Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

martes, 10 de julio de 2007

Etapas de su poesía.

Poesía lírica juvenil. Esta se caracteriza por su formación humana y religiosa Es el estudiante entregado a su vocación jesuítica. Poemas a sus compañeros, a sus padres formadores agradeciéndoles sus desvelos y su amistad. Poemitas a la Virgen de Guadalupe, al Sagrado Corazón de Jesús (clásicos en la piedad jesuita). Se nota el buen aprendizaje retórico que nunca abandonaría (Y entre paréntesis, tiene una hermosa y perfecta caligrafía y una inimaginable ortografía. Algunos de estos primeros librillos , se publican una vez que él los escribió a mano y no con letra de imprenta).

Sintetizando esta primera etapa: inspiración religiosa predominante, de corte piadoso. Poesía de veneración y agradecimiento a sus superiores y hermanos. Humanismo incipiente. Retórica notable y bien usada. Acusada tendencia hacia los maestros clásicos, Fray Luis de León, el salmantino, S. Juan de la Cruz, el castellano descalzo; y también sabor de literatura ancestrales del Arcipreste de Hita, de Gonzalo de Berceo y hasta del Mio Cid. Estrofíca: sextinas, octavas italianas o agudas, tercetos aconsonantados o asonantados, liras, décimas o espinelas, otras estrofas muy frecuentadas por él en endecasílabos y heptasílabos, con una fulgurante rima consonante. Romances chispeantes y dulces seguidillas.

Si me lo permiten, tomaré unas estrofas de unas octavillas agudas, escritas en lengua antigua. Está dedicado a San Felipe de Jesús, y es agradable y juguetón. No las pongo completas, que sería indiscreción, porque es largo como todo lo de D. Federico.

Fablaros, Senores

hoy vengo risueño;

fablaros de un nieño

travieso que foé.

Su nombre es Felipe

de sancta memoria,

que altito en la gloria

agora se ve.

................

Nieño era Felipe

e al fin como nieño

azás falagüeño,

azás retozón.

Ansí cual cabrito

en casa se vía

saltar todo el día

faciendo función.

.................

Agora catadle

con agrios cencerros

facer a los perros

huir sin cesar.

Agora la cola

prendiendo a los gatos

que empiezan ingratos

clamores a dar.

Y así prosigue, interminablemente, contando las travesuras de Felipillo. Permítase contar solamente la mejor:

E ansí nuestro nieño,

¿por qué non decillo?

un poco diablillo

juzgásedes ser,

ca, certa vegada,

entró al gallinero

e del un plumero

sacó a su placer.

E porque del fecho

la dubda disipe,

sabed que Felipe

entró en el corral;

e allá a las gallinas

e pollos, en suma

¡a todos despluma!

e punto final.

Esa libretilla de juventud termina con una chanza a un dicho P. Bernardo, a quien desde el principio se la dedica; ese padre debió ser el bibliotecario y dice así:

Sólo con pergaminos

viejos, te hartas;

¡Por tí, nuestra Provincia

ya tiene cartas!

¡Ratón egrégico!

Tú royendo papeles

das Gloria a México.

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