus rubias mañanas,
con tus cielos azules
y con tus nubes blancas.

Pones en tus sandalias
azucenas y rosas
y prendes en tu pelo
clavelinas muy rojas.

Vas vestida de fiesta;
en tu vestido nuevo
se dibujan cascadas,
lagunas y riachuelos.

Llevas pintados bosques,
y nevadas montañas
y mares azulosos
y playas encantadas.

Llevas orla de estrellas
en tu vestido rosa
y la luna en la frente
y el sol como una antorcha.

Y al compás de tu música
y de lindas canciones,
le vas robando a todos,
los corazones.

Anónimo



Homenaje al Himno

Alcen todos sus voces sonoras
con el fuego de amor sacrosanto,
que la Patria ha encendido en el pecho
con las notas sublimes de un canto.

Ese canto es nuestro Himno querido
que resuena con voces amantes
y que lleva miríadas de luces
en sus cálidas notas vibrantes.

Ese himno subyuga las mentes;
estremece las fibras del alma;
enardece en el pecho tal brío,
que jamás se recobra la calma.

Son estrofas que llevan jirones
de los cielos que cubren la Patria
y al oírlas el pecho se agita
y se enciende en heroicas ansias.

Ese himno marcial y sonoro
que despliega a los vientos sus alas,
es nuestro Himno tan bello y hermoso
que se roba por siempre las almas.

Anónimo


Promesa a la Patria

Patria mía.
Yo te ofrezco
defenderte
con valor,
sin en algún
aciago día
te ultrajara
el invasor.

Abrazado
a mi bandera
a tus pies
quiero morir.

Antes que ver
que un malvado
te hiciera Patria,
sufrir.

Anónimo

El Juramento del Patriota

-¿A dónde vas, hijo mío?
-Al combate, a la victoria
suena el clarín de la gloria
y pienso escribir, con brío,
mi nombre ilustre en la historia.

-Es grande tu atrevimiento.
-Padre, el mundo lo proclama,
cuando la Patria nos llama
con tan noble sentimiento
¿Qué corazón no se inflama?

-¿Qué buscas delirante
tras de la ruda batalla?
-Ver mi bandera triunfante
contra el polvo que levante
el bote de la metralla.

-¡Ah, hijo mío, temo perderte;
me agita la pena fiera!
-Si me es adversa la suerte,
¡cubran mi lecho de muerte
los pliegues de mi bandera!


V R P

Algo mío

Nuestros Trovadores

Hoy mi canto, si permiten
es para los trovadores
que en sus coplas nos transmiten
su talento y sus valores.

México siempre ha tenido
muy buenos compositores
excelentes cantautores
que en sus versos han vertido
la experiencia que han tenido
a favor del ser humano,
por eso es que el ciudadano
se identifica con ellos
porque emite mil destellos
de verdad su canto llano.

Cuna de grandes cantores
es nuestro México lindo
allí está: Pedro Galindo
uno de nuestros mejores,
otros buenos trovadores:
Cortázar y Barcelata,
de ese mismo tiempo data
Don José Agustín Ramírez,
lo mires de onde lo mires
del cantor aquí es la mata.

Hablando de la Huasteca
la Potosina se ufana
Hidalgo y Veracruzana
también la Tamaulipeca
Nicandro Castillo trueca
su canción en un ensueño
y Severiano Briseño
con sus coplas la armoniza,
y el violín de Elpidio hechiza
con vaivén dulce y risueño.

Guillermo Velásquez, siento
desde mi punto de vista
que es tan grande como artista,
de indiscutible talento,
expresión del sentimiento
mas genuino de mi tierra,
nacido allá por la Sierra
en su Xichú, Guanajuato,
el cantar más puro y nato
en su corazón se encierra.

Por su trabajo fecundo
a esos grandes trovadores,
va mi canto sí señores
más sincero y más profundo.

A todos los trovadores
nacidos en este suelo
los que gozan ya del cielo
y aquellos que luchadores
su trabajo de cantores
van cumpliendo por el mundo
va mi canto más profundo.
Mi homenaje más sincero
para ustedes compañeros
por su trabajo fecundo.
Por su arte y su talento
y su entrega decidida,
porque cruzan por la vida
sin temor al sufrimiento,
expresando el descontento,
la amargura y sinsabores
de tantos trabajadores
explotados y oprimidos
van mis versos más sentidos
a esos grandes trovadores.

Para ustedes compañeros
que a través de sus canciones
llevan nuestras tradiciones
por toditos los senderos
corridistas, huapangueros,
jarabistas, trovadores,
para ustedes portadores
del sentir del ser humano
con orgullo mexicano
va mi canto, sí señores.

Le han cantado al campesino,
a la patria, al emigrante,
al sencillo, al arrogante
y también a lo divino
fieles siempre a su destino
van llevando por el mundo
su mensaje tan fecundo
para ustedes, les reitero
va mi canto verdadero
más sincero y más profundo.

Música de la huasteca,
alegrando con sus sones
y arrullando corazones
la marimba chiapaneca,
la jarana yucateca,
en Oaxaca y en Guerrero,
la chilena es lo primero
en el norte es el corrido
y en Jalisco el colorido
del Mariachi bullanguero.

Con su ritmo contagioso
despertando corazones
por todos esos rincones
de este suelo generoso
va pregonando orgulloso
nuestros huapangos y sones,
valonas, polkas, canciones,
pirecuas, bambucos, claves,
chottis, redova, jarabes,
que nos dan mil emociones.

Mario Carreño G.

Leyendas

Los Hombres que Salvaron el Puente de Batanes

Era la plena temporada de lluvias del año de 1958, habían crecido las avenidas en el cauce del río hasta llenar todos sus arcos. Al decir de los viejos, esta inundación era más fuerte que la ocurrida en 1927. Las ciudades y pueblos circunvecinos estaban incomunicados, había un gran número de damnificados.

El Dr. Antonio García Álvarez, Presidente Municipal en turno, había mandado llamar a su despacho al Inspector de Policía y al alcalde del reclusorio, diciéndoles: “Quiero que vayan a la cárcel y ofrézcanles a los presos de mayor sentencia, quiénes quieren ir a destrabar un árbol que se atoró en el puente, está obstruyendo el paso del agua, si sigue allí, éste se puede caer. Díganles que es a cambio de su libertad, me lo acaba de autorizar el Gobernador por teléfono”.

Camino a la cárcel, uno de los funcionarios comentó: “eso es peligroso, es una muerte segura. De que se pudran en la cárcel y esto”, -lo mismo da, -contestó el otro.

Al llegar al reclusorio, juntaron a los presos sentenciados en el centro del patio e hicieron el ofrecimiento del Presidente Municipal. Sólo hubo dos voluntarios: Salomé Rosillo, que purgaba una condena de 40 años por doble homicidio, y Melquiades Tovar, con una sentencia de 35 años, por abigeato y robo a mano armada en despoblado.

Los dos presos fueron trasladados al puente, que se cimbraba antes las embestidas del agua en su chocar constante contra el viejo pero enorme sabino, que arrancado de cuajo la obstruía.

Les dieron por herramientas un hacha y un machete a cada uno. Sobre la guarnición del puente empezaron a trabajar, primero en desramar el árbol, luego a golpe de hacha cortar los troncos en tramos e irlos sacando. A cada momento se jugaban la vida, el agua zarandeaba el inmenso tronco, al menor descuido o un movimiento equivocado, podían caer al río, siendo una muerte segura.

Así pasaron el día, ya era de noche cuando lograron fijar el tronco con cuerdas y sacarlo sobre el piso. ¡Se había salvado el puente!

Los dos presos obtuvieron su libertad a los pocos días. Por acuerdo del Gobernador del Estado, abandonaron la cárcel. No se supo jamás de ellos, pero son los héroes desconocidos que salvaron nuestro principal símbolo de arquitectura colonial.

Un Pollo para el Señor Del Valle

“Aquí en Tabasco les llaman artistas, allá en mi tierra de los Altos de Jalisco les llamamos prostitutas”, esto contestó el Sr. Obispo Dn. José Del Valle a Tomás Garrido Canabal, Gobernador del Estado, durante una cena que el funcionario ofrecía en honor de su hija, que cumplía quince años y en la que se había presentado una variedad de vedettes, traídas de la ciudad de México, al preguntarle al prelado sobre qué le parecían las bailarinas.

El joven sacerdote Jesuita José de Jesús Ángulo Navarro, había elegido dentro su orden ser misionero. Llegó a tierras michoacanas y en Tlalpujauilla, construyó una Basílica en honor a la Virgen de San Juan de los Lagos.

En ese caminar por la vida, se vino el conflicto religioso en 1926, José de Jesús se integró al ejercito cristero para defender la fe. Eran tiempos difíciles, buscó refugio en la Hacienda de Santo Tomás, convivió con su gente, construyó el templo, y para su protección se cambió el nombre por el de José Del Valle, encomendándose a Nuestra Señora de la Luz.

Un buen día, el Sr. Del Valle coincidió en Santo Tomás, con el Maestro Francisco Maldonado, originario de Rincón de Tamayo y egresado de la Escuela de Música de Celaya, decidieron fundar una escuela en esta disciplina para los habitantes de ese lugar. Entre los niños que asistieron estaba uno de nombre J. Isabel Sosa, que pronto destacó. Hoy esa escuela lleva su nombre.

En Salvatierra desde 1931, era párroco Dn. José Espinosa, dedicado en cuerpo y alma a acrecentar y fomentar el culto por Ntra. Sra. de la Luz, no tardó en traer al Sr. del Valle a dar pláticas misioneras, que se siguieron repitiendo periódicamente hasta que fué nombrado Obispo de Tabasco, uno de los Estados más afectados por la política callista. La última vez que vino a Salvatierra, fué como Obispo a celebrar la misa Pontifical en la fiesta de la octava de Ntra. Sra. del Carmen, y a la peregrinación del Gremio de Panaderos, el día 23 de julio de 1961.

Cuando venía a misiones, Dn. José Del Valle se hospedaba en la casa de Don Luis Beltrán y de su esposa Chuchita López. El párroco Dn. José Espinosa al anunciar las pláticas, recomendaba a la feligresía que para que el Sr. Del Valle comiera bien, se recuperara de sus andanzas, llevaran a esa casa un pollito o huevos. La cuestión era que cuando partía, había qué vender una gran cantidad de los pollos y huevos que sobraban.

Las Elecciones de Antaño

Repartidas las boletas con anticipación en todo el vecindario, después de un concienzudo empadronamiento, poníanse las “casillas” respectivas, una en la plaza de armas (Jardín Principal), otra en la Plazuela de los Perros (el Mercado) y la tercera en el portal de la bajada del puente de Batanes, el día designado para la elección. Se acercaban a la casilla correspondiente personalmente y sin excepción todos los vecinos, fuesen de la categoría que fuesen, pues les interesaba sobre todo elegir cuerdamente al que debía regir los destinos en el siguiente periodo.

Había siempre una autoridad, director en jefe, de la casilla, a quien no sólo acompañaba el guardacartel del barrio y policías necesarios que guardaban el orden, daban a la ceremonia toda aquella formalidad y decoro que tales ocasiones deben revestir. El director de la casilla a las nueve en punto de la mañana procedía a formar la mesa por votación; es decir las personas que a nombre de la nación debían recibir la votación popular y las cuales eran: un presidente, un secretario y dos escrutadores.

Una vez instalada la mesa, el presidente en voz alta hacía saber lo que quedaba, y el secretario leía también en voz alta las leyes penales para todos los que turbaran el orden, así como para los componentes de la mesa que coartaren la libertad, cohecharan o de alguna manera influyeran en el ánimo del votante a fin de inclinarlo a determinado personaje. Todo mundo en ordenado desorden se aproximaba entregando su boleta, teniendo a su respaldo escrito libremente el nombre de la persona elegida por el votante, terminado lo cual los escrutadores ordenaban las listas de escrutinio en debida forma, haciendo por separado un acta dando cuenta de todo acto, y haciendo resaltar el nombre en letra grande de la persona que había sacado mayor número de votos.

Algunas veces había asomos de cohecho entre las masas populares, comenzaba el populacho a vociferar a favor de algún candidato, lo que a veces terminaba en verdadero tumulto, debido a la división de las masas a favor de tal o cual personaje, más como además de los policías que guardaban la mesa había otros diseminados por las calles, pronto se apaciguaba la bulla, y no pocas veces había necesidad de hacer fuego sobre la multitud.

Concluida la elección se celebraba la noticia con música, repiques, cohetes y fuegos artificiales, las masas vitoreaban por las calles al elegido. El Clero, por su parte, celebraba el acontecimiento con Te Deums en las iglesias, rogativas, iluminaciones y demás...

El Elegido, por su parte, acompañado por el Ayuntamiento y demás, procesionalmente pasaba a la Iglesia Parroquial a dar gracias con un Te Deum, a
cuyo acto era recibido a las puertas por la autoridad Eclesiástica, ofreciéndole al arcediano el agua bendita. Por la tarde asistía en cuerpo con el mismo acompañamiento a la Casa Municipal, donde recibía a todas las dignidades tanto del clero, como civiles y demás personalidades de alto copete. Así eran las elecciones en el segundo tercio del siglo pasado.

Desde que el Estado puso división entre él y la Iglesia, y se fabrican ad hoc los gobernantes, todo mundo, con excepción de los que del erario viven, ve todo esto como quien oye llover, es decir, con la mayor indiferencia. Hoy en las elecciones, determinados empleados que aunque se digan funcionarios electorales, son los encargados de mover la pieza que a nuestro rincón corresponde de la gran máquina electoral nacional. Así se hacen hoy todas las elecciones, las comparaciones quedan a su juicio.

Leyendas Tomadas del Libro: “Leyendas, Cuentos y Narraciones de Salvatierra, Recopilación” de Miguel Alejo López

La Maldición de la Luz

Refiere Doña Cholita, venerable anciana de más de ochenta años nacida en el Mineral de la Luz, que al calor de una fogata allá en sus años mozos escuchó de sus mayores esta breve historia de Jauja y desolación.

Camino a la montaña de Cristo Rey, subiendo por Valenciana, al paso de un camino maltrecho se desemboca en el mineral de La Luz. Como cualquier guanajuatense medianamente informado lo sabe, hace más de un siglo en ese Mineral se descubrió un rico filón de oro y plata que trajo consigo un deslumbrante periodo de esplendor. A tal extremo llegaron las cosas que no hubo talegos suficientes para tanta riqueza ni cupieron en la ciudad las veinticuatro mil almas que dicen que se juntaron. La abundancia y el jolgorio eran uña y carne con el derroche y el libertinaje. Noche tras noche se atestaban con efusión la plaza de gallos o las cantinas o el corral de comedias o los garitos de juego o todos juntos; noche tras noche el negocio del muertero prosperaba; las riñas y las reyertas florecían. Se diría que el Diablo sentaba sus reales a medida que las arcas del pueblo se llenaban hasta los topes, y que reía a carcajada batiente por las fechorías de sus fieles.

Tan pintoresco, lamentable y enceguecedor era el cuadro que sólo una persona velaba con preocupación por los descarriados hijos de Dios: el padre Jeremías, quien drástico no paraba de condenar las conductas pecaminosas de los habitantes de esta Sodoma y Gomorra. Harto de tanta vileza no le quedó otra más que valerse de un pequeño batallón de curas. Pero, a pesar de las decididas incursiones de los presbíteros en el campo enemigo, aquella fiesta perpetua no tenía para cuando amainar. Nomás para que el lector se dé cuenta, llegó el día en que los lugareños decidieron qué hacer con los curas y sus recomendaciones: los echaron del pueblo con todo y sus benignas palabras.

La gota que derramó el vaso se dejó sentir cuando se celebraban, más por entusiasmo bullanguera que por fervor religioso, las fiestas de enero en honor de la Santa Patrona de la Luz. Un hato de toros de lidia, no se sabrá si por descuido o adrede, escapó de la plaza, y, como si fuera una pandilla enviada por el mismísimo demonio, tomó rumbo a la Plaza Principal y embistió contra los indefensos curitas. ¡Dios nos agarre confesados! Aquella tarde no hubo ovación ni pañuelo ni perro que les ladrara para despedirlos. Es más, dicen que ni el polvo se les vió. Aunque todavía pasaron algunos años más en medio del derroche y el festín, lo cierto fué que nadie advirtió que con la partida de los clérigos se cerraba también la mano generosa de la fortuna. Al Mineral de la Luz comenzó a hundírsele el mundo, comenzó a pasar la pena negra, hasta que acabó convertido en un pueblo fantasma. Doña Cholita recuerda que las galerías más productivas de la mina de San Bernabé siguen inundadas, que la campana original de la iglesia aún está perdida, que las risotadas obscenas y libertinas hoy son lamentos llorosos que el viento lleva y trae por las ruinosas calles del mineral de La Luz.

Tomado del Libro: “Leyendas de Guanajuato, Historia y Cultura”

Biografía

ADOLFO GIRÓN LANDELL
(1904-)
Compositor y Actor

Nació en la ciudad de San Luis Potosí, el 1º de Enero de 1904, pero a los dos años de edad fue llevado a Sonora por su madre, en vista de que el General Manuel Girón, padre de Adolfo, recibió una comisión para ese Estado. Allí creció y se educó Adolfo Girón, por lo que se sintió siempre sonorense, viviendo primero en Guaymas y luego en Hermosillo, hasta que hizo su viaje a la ciudad de México para estudiar la carrera de medicina. Su padre fué muerto por los indios yaquis, en una emboscada que le tendieron en un pueblo llamado Cruz de Piedra, por el rumbo de Bacatete, Sonora.

Adolfo Girón fué el octavo de doce hermanos, de ellos seis hombres y seis mujeres, y todos cultivaron la música desde pequeños, guiados por su madre, que fué muy afecta a tal arte. Desde que empezó a despertar a la vida, el niño oía música en su casa, y muy pronto supo tocar el piano. Por ello, al llegar a la capital mexicana, se dedicó a lo que su inclinación le pedía: cultivar la música, primero como ejecutante pianista, y luego como compositor y director de orquesta, olvidándose de la medicina, carrera que sus padres querían que siquiera.

Como compositor, hizo más música clásica que popular, habiendo escrito su Rapsodia Americana, muy elogiada por la crítica de los Estados Unidos. Después de volver de un viaje a Europa compuso el Vals español, que fué grabado por la casa Víctor detrás del disco en que se grabó el Vals Capricho de Ricardo Castro. En los Estados Unidos fué concertista de la orquesta de jazz, Víctor, y le dio tres vueltas a la Unión, contratado por el Circuito Orpheum, al frente de su propia orquesta. En Nueva York se hizo actor teatral y trabajó con Mae West, en una obra que en español fué llamada Nació para pecar; su parte la hizo en película Gilbert Roland.

Mas tarde trabajó en San Francisco, California, con Bessie Love en Burlesque, obra que luego fué cinematofonizada por Bárbara Stanwyck. Por último, con Rosita Moreno volvió a recorrer los Estados Unidos, ella bailando y él dirigiendo sus danzas con la orquesta. Hasta 1932 regresó Adolfo Girón a México y trabajó desde luego en la radioemisora XEW, de donde salió al Teatro Politeana, en el que estrenó una de sus canciones más populares, La pescadora, cantada por Toña la Negra y con su orquesta llamada Los Enemigos del Sol. Su primer papel en el cine fué uno de poca importancia en la película El crimen del otro, de los Stahl.

En Los Ángeles, California, trabajó con una compañía independiente, en Al Otro Lado del Río Grande, y más tarde, en Hermosillo, Sonora, en El Caballero Misterioso, con Laura Espinosa de los Monteros. Luego, Miguel Zacarías y Guillermo Baqueriza le propusieron que hiciera el papel de Juventino Rosas en el film Sobre las Olas; pero antes había hecho la música para otra cinta, titulada Águilas Frente al Sol. En la película Oro y Plata, con argumento de Ladislao López Negrete, las canciones fueron compuestas por él, una de ellas fué cantada por Beatriz Ramos, cuyo título es A la Orilla del Río, y otra la ejecutó la orquesta que actuaba bajo su dirección. Esto lo hizo famoso por algún tiempo. y luego, inexplicablemente, desapareció del ambiente artístico.

Tomada del Libro: “Músicos Mexicanos” de Hugo de Grial

Reflexiones

Reflexiones para el Mes de: Septiembre

Nadie llegó a ser algo importante trabajando sólo ocho horas diarias.
Carnegie

No hay enemigo más peligroso y que más se oponga a la perfección que una mala costumbre. Si todos tenemos que ser esclavos de nuestras costumbres, pues seamos esclavos de buenas costumbres, pero nunca de las malas.
Og Mandino

Un resultado precioso de la buena educación es obtener que hagamos siempre las cosas que tenemos qué hacer, a su debido tiempo, y bien hechas, gústenos o no.
Huxley

Hay ideas tan arriesgadas y tan importantes que si te resultan bien te hacen un monumento, y si te resultan mal, te ahorcan. Pero más vale equivocarse tratando de hacer el bien, que no equivocarse pero no hacer nada. Esto último es fatal.
Mr. Vega

Muchos de los que han triunfado no es que sean más brillantes o más inteligentes que los demás. Es que se propusieron llenar su cerebro de actitudes e ideas positivas. Todos tienen un denominador común; esperan de la vida éxitos y no fracasos. Y se dedican a trabajar sin desanimarse ante las dificultades, porque Dios no vende demasiado baratos los triunfos que concede.
Sterling

Quien tiene alimentos y vestidos, que regale a quien no tiene. Quien ejerce autoridad que no se aproveche para exigir lo que no tiene derecho a exigir. Y quien tiene qué trabajar duro y sufrir escasez, que no viva protestando ni quejándose. Este es el reglamento para la santidad.
San Juan Bautista, Lucas 3

La mayor necesidad del ser humano es la de ser apreciado. Que le consideren útil, necesario e importante. Ofrezca a los demás el considerarlos importantes, útiles, y personas que merecen todo aprecio, y verá que en cambio le devolverán aprecio y cariño y buen trato.
Peale

trate de no hablar de su salud, si no es buena. Los demás o no se interesarán o le sentirán menos aprecio. No pierda el tiempo pregonando sus problemas. Los demás viven pensando en ellos mismos y en sus problemas, y no es Ud. o en mí, o en nuestros problemas. Pero pueden sentir una lástima que raya en desprecio, hacia quien vive hablándoles de lo mucho que sufre.
Napoleón Hill

A veces envidiamos el pasto del vecino, creyéndolo más verde. la verdad es que mientras deseamos el puesto y las cualidades de otros, hay miles de personas que darían años de vida por tener nuestro puesto o nuestras cualidades.
La Haye

El que es demasiado capaz, tiene peligro de ser poco humano y poco comprensivo. Cada cualidad tiene algún defecto que la acompaña, y a veces el defecto de quienes son muy activos es el de ser algo incomprensivos.
Miguel Antonio Caro

Durante los próximos treinta días esfuércese por tratar a cada persona con quien se encuentre, como si fuera la persona más importante del mundo. Como si estuviera tratando a Jesucristo en persona. Le puedo asegurar que su simpatía y buen trato mejorarán de una manera insospechada.
Peale

Maravillas de El Espíritu Santo


15°. Lo que han dicho los Grandes Personajes acerca del Espíritu Santo
(continuación)

32º. UNA FIESTA Y TRES REGALOS:

El predicador más famoso en el mundo durante el siglo XII era San Bernardo. Las gentes los seguían entusiasmadas por la belleza de sus sermones y la santidad y enorme simpatía de su modo de vivir. En un día de Pentecostés (año 1111) dijo el gran orador: “Si celebramos la fiesta de los santos, ¿con cuánto mayor amor debemos celebrar la fiesta del que hace santos a todos los demás, el Divino Espíritu? Los tres actos por los cuales nos apartamos del pecado: el arrepentimiento, el propósito y la petición de perdón, vienen todos del Espíritu Santo. Él hace que odiemos el pecado, y nos aficionemos a lo que es santo y bueno. Él es el que sugiere a la mente los buenos propósitos. Por lo tanto, siempre que sientas amor de Dios y deseo de portarte de manera que Él quede contento, dale gracias al Espíritu Paráclito que es el que tales propósitos te inspira. Pero no basta con desear ser bueno; nadie lo consigue si no le llega la fuerza del Espíritu Santo a darle vigor para lograrlo. Cuando sientes en tu alma deseos de pedir perdón a Dios por tus maldades, es que el Espíritu Divino está llenando de fuego tu alma, y así, después de la Cuaresma de los sufrimientos y penitencias de esta vida, te hará llegar a la Pascua de las alegrías del cielo”.

33º. FÓRMULA PARA CIERTOS CASOS REPENTINOS E IMPREVISTOS:

La experiencia de muchas personas ha demostrado que en ciertos casos repentinos imprevistos de la vida, en los que la prudencia humana, por ser discursiva, no llegará a tiempo con la solución que necesitamos, es absolutamente indispensable que el Espíritu Santo nos ilumine con el Don de Consejo.

Este don es el que nos ilumina lo que debemos hacer, decir y evitar, según el tiempo, el sitio y las personas. Es una prudencia venida del cielo. Este es el don que enseña a no hacer o decir lo que disgusta inútilmente o hace daño. El Don de Consejo hace mirar los hechos desde la altura desde donde lo mira Dios y apreciarlos a lo divino. Llega a ser un hábito, un modo estable de ver las personas, los hechos y las circunstancias y apreciar todo lo divino. No sube a un plano sobrenatural y juzgamos los objetos, las personas y la vida toda “desde Dios”. Quizás movido por este Don, exclamaba San Francisco de Sales al ver un almacén repleto de objetos de lujo y de elegancia: “Cuántas cosas que yo no deseo poseer”; y Santa Teresa “tan grande vida espero, que muero porque no muero”; o San Ignacio: “No hay tantas cadenas y humillaciones en Salamanca, cuantas deseo yo sufrir por amor de Cristo”. En el cielo tendremos para siempre este “Don de Consejo” que nos hace intuir lo que más conviene, y desechar lo que nos hace daño para el alma. Es el más perfecto olfato que existe. Y en la tierra lo vamos obteniendo más y más a medida que aumenta nuestra amistad con el Espíritu Santo, que es el autor de tan maravilloso regalo” (Cerrutti).

34º. SOLUCIONES PRECISAS PARA CASOS EXTRARRÁPIDOS:

A veces se presentan disyuntivas angustiosas: se exigen soluciones extrarrápidas y la razón no alcanza a formar sus raciocinios. El buen cristiano eleva inmediatamente su corazón a Dios y es entonces cuando se hace presente el Espíritu Santo con sus luces e inspiraciones. ¿No sería esto lo que sucedió a Salomón cuando le presentaron el célebre caso de las dos mujeres que se peleaban por un niño diciendo cada cual que era la madre del infante, y a él se le ocurrió decir que partieran el bebé y le dieran la mitad a cada una... y la que no era la madre aceptó esto pero la verdadera madre prefirió que le dieran el niño vivo a la otra; con lo cual descubrió el rey quién era la propia madre del niño.
(continúa)…

La Generosidad

Sin espíritu de Sacrificio
sin una vida de oración,
sin una actitud de arrepentimiento íntimo,
no seríamos capaces
de llevar a término nuestra tarea.

* No nos alimentamos para dar satisfacción a nuestros sentidos sino para mostrar a Nuestro Señor que queremos trabajar por Él y con Él, para vivir una vida de sacrificio y de reparación.

* Una noche, un hombre vino a nuestra casa para decirme que una familia hindú con ocho hijos llevaba varios días sin probar bocado.
No tenían nada qué comer.
Tomé una porción suficiente de arroz y me dirigí a su casa.
Pude ver sus caras de hambres, a los niños con ojos desencajados.
Difícilmente hubiera podido imaginar visión más impresionante.
La madre tomó el arroz de mis manos, lo dividió en dos mitades, y se fue.
Cuando unos instantes después estuvo de regreso, le pregunté:
-¿A dónde ha ido? ¿Qué ha hecho?
Me contestó:
-También ellos tienen hambre.
“Ellos” eran la familia de al lado: una familia musulmana con el mismo número de hijos qué alimentar y que también carecían por completo de comida.
Aquella madre estaba al tanto de la situación.
Tuvo el coraje y el amor de compartir su escasa porción de arroz con otros.
A pesar de las condiciones en que se encontraba, creo que se sintió muy feliz de compartir con sus vecinos algo de lo que yo le había llevado.
Para no privarla de su felicidad, aquella noche no le llevé más arroz. Lo hice al día siguiente.

* Hace algunos años, Calcuta vivió una gran escasez de azúcar.
Un día, un niño de cuatro años vino a verme con sus padres.
Me traían un pequeño envase con azúcar.
Al tiempo que me hacía entrega de él, el pequeño me dijo:
He pasado tres días sin probar azúcar. Toma. Es para tus niños.
Aquel pequeñuelo amaba con un amor grande.
Lo había manifestado con un sacrificio personal.
Quiero aclararlo, no tendría más de tres o cuatro años. Le costaba pronunciar mi nombre.
No me resultaba conocido.
No recordaba haberlo visto nunca.
Tampoco me había encontrado con sus padres.
El niño tomó aquella decisión tras haber oído hablar a los mayores de mi situación.

Tomado del Libro: “La Madre Teresa de Calcuta,
Vida y Meditaciones”

Canción

Honor y Gloria

Honor y Gloria a Jesús Nazareno
el verbo eterno, el Cristo Redentor
que por nosotros padeció el martirio
y murió sólo en medio del dolor.

Honor y Gloria ayer, ahora y siempre
a Jesucristo nuestro Redentor
ante su nombre doblen las rodillas
en Cielo y Tierra y en todo lugar.

Honor y Gloria le rinde el Universo
que ha sido creado con toda perfección
tantas criaturas son tantas maravillas,
huellas visibles de tan gran Creador.

Le adoraré porque él lo merece
pues se complace en conceder perdón
al pecador aunque caiga mil veces,
paciente espera por su conversión.

Honor y Gloria a Jesús Nazareno
mil alabanzas son pocas para el Rey
porque nos ama, porque es tan bueno
y sólo espera que cumplamos su Ley,
y sólo espera que cumplamos su Ley.

Letra y música:
R H R

¡Vámonos al Grito, Prieta!

Sobre mi caballo blanco
prieta te voy a llevar
a la placita del pueblo
donde hoy, 15 de septiembre
desde el balcón central
de la Casa Principal,
nuestro Señor Presidente
como todo un Mexicano,
ondeará nuestra Bandera
que recibirá en sus manos.

¡Ándele mi prieta chula!,
véngase con su viejito
y en unos cuantos minutos
entraremos al pueblito.

Y ya llegadas las once
cuando ya es nochecito
nuestro Presidente en turno
agitará la Bandera
que ha recibido en sus manos
mientras toca la campana
llamando a los mexicanos
como lo hiciera Hidalgo
en aquel Día Soberano.

Vitoreará a los Héroes
que nos dieron Libertad
y gritando: ¡Viva Hidalgo!,
¡Viva Morelos y Allende!,
¡Viva Abasolo y Aldama!,
¡Viva la Guadalupana!;
y el pueblo responderá:
¡Viva!, ¡Viva!, ¡Viva!, ¡Viva!
Pasada la ceremonia
nos iremos al portal,
ahí vamos a cenar
un buen plato de enchiladas
con cebollita y quesito
y de tomar un jarrito
de agua de horchata friíto.

Para rematar la cena,
un buen plato de buñuelos
con su miel de piloncillo
acompañados de un rico
y calientito atolillo.

Al día siguiente mi chata
como ya es 16
nos iremos muy temprano
para apartar un lugar,
para así poder mirar
el Desfile Melitar.

Al terminar el desfile
nos iremos a almorzar,
le entraremos a los moles,
los pozoles y el atole,
tomaremos agua fresca
de jamaica o un tepache,
bailaremos una polka
dándole vuelo al guarache.

Montaremos nuestro penco,
llegaremos hasta el rancho,
seguiremos muy juntitos
nuestra tierrita sembrando
pa’ volver allá el otro año.

J E R B

Cuento de Monjitas

A la Hna. Juana María Cardona y sus Monjitas

Cuento de la niña azul
de nombre Juana María
honra y gloria de Santiago
en su sueño azul de niña.

Juanita soñaba hermosa
un cielo de margaritas,
estrellas en lago azul
y suave niebla mecidas.
Muchos ángeles cantaban,
la Virgen le sonreía
entre caricias y besos
y luego la bendecía.
Se acercó Jesús divino
y en el corazón traía
un traje blanco de gracia
y encajes de agua marina,
de Primera Comunión
para Juanita María,
bordado en hilos de luz
y soles de pedrería,
para que en su Cuerpo y Sangre
lo recibiera Juanita
quien soñaba entre azucenas
sueños de esposa divina.

Creció su amor y su sueño
e incontenible camina
entre azucenas y besos
y toda ella hecha sonrisas
al encuentro de su novio
que desde el cielo venía
vestido de trigo y uvas
cada día, en cada Misa.
Hoy fué a encontrarla hasta el río
de la gracia y de la vida
donde bañaba sus senos
de castidad y alegría,
de fidelidad y amor,
como la Virgen María.

El río se fué cantando
un blanco temblor de brisas
mientras el Divino Esposo
celebró desde aquel día
connubie de amor eterno
con Juanita de María.
El ave inmensa del cielo
azules alas abría
para velar el misterio
del amor y de la vida.
Tus ojos, Divino Esposo,
inventan la luz del día
para coronar de luz
a Juanita de María,
por ser virginal esposa
al consagrarte su vida
con votos de santidad
como una nueva María.
Feliz, feliz el camino
por el cual ella volvía
besó sus plantas doblando
en la esquina sus rodillas
y el Espíritu Divino
en secreto fecundiza
en su vientre virginal
un surco de nuevas vidas.
Su sueño se volvió cielo
y su corazón mantilla.
Arrullan al Niño Dios
las niñas de sus pupilas...
Puedes cantar este canto:
“Dios hizo en mí maravillas”.

Todo su ser es pesebre,
como la Virgen María,
como todas sus hermanas
que le consagran sus vidas.
Grávida por los trigales
iba feliz y venía
y daba a luz testimonio
de Gracia, Verdad y Vida...
Hermana entre sus hermanos
sembraba paz y alegría,
mamá de todos los huérfanos,
de todos los ciegos guía,
donde posaba sus plantas
una aurora amanecía.
Era las manos de Dios
derramando amor y vida...

La sorprendieron sus sueños;
¡Detén tu furor, Dalila!
¡No me mates con puñales
afilados de la envidia,
de calumnias y desprecios!...

¡Las monjas eran Dalila!
Cinco puñales a una
le asestaron tres metidas
en tres mares de amapolas
deshojadas de agonía
para matarle su gracia.
Eran monjas asesinas...

Su sangre llenó los ríos
que nacieron de su herida,
grande como la conciencia,
como horizonte del día!...

El cielo miró aquel trance
y lloró a lágrima viva
lloraron todos los lirios,
lloró la Virgen María...

Y el Lerma secó sus aguas
por no llegar a la orilla
donde bañaba la gracia
de Juanita de María.

El sol del perdón brilló
en el cielo de Juanita.
¡Perdonó y rezó por ellas
con la boca de su herida!...

Cantaron todos los ángeles
y el Niño Dios respondía:
Así, te lleno de Gracia
como a la Iglesia-María.
Así, libre de rencores
en tu cruz hecha una víctima
te consagró nueva esposa
como a la Iglesia-María...
Y repitieron las rosas:
¡Como a la Iglesia-María!
Y los años luz de estrellas:
¡Como a la Iglesia-María!
Y la paz de su conciencia:
¡Como a la Iglesia-María!...

Y Juanita despertó
amamantando una niña
¡Y otro niño y otro niño
y otra niña y otra niña!...

Y sin saber realizó
el misterio de su vida,
de maternidad y amor,
de martirio y de alegría,
de ser esposa de Cristo
en el cielo todavía...


Tomada del Libro: “Mi Desierto, Poesías”
del Padre Rafael Alcántar Mondragón

Poesias


Otoño

Llegó el otoño y no siento pena,
me siento plena con el paisaje de hoy
y mi memoria, satisface y me llena
cuando detengo un instante el convoy.

Viajó mi vida sólo en sueños,
peregrinó mi alma dadora de amor,
extendiendo mis manos y mis labios risueños,
con el alma despierta, aún en el dolor.

Allí por los rincones quedaron quietecitos
los recuerdos infantes que viví en fantasía,
al mediodía vi con ojos asustadizos,
el mundo descubrí, la crueldad existía.

Así mi existir correr y tropezar,
unas veces caer y el mal tiempo librar,
la lucha constante es saber esperar,
el momento in fraganti, sin poder escapar.

I S J



Frente al Señor

Quiero escapar lejos de tu mirada
para vengar todo lo que me hicieron,
para burlar el sentimiento casto
para romper el corazón del bueno.

Quiero escapar a donde tú no mires
que siento ira, odio y rencor,
y si te miro yo no caigo de rodillas
me siento débil, pensando en tu amor.

Flores del campo veo al mirarte,
Perfume santo, olor a mirra.
Santa muralla, Cruz del Calvario
luz de mis ojos, paz de mi vida.

Quiero escapar, a donde yo no mire,
esas tus manos que me acarician,
esa mirada que me perdona,
esa sonrisa como la brisa.

Quiero vivir como me han enseñado
sin sentimientos, sin corazón,
irreverente amor mundano
amor sin vida, amor sin Dios.

I S J

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