Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

viernes, 10 de junio de 2011

El Rincón para Niños

Tu Hijo (a)

Por la senda de la vida avanzando voy seguro
paso a paso voy de ida
al encuentro del futuro.

Tú me guías con cariño
en tu afán por ayudarme
allanándome el camino
me llevas a superarme.
Orgulloso estoy de ti... ¡Papá!

¡Felicidades en tu día!


Papá, ¿Cuánto Ganas?

Papá ¿Cuánto ganas por hora? con voz
tímida y ojos de admiración, un pequeño
recibía así a su padre al término de su
trabajo.
El padre dirigió un gesto severo al niño
y repuso:
Mira hijo, esos informes ni tu madre los
conoce. No me molestes, que estoy
cansado.
Pero papá –insistía- dime por favor,
¿cuánto ganas por hora? La reacción del
padre fué menos severa. ¿Sólo contestó?:
200 pesos la hora.
Papá, ¿me podrías prestar cien pesos?
preguntó el pequeño.
El padre, lleno de cólera y tratando con
brusquedad al niño, dijo:
Así que esa era la razón de saber lo que
gano. Vete a dormir y no me molestes,
muchacho aprovechado.
Había caído la noche. El padre meditó sobre
lo sucedido y se sintió culpable. Tal vez su
hijo quería comprar algo. Para descargar
su conciencia dolida, se asomó al cuarto
de su hijo. Con voz baja preguntó al
pequeño:
¿Duermes, hijo?
Dime papá –respondió entre sueños-.
Aquí tienes el dinero que me pediste
-respondió el padre-.
Gracias, papá –contestó el pequeño-. Y
metiendo su mano bajo la almohada, sacó
unos billetes.
¡Ahora ya completé, papá! Tengo 200 pesos.
¿Podrás venderme una hora de tu tiempo?

Tomado del Libro: “Palabras y Pensamientos”

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